Los funcionarios del gobierno nacional desmintieron que la reforma a las jubilaciones de jueces y diplomáticos apunte a vaciar el Poder Judicial y que ponga en peligro el servicio de Justicia. Magistrados, fiscales y funcionarios del servicio exterior defendieron sus haberes y jubilaciones, superiores y especiales respecto a la del resto de los sectores. Y los senadores de la oposición reclamaron que se les permita incorporar modificaciones.
Todo eso sucedió durante las tras tres horas y media que se extendió el plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión y de Presupuesto, que terminó con dos dictámenes que se votarán el jueves de la semana próxima en una sesión ordinaria en el Senado sin que haya acuerdo ni cambios. Si el oficialismo consigue aprobar la iniciativa que ya tiene media sanción de Diputados sin modificaciones, será ley.
De la reunión que presidió el senador Daniel Lovera, acompañado por el cordobés Carlos Caserio, participaron como expositores el ministro de Trabajo, Claudio Moroni; el titular de la ANSES, Alejandro Vanoli; y el secretario de Seguridad Social, Luis Bulit Goñi; además de sindicalistas y representantes de asociaciones judiciales y diplomáticas.
La mitad del debate abordó la renuncia de jueces de los últimos días. Tras exponer, en forma mucho más breve que la semana pasada en Diputados, el ministro Moroni aseguró que “esto no tiene ninguna intención de desguarnecer la administración de Justicia ni de expulsar a los jueces”, en respuesta al radical chaqueño Víctor Zimmermann. En ese sentido, aclaró que como sus designaciones y renuncias requieren acuerdo, “tendrá que irse regulando la aceptación” de sus dimisiones.
La mayor participación de Juntos por el Cambio partió del ala radical que cuestionó el apuro por aprobar la ley, que no se haga una reforma más profunda y volvió a dudar sobre las verdaderas intenciones del Gobierno actual.
Por su parte, Martín Lousteau dijo que el sistema previsional es deficitario porque “lo tocamos irresponsablemente sin ningún cálculo: un día los privatizamos, otro año lo estatizamos, en el medio le sacamos el 15% a las provincias, después moratorias, fallos judiciales, la movilidad, la suspensión de la movilidad y otra moratoria y la reparación histórica”. Y preguntó por qué "solo tocamos dos sistemas que solo implican el 7% del total de los regímenes especiales. No se entiende por qué solo llegamos hasta aquí. Por qué no nos damos el trabajo de discutirlo como corresponde”.
El porteño insistió en que "hay un montón de regímenes especiales, acá solo estamos abordando algunos que no son los que más contribuyen con el régimen general. Ninguno de los otros regímenes especiales se nombró, como el de Luz y Fuerza”, lo que le valió luego chicanas porque expuso más que hacer preguntas y porque reclamó cambios más profundos al Gobierno. Para el ex ministro de Economía “es muy importante esta tarea, pero tenemos sabor a poco porque no termina de reducir el déficit ni el déficit a futuro”.
El riojano Julio Martínez advirtió que “no es casual ni es una cuestión menor la vacancia que se puede producir”, además de reprochar que hayan sido dejados afuera de los cambios a los miembros de la Corte Suprema de Justicia.
Moroni salió al cruce y repitió que “descarto que este régimen tenga alguna vocación de expulsar jueces” y chicaneó a a la oposición porque “Lousteau dice que es una propuesta tímida cuando es prudente”. Sobre las renuncias se definió preocupado. “Si expulsa un montón de jueces es un exceso de sensibilidad, si esto provoca un éxodo me preocupa”, agregó tras recordar que se exceptúa a la Corte por razones “históricas” y por ser la cabeza del Poder.
Esteban Bullrich, el único del PRO que tomó la palabra, reclamó que “hay una subestimación del trabajo conjunto”, se mostró colaborativo y reprochó que al ser el Senado la cámara revisora, el oficialismo avance sin dejar que se hagan modificaciones.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Magistrados Marcelo Gallo Tagle, advirtió que si este proyecto avanza “se desalienta la carrera judicial y el ingreso de los más idóneos”. Ante algunas críticas de distintos sectores expresadas en los últimos días, aseguró que “la afectación no es que nuestra independencia está regulada por nuestro salario, el salario es el reconocimiento de la función que cumplimos”. “Los jueces se van por temor respecto a la seguridad jurídica”, agregó. Ante una pregunta del senador Caserio, se mostró muy seguro de que “si hubiera una cláusula transitoria más clara estoy seguro que los 50 jueces que presentaron la renuncia se quedarían”.
Aunque es peronista, Julio Piumato se distanció del Gobierno y en nombre de los trabajadores, pidió que haya un solo sistema pero que no se le “quiten” derechos a los judiciales. “Si nos hubieran consultado este proyecto sería mejor, si es que el objetivo del Gobierno era garantizar la sustentabilidad del sistema”, concluyó.
En los cierres, Luis Naidenoff, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, volvió sobre las motivaciones del oficialismo. “Coincido que es modesto y prudente, se mantiene el régimen especial, la cuestión de fondo se mantiene incólume”, cuestionó y advirtió que coincide con el Gobierno en que es un proyecto “prudente” que “mantiene el régimen actual, no toca el 82% móvil, sostiene un esquema y no hay criterio equitativo cuando no se incorpora a la cabeza, la Corte”. "Entonces -se preguntó- ¿qué discutimos? Lo que discutimos es poder, cómo vamos a llenar las vacantes”, subrayó el formoseño que prometió continuar su argumentación la semana próxima en la sesión.
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