Detenido en el complejo penal de Ezeiza, el ex vicepresidente Amado Boudou tomó la decisión de no recibir visitas ante el avance del coronavirus en el país, e indicó que “es un buen momento” para estatizar las empresas de servicios públicos.
“La gran mayoría ya decidimos no recibir visitas. Lo único que tenés acá es la visita, es muy duro no ver a nuestros hijos, pero es lo que tenemos que hacer por lo menos durante 15 días”, planteó sobre la situación de los internos en el complejo penitenciario. “Me parece que vale la pena tomárselo en serio”, sostuvo.
“Los que estamos encerrados somos una comunidad, que tiene que cuidarse entre sí. Y vivimos con los trabajadores del sistema que también compartimos el espacio", indicó en El Destape radio. "Ayer tuvimos la visita de un médico que nos explicó con mucha seriedad la situación, es un tema de comportamiento social y vida comunitaria”, agregó.
Acerca de las medidas que está resolviendo el Gobierno, Boudou apuntó que le pareció “muy buena la conferencia de prensa del Presidente y el tono de lo que dijo”. “Hay que tomarse en serio esta pandemia, lo mínimo que podemos hacer es contribuir con la conducta y el ejemplo”, expuso.
“Es muy buena la respuesta que está haciendo el Gobierno Nacional con una presencia rápida y buena", agregó. Sin embargo, marcó distancia con las medidas económicas que podría adoptar el Gobierno en este contexto, al proponer estatizar las empresas proveedoras de servicios públicos.
“Hay una discusión de si hay que nacionalizar o estatizar las empresas de servicios públicos. Creo que no alcanza con nacionalizarlas”, se explayó. “Las empresas de servicios públicos se han convertido en los grandes extractores de valor de la sociedad. No invierten, ni son innovadoras ni tienen riesgo, son empresas que el neoliberalismo ha privatizado y en cosas que son de todos”, fustigó Boudou.
“Las tarifas no pueden ser un precio determinado por la rentabilidad, sino tiene que ver con la estrategia de desarrollo de un país”, resumió.
La situación de Boudou es compartida con miles de reclusos. En los últimos días, al menos más de 6.300 presos de siete cárceles de la provincia de Buenos Aires resolvieron voluntariamente suspender las visitas en adhesión a la cuarentena dispuesta a nivel nacional ante la pandemia del Coronavirus y para evitar exponerse a posibles contagios, informó el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
La primera Unidad Penal provincial que adhirió a la cuarentena propuesta por el gobierno nacional y provincial fue la 50 de Batán, en donde 95 mujeres firmaron ayer un acta donde notificaron su determinación de no tomar contacto con sus familiares o allegados hasta el 31 de marzo próximo.
Tal como reveló el ex vicepresidente, los médicos de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria recorrieron pabellón por pabellón de la Provincia de Buenos Aires para brindar charlas informativas sobre cómo prevenir el virus originario de China, en tanto se informó que se flexibilizó el mecanismo de depósito de mercaderías.
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