Alberto Fernández tenía decidido desde hacía varios días el endurecimiento de las medidas que empezó a aplicar desde el domingo con la suspensión de clases, la licencia para ciudadanos con riesgo y el cierre de las fronteras. A principio de semana ya era casi un hecho la definición de parar el país al máximo posible, sin contar los servicios esenciales, ante el avance del coronavirus en el país.
En ese sentido, y con la decisión tomada -está previsto su anuncio para última hora de la tarde, en conferencia de prensa-, el Presidente se reunió durante casi cuatro horas en la quinta de Olivos a los gobernadores y al jefe de Gobierno porteño, un aliado inesperado y fundamental del Gobierno desde hace más de una semana, para consensuar una serie de medidas drásticas y homogéneas con las provincias para tratar de contener la pandemia que tiene en jaque a los sistemas sanitarios del planeta.
Fernández meditó durante todo el día en Olivos con un puñado cerrado de asesores presidenciales la decisión que ahora conversa con las provincias. La Casa Rosada no vio con buenos ojos que los gobernadores tomaran iniciativas en forma unilateral sin una coordinación nacional.
Fue parte del diálogo que ayer mantuvo el Presidente con los principales legisladores de la oposición, el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa; el jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner, y un puñado de ministros. En ese encuentro se terminó de coincidir en que el cónclave de Olivos de esta tarde sería clave para definir una postura unificada.
Arabela Carreras, de Río Negro; Gerardo Morales, de Jujuy, y Oscar Herrera Ahuad, de Misiones, fueron de los primeros mandatarios en llegar.
Por la mañana, el Presidente había desayunado con la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, para empezar a darle forma al decreto que fijaría la cuarentena obligatoria en todo el territorio, según trascendió. La funcionaria se fue al mediodía a Casa Rosada para seguir con el análisis y la redacción del texto desde su oficina.
La secretaria Legal y Técnica volvió a Olivos, pasadas las 16.30, junto a Carla Vizzotti, virtual viceministra de Salud, y Cecilia Todesca, asesora de la Jefatura de Gabinete.
En paralelo, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, recibió en su despacho a funcionarios de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires para coordinar el operativo del área metropolitana, una de las principales preocupados de la Casa Rosada: por ahora, el 70% de los casos positivos de coronarivus pertenecen al AMBA.
Horacio Rodríguez Larreta, por caso, estuvo este miércoles dos veces en la oficina del Presidente. Primero por la mañana, a solas. Y después a última hora de la tarde, junto al ministro de Salud, Fernán Quirós, y el jefe de ministros local, Felipe Miguel, que tuvo un encuentro por su lado junto al ministro Eduardo “Wado” de Pedro.
En la previa, el Gobierno había analizado como una alternativa al decreto de la cuarentena general la posibilidad de extender los feriados del 2 de abril y los de Semana Santa. Para paralizar la actividad turística y comercial, con excepción de los servicios esenciales, durante más de una semana.
La definición se terminará de consensuar tras el encuentro histórico que la cúpula del Gobierno y los gobernadores mantienen en el quincho de la residencia presidencial.
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