Víctor Manzanares, el ex contador de la familia Kirchner que se arrepintió en una de las causas ligadas a la megacausa de los cuadernos, denunció hoy formalmente en la Justicia federal de Río Gallegos haber recibido una serie de intimidaciones sospechosas. El ex detenido aseguró que recibió una comunicación en donde le advertían sobre los movimientos movimientos que él hizo en los últimos días. Aunque tiene custodia de la Policía Federal, cree que lo están vigilando y están reportando lo que él hace.
Lo curioso es que la persona que lo contactó lo llamó al teléfono privado que le dio el sistema de monitoreo que responde al Ministerio de Seguridad, indicaron a Infobae fuentes del caso. Ni el propio Manzanares sabe ese número, porque es el número que le entregaron cuando tras renunciar al programa de Protección de Testigos e Imputados Colaboradores solo solicitó custodia de la Policía Federal.
En los llamados, la persona que se comunicó con Manzanares aludió a conversaciones privadas que había tenido con su abogado. Una de las cosas que le llamó la atención fue que el responsable del mensaje le preguntó si no había tenido “problemas de humedad”. Justamente, Manzanares había estado haciendo arreglos en la oficina que funcionó como estudio contable y que él abandonó cuando fue detenido. La esposa del contador también recibió varios llamados en donde le cortaban apenas atendía.
La información fue confirmada a Infobae por el abogado Roberto Herrera, a cargo de la defensa de Manzanares junto al ex juez Alejandro Baldini.
Ayer, cuando Manzanares fue a firmar a la comisaría de Río Gallegos, algo habitual para demostrar que “está a derecho” tras la libertad que le concedió a la Justicia, el contador le comentó lo que le había sucedido al comisario. Fue recién cuando Manzanares se comunicó con su abogado, que estaba en Buenos Aires en un juicio oral, que la denuncia fue tomada de oficio en la seccional de Santa Cruz y hoy ratificada en el juzgado federal de Río Gallegos.
La notificación ya llegó a los tribunales de Comodoro Py 2002, en el marco de la causa Los Sauces, la causa por la que el contador de los Kirchner quedó preso en julio de 2017 por orden del juez Claudio Bonadio.
Aunque desde entonces muchas veces se especuló con que Manzanares podía hablar sobre los negocios de la familia Kirchner, fue recién en febrero de 2019, en el marco de la causa de Daniel Muñoz, ligada a los cuadernos, cuando Manzanares pidió declarar como arrepentido y dio detalles de los movimientos de dinero de la familia presidencial y del ex secretario de Néstor Kirchner que falleció en 2016. Manzanares está procesado por la investigación de lavado de dinero que salpicó a Muñoz y todo su entorno.
Sus declaraciones tuvieron un altísimo voltaje político . En sus dichos se mezclaban sospechas sobre los fondos de Santa Cruz y maniobras de corrupción hasta ahora no detectadas, con episodios de tono anecdótico que hablan de la intimidad del mundo kirchnerista. Aparece por ejemplo una frase atribuida a Cristina Kirchner en donde celebra la muerte de Daniel Muñoz (“menos mal que se murió”) o la propia confesión de Manzanares diciendo que “hacerlo feliz” a ese ex secretario fallecido era “el summum” para él “porque Kirchner lo maltrataba”. Por eso, en una declaración, él se encargaba de “fabricarle dos o tres millones de pesos en blanco” para que fuera al shopping a desahogarse.
En mayo de 2019, el TOF 5, que llevará adelante la causa Los Sauces, ordenó la libertad de Manzanares, que renunció al programa de Proteccion de Testigos. El ex contador de los Kirchner quería irse a vivir a Río Gallegos, de donde es oriundo, pero en el programa de Protección no podían asegurar allí su seguridad.
Entonces, como el programa es voluntario, la defensa anunció que abandonaba el programa e irse a vivir al sur. Al excarcelarlo, el TOF había dispuesto una serie de pautas en su libertad, entre ellas la colocación de una tobillera electrónica con GPS.
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