Tal como todos anticipaban, la Iglesia Católica utilizó la misa de celebración del Día de la Mujer, convocada en Luján, como escenario para bajar un contundente mensaje en contra de la legalización del aborto.
Ante miles de fieles, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, dirigió un mensaje que apuntó directamente al Gobierno nacional.
El religioso destacó que “millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, tiene la profunda convicción de que hay vida desde la concepción” y llamó a elegir mejor las “prioridades” en un país con “altos niveles de pobreza e indigencia”.
El silencio mediático del oficialismo dejó en evidencia la estrategia elegida por Alberto Fernández: evitar la confrontación directa y, en simultáneo, fortalecer la agenda conjunta relacionada con la asistencia social.
El contraste con lo ocurrido en torno al aumento de las retenciones es claro. Mientras que referentes del oficialismo como el senador Oscar Parrilli, el piquetero Juan Grabois, y el ex ministro de Planificación -recientemente liberado- Julio De Vido, entre otros, salieron a cuestionar las medidas de fuerza anunciadas por un sector del campo, el mensaje de la Iglesia no encontró respuesta mediática. No hubo chicanas por Twitter ni críticas en radio o televisión.
De hecho, tanto el presidente Alberto Fernández como su vice Cristina Kirchner, utilizaron las redes para saludar al colectivo de mujeres en su día y comprometerse con el fin de las desigualdades de género. Ninguno aludió directamente al aborto, tampoco a los dichos de la cúpula de la Iglesia.
“Hoy me gustaría darles mi compromiso: un Estado que trabaje para que todas, todos y todes tengamos las mismas oportunidades”, publicó el líder del Frente de Todos.
De acuerdo a lo anunciado en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el oficialismo presentará -posiblemente este miércoles- el proyecto de legalización del aborto y una segunda iniciativa legislativa que apunta a fomentar una ayuda financiera a las madres que quieren tener hijos pero que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
A pesar de la sensibilidad de la cuestión, el diálogo entre el Gobierno y la Iglesia no está interrumpido. Tanto el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, como el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, mantienen un permanente contacto con Ojea y con autoridades de Cáritas y de la Pastoral Social para desplegar el trabajo de asistencia social en las villas que hoy son un pilar para la política del Gobierno.
En los próximos meses se espera que tanto la Iglesia Católica como las diferentes expresiones Evangelistas impulsen movilizaciones en rechazo del proyecto. El 22 de marzo habrá una nueva jornada de oración a nivel nacional y ya hay previsto algún acto frente al Congreso cuando se lleve el debate del proyecto de ley que promueve el Presidente.
Sin embargo, Alberto Fernández continuará dando prioridad a dos conflictos muchos más urgentes: la deuda y el campo. Si nos atenemos al calendario oficial, esta semana desde la cartera que dirige Martín Guzmán debería difundir su propuesta a los bonistas privados, para así comenzar con el “road show” la siguiente y poder cumplir con el plazo para llegar a un acuerdo que anunció Alberto Fernández tras su asunción: fines de marzo.
Por otra lado, el Gobierno dio por “cerrada” la discusión con las entidades rurales -que convocaron a un cese de comercialización de cuatro días- y espera que la disputa pierda intensidad gradualmente. Aunque dejaron en claro que la revisión del incremento de tres puntos no está en la mesa de negociaciones.
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