Tuvieron poder. Decidieron sobre la economía y la política nacional y bonaerense durante cuatro años. En algunos casos, con una buena dosis de arrogancia, uno de los tantos causales de la derrota de octubre pasado.
Fueron ministros y funcionarios de alto rango de los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Después de diciembre, tomaron, en su mayoría, unas largas vacaciones. Sin el centralismo de estos años: el teléfono les dejó de sonar, ya no tienen chofer ni secretarias, y sus oficinas dejaron de ser una romería de dirigentes y colaboradores.
Uno de ellos, por ejemplo, buscaba en los últimos días al interlocutor más eficiente para organizarle a un amigo una reunión con un ministro nacional. Un año atrás le bastaba simplemente con levantar un teléfono, y ya.
Lejos del poder, se abocaron, por el contrario, al armado de consultoras y fundaciones para atravesar este tiempo del gobierno del Frente de Todos en la nación y la provincia de Buenos Aires, a la espera de que se acomode el escenario político, de cara a las próximas elecciones.
El caso más resonante, y conocido, es el de Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, que a fines del año pasado fundaron Symfonia Sociedad Anónima, una consultora dedicada al asesoramiento político desde la que buscan posicionarse a futuro. Con un capital de $105.000, presidida por el ex titular de la Cámara baja, secundado por el ex ministro del Interior, el ex diputado Nicolás Massot todavía figura, según los registros, como director suplente de la sociedad, que en las últimas semanas inauguró oficinas en el centro porteño, a metros del Obelisco.
Massot asumió como director del Banco Ciudad como parte del acuerdo que Monzó y Frigerio, pero en especial el dirigente de Carlos Tejedor, trabaron con Horacio Rodríguez Larreta para trabajar por su candidatura presidencial en el 2023. Por caso, Mauricio Colello, ex mano derecha del ex ministro del Interior, y Lucas Delfino, ex secretario de Asuntos Municipales de dicho ministerio, consiguieron un cargo en la administración porteña.
Hernán Lacunza, que asumió el ministerio de Economía en la última etapa de Macri tras un acuerdo entre el ex presidente, Rodríguez Larreta y Vidal, relanzó su consultora. A mediados del mes pasado inscribió HL Consultores SRL, dedicada a asesorar en inversiones y economía y a intervenir ante cualquier organismo público.
El ex funcionario también tiene una alianza estratégica con Rodríguez Larreta: lo asesoró en estos meses en torno a la discusión por la coparticipación de la Ciudad que la administración de Alberto Fernández está decidida a recortar. Desde el 2007, Lacunza trabajó en el Estado: primero el Banco Central, después el banco de la Ciudad de Buenos Aires, luego en el gabinete bonaerense y al final en el Ministerio de Economía nacional.
Leandro Cuccioli, el ex titular de la AFIP, también volvió a la actividad privada. Es el fundador y principal director de Swan Capital Partners, un fondo dedicado a “invertir y prestar a empresas argentinas” inscripto en los registros locales a principio de año.
Cuccioli se asoció a José Trusso, un ex JP Morgan que pasó por la Jefatura de Gabinete, los ministerios de Economía y Finanzas y la AFIP, como jefe de asesores del ex titular.
El caso de Andrés Ibarra, ex ministro de Modernización y ex vicejefe de Gabinete, un histórico colaborador de Macri, es, según sus colaboradores, aún incipiente. Lanzó junto a algunos de sus ex asesores la Fundación PAD (País Argentina Digital), para capitalizar sus gestiones como funcionario macrista.
Su pareja, Carla Piccolomini, tiene mandato como diputada hasta el año próximo. Por ahora optó en la Cámara baja por un perfil demasiado bajo. Ibarra busca contratos de intendencias y de empresas privadas. Antes de entrar en la política, trabajó en el holding de la familia Macri y acompañó al ex jefe de Estado en su paso por Boca.
Jorge Triaca, eyectado del Gobierno en noviembre de 2018, fue uno de los pioneros: abrió al poco tiempo una consultora con sede en Reconquista al 1000, en el barrio porteño de Retiro, por la que pasaron dirigentes y sindicalistas. Su mujer, María Cecilia Loccisano, también incursionó en el mundo de la consultoría cuando tuvo que dejar su cargo en el Ministerio de Salud por el decreto impulsado por Macri y Marcos Peña -cuyo futuro es, por ahora, una incógnita- que prohibía la contratación de familiares directos. Loccisano constituyó en diciembre del 2018 Effici SRL, dedicada al asesoramiento técnico en temas de salud.
Claudio Avruj, el ex secretario de Derechos Humanos de Macri, tampoco se quedó atrás. Una vez que dejó el Gobierno, en diciembre pasado, lanzó el Consejo Argentino para el Desarrollo y los Derechos Humanos, con sede en la calle Conesa al 600, en la Ciudad. Se presenta como su presidente, según la tarjeta personal que reparte. Busca el asesoramiento de organismos públicos.
Hay, además, un buen número de ex asesores de comunicación y funcionarios de rangos menores que también incursionaron después de la derrota de Cambiemos en la consultoría política.
En la provincia de Buenos Aires no se quedan atrás. El caso más famoso es el de Federico Salvai y Gustavo Ferrari, que montaron oficinas sobre la avenida Figueroa Alcorta, en una de las zonas más caras de la ciudad de Buenos Aires. Es, en los papeles, un estudio jurídico que, según el entorno del ex jefe de Gabinete de Vidal y el ex ministro de Justicia bonaerense, ya tiene buenos clientes y numerosas consultas.
Es que, por ejemplo, los vínculos de Ferrari con la Justicia federal de la Ciudad y con la de la provincia de Buenos Aires son una buena carta de presentación. Cada quince días, el ex ministro se sienta con Rodríguez Larreta y lo asesora en materia judicial.
Salvai mantiene su lazo político con la ex gobernadora, que se mudó a un departamento que recicló sobre la avenida Pueyrredón, en la Ciudad, y que aún no tiene claridad sobre su futuro partidario. Dice que no quiere vivir de la política, a pesar de que lo hace desde el 2004, en sus primeros pasos en la Legislatura porteña. Está por cerrar un contrato con una ONG, mientras analiza si abre o no una fundación. Vidal volvió a conversar en las últimas semanas con Axel Kicillof.
Fabián Perechodnik, ex secretario General bonaerense, también volvió a la consultoría, que había abandonado para asumir el cargo mencionado cuando Vidal ganó las elecciones en el 2015. Ex socio de Poliarquía, fundó en octubre del año pasado, antes de dejar la gestión, FYSP y Asociados junto a su hija Sofía, con oficinas en la avenida Alvear.
Ya cuenta, según su entorno, con varios clientes privados. Como el resto, también tiene contacto frecuente con Rodríguez Larreta, un fanático de las consultoras. A principios de semana, Perechodnik se mostró en las redes sociales en un local gastronómico de la zona norte con Macri.
Otro de los que habría incursionado en el asesoramiento es Leonardo Sarquis, ex ministro de Agricultura provincial: habría puesto una consultoría en ese rubro, según fuentes de su entorno.
Cuando estaba por dejar la Presidencia, Macri había dejado trascender a través de sus colaboradores que también abriría una fundación. No lo hizo, alquiló oficinas a cinco cuadras de la quinta de Olivos y sorprendió con su designación en la fundación de la FIFA.
Mientras busca su rol en la coalición opositora, viajó hace algunas semanas a Guatemala y volvió a ser noticia: dijo que “el populismo" era “más peligroso” que el coronavirus.
A los pocos días, la OMS declaró la pandemia, Italia y España colapsaron, Estados Unidos cerró sus fronteras y la Argentina siguió el mismo camino. Recién el viernes pidió “calma” y apoyar las medidas del gobierno.
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