Lejos de intentar calmar los ánimos, el núcleo duro del oficialismo salió con los tapones de punta a confrontar con el campo luego de que la Mesa de Enlace anunciara el cese de comercialización de granos y hacienda por cuatro días. El primero que salió a marcar la cancha fue el propio presidente Alberto Fernández, quien dijo que los productores agropecuarios “siempre quieren ganar”.
Con el correr de las horas y de los interlocutores, el tono del discurso se fue endureciendo. En un encuentro organizado ayer en el Instituto Patria, el senador ultra-K Oscar Parrilli acusó a los chacareros de ser responsables de la crisis económica y dijo sentirse orgulloso de este nuevo enfrentamiento. Su intervención generó la respuesta irónica de Matías De Velazco -CARBAP-, quien planteó que la ex presidenta Cristina Kirchner tenía razón en el apodo que le había puesto en las comunicaciones telefónicas que se filtraron años atrás.
Este viernes, el fuego dialéctico parece haber llegado a su punto más alto con la intervención del aliado kirchnerista y amigo del papa Francisco, Juan Grabois. Fiel a su estilo y sin pelos en la lengua, disparó toda su verborragia contra los grandes productores agropecuarios.
“No aprendemos más porque a esta altura del partido, con la historia como testigo, hay que tener claro que existe un muy reducido núcleo con el que hay una contradicción antagónica”, introdujo en diálogo con el periodista Roberto Navarro en El Destape Radio.
Y desarrolló: “Estoy hablando de este 1% de parásitos que viven de la renta extraordinaria de la tierra que es de todos, que tienen propiedades de extensiones faraónicas únicamente como producto de una serie de genocidios y latrocinios de la historia argentina y que son un elemento de atraso y de dependencia para nuestro país con el que si no barremos definitivamente, nunca vamos a poder tener niveles de dignidad adecuados para una vida normal, ni siquiera una gran cosa”.
Cuando a Grabois le repreguntaron qué quiso decir con el término “barrer”, explicó: “Es como cuando los cristianos decimos que no hay que luchar contra el pecador, sino contra el pecado, porque acá el problema no es una persona, sino el sistema del agronegocio sojero extractivo transgénico combinado con grandes extensiones de propiedad y con una hegemonía ideológica que ejerce este 1% sobre su brazo piquetero, que son los chacareros medianos”.
El militante de la CTEP aclaró que su contradicción no es con el productor que vive en Recoleta y viaja un par de veces por año a su campo para recoger la renta, sino con los grandes tenedores de tierras que poseen más de 400 hectáreas e históricamente han tenido intereses contradictorios con el país.
“Cuando planteamos la reforma agraria, que no es ninguna locura porque se ha hecho en Dinamarca, Estados Unidos, Francia y Japón en el siglo XVIII y se está haciendo ahora en Escocia, no estamos hablando de Castro-Chavismo, estamos hablando de modelos capitalistas bien occidentales, normalitos... pero el problema que tenemos es que los liberales argentinos son muy monopolistas”, reflexionó.
Grabois aportó además una idea para que el Estado intervenga en caso de que se produzcan cortes de ruta en medio de las protestas del campo. Dijo que hay que utilizar drones para sacarles fotos a sus camionetas y multarlos. “Que financien con multas lo que no quieren pagar por retenciones”, ironizó.
“Cuando nosotros hagamos protestas, también que nos multen. La diferencia es que nuestros compañeros no tienen para comer, estos están protestando para ver si ganan $500 mil más por año cuando se llevan millones. El Gobierno se tiene que poner firme cobrando las multas, no reprimiendo”, agregó.
Lejos de bajar el tono de sus afirmaciones, Grabois planteó que ese 1% de grandes empresarios "tiene los medios económicos de generar hegemonía, arrastrar a un sector que como decía Jauretche ‘no tienen mas tierra que la que llevan en sus macetas’, pero aspiracionalmente quieren formar parte de esta oligarquía propietaria que se identifica más por el desprecio contra los negros que por sus intereses económicos y posiblemente haga seguidismo de las cámaras empresarias del campo con sus aliados judiciales, políticos y mediáticos”.