El presidente Alberto Fernández está convencido de que la pandemia mundial del coronavirus podría transformarse en la mayor crisis de su gobierno y por eso decidió armar un “gabinete de emergencia” que buscará mitigar al máximo todo el impacto humano de esa enfermedad y frenar cualquier costo político o económico en la Argentina.
Ya no es la negociación de la deuda con el FMI o el conflicto con el campo las prioridades de la agenda presidencial. Desde ayer, el Gobierno se propuso como “eje central de gestión” seguir de cerca las medidas de prevención sanitaria ante una expansión masiva con muertes por coronavirus. Los 19 casos de contagio del virus en el país más un muerto desataron un llamado de alerta en la Casa Rosada.
“Atentos, vigilantes y activos”, fueron las tres directivas concretas que dejó el Presidente durante la reunión de coordinación interministerial sobre el impacto del coronavirus en la Argentina.
La decisión de crear un fondo especial de 1.700 millones de pesos para atacar la expansión del coronavirus es apenas una de las tantas medidas que dispuso el Gobierno hasta ahora. Ese fondo será para equipamiento para la respuesta hospitalaria, fortalecimiento de la red diagnóstica (que incluye reactivos para detectar los virus y maquinas para hacer esos diagnósticos en forma descentralizada) y el fortalecimiento de la capacitación y el entrenamiento del equipo de salud.
Sin embargo, el Presidente ordenó que el “gabinete de emergencia” cuente con el apoyo y la coordinación directa de más de 20 especialistas en infectología que hay en la Argentina. Ayer estuvieron en la reunión de coordinación interministerial en la Casa Rosada la mayoría de esos médicos liderados por el titular de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, y la embajadora especial sobre Coronavirus de la OMS/OPS para América Latina y el Caribe, Mirta Roses. Así, Alberto Fernández pidió que estos especialistas sigan cada paso de las resoluciones que tome el Gobierno.
“Nada puede quedar librado al azar porque cualquier decisión errada puede terminar en tragedia”, admitió ante Infobae un ministro que participó ayer de la reunión el gabinete nacional con Alberto Fernández.
La estrategia inicial para encarar esta crisis será sustentar la “fase de contención”, que es donde hoy se encuentra Argentina definida por los casos importados y por los 19 casos de contagio. Y en paralelo a esto se despliega la “fase de mitigación” que es la de reducción del impacto, es decir de la mortalidad, ya que hay una población importante mayor de 65 años en el país.
Así, tanto el ministro de Salud Ginés González García como su vice, Carla Vizzotti, ayer se aferraban a una palabra que será como un mantra mágico para el gobierno para evitar caer en adelante en errores de gestión: “el virus es mutante”, reiteraron los funcionarios todo el día. Bajo esa fórmula el Gobierno evitará dar certezas o afirmaciones concretas sobre lo que depara en el futuro inmediato los efectos del coronavirus para no caer en futurología o medidas que sean cuestionadas.
Desde el Gobierno se dispuso que todas las aerolíneas nacionales e internacionales que arriben a la Argentina desde el extranjero cumplan el protocolo del Ministerio de Salud para tratar casos sospechosos de coronavirus. También se reforzará la seguridad en los 160 puestos fronterizos y en los aeropuertos de Ezeiza y Córdoba.
Hacia adentro del Gobierno el Presidente encomendó al canciller Felipe Solá a emitir una resolución para obligar a una cuarentena con aislamiento y licencia excepcional a todos aquellos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores que lleguen de Asia, Europa o Estados Unidos. La misma medida se tomó para los funcionarios sujetos a la Secretaría General de la Presidencia que hayan estado en los últimos 15 días en esos focos de contagio mundiales. También se suspendieron las visitas guiadas a la Casa Rosada.
Blindaje y economía
Durante la reunión del gabinete de emergencia el presidente dio muestras claras de respaldo pleno a su ministro de Salud Ginés González García que fue duramente criticado en las últimas horas por haber dicho que “no creí que el coronavirus iba a llegar tan rápido a la Argentina, nos sorprendió”.
El Presidente ordenó que toda la coordinación del gabinete de emergencia quede bajo el mando central de González García y de nadie más.
“Alberto tiene la plena confianza en las capacidades de Ginés y eso es lo que dejó en claro”, explicó a Infobae un funcionario del Gobierno ayer, tras la reunión del Gabinete y cuando se rumoreaba sobre una eventual renuncia del ministro de Salud. Es que González García se fue antes de la reunión interministrerial y no quiso hablar con la prensa.
Pocos minutos después de ello los voceros presidenciales aclaraban que la partida anticipada del ministro de Salud respondía a un viaje a Rosario programado anteriormente para hablar con autoridades sanitarias sobre el avance del dengue.
En esta misma línea de pleno respaldo a Ginés García, la viceministra de Salud desechó de plano las críticas que le hicieron a su cartera por no controlar con medición de fiebre a todos los pasajeros provenientes de Europa o Asia. “En Italia siguieron ese protocolo y hoy es uno de los países más afectados con muertos”, dijo Vizzotti en la conferencia de prensa.
Por otra parte, el Gobierno evalúa en estas horas el impacto económico de la crisis mundial del coronavirus.
Tanto el ministro de Economía, Martín Guzmán, como el de Producción, Matías Kulfas, siguieron ayer con atención el comportamiento de los mercados y el precio del petróleo.
En el Gobierno hay quienes sostienen que la crisis del coronavirus tapó por completo el conflicto del campo y la negociación de la deuda. Pero también alertan sobre los efectos negativos de esta crisis: cierre de mercado de granos en China, disminución de inversiones petroleras en Vaca Muerta y una baja en el flujo comercial a Estados Unidos y Europa.
Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior, ayer dijo a Infobae que “el impacto del coronavirus en la Argentina puede ser enorme y aún no se saben sus dimensiones reales por la caída de la economía de China y por el flagelo que el virus está causando en Europa”.
El Presidente maneja todas esas variables económicas que le acercan sus funcionarios y sobretodo el eventual impacto humano mayor de esta pandemia en la Argentina. Fernández está convencido de que el cononavirus podría amenazar con amplificarse a una crisis sin precedentes en el país. Tratará de seguir adelante con la agenda diaria aunque no sea nada fácil: ayer suspendió una presentación del programa Progresar y hoy decidió levantar el anuncio de un mapa de desnutrición infantil del Consejo Federal de Argentina contra el hambre.
La batalla contra el coronavirus recién empieza para Alberto Fernández y de allí su decisión de mostrarse “activo y vigilante”, como les dijo a sus ministros.
Seguí leyendo: