Mauricio Macri participó en uno de los tres paneles del encuentro llamado “Centroamérica, dramas y oportunidades, desafíos y soluciones”. Durante su intervención, dejó claro que la revolución tecnológica juega a favor y en contra del desarrollo de los países. La primera, porque facilita la vida de las personas y la segunda, porque impulsa el crecimiento del oportunismo y del populismo, que catalogó como el cáncer de las sociedades.
“Para mí, algo mucho más peligroso que el coronavirus es el populismo. El populismo lleva a hipotecar el futuro. Compromete no solo el desarrollo sino el futuro básico de las comunidades. Además, ha desarrollado un sistema de decir que ellos -quienes apoyan esta corriente- son los que representan al pueblo. Ellos necesitan gobernar sin contrapesos para poder imponer todas las arbitrariedades que niegan los avances del mundo y de la tecnología”, dijo el ex presidente cuando el panel le preguntó cómo construir un apoyo popular para lograr la integración latinoamericana.
Para construir la unificación, en un inicio centroamericana y posteriormente continental, debe lucharse contra los peligros del populismo, según expresó. Uno de ellos es el relativismo moral, que definió como la indiferencia ante los hechos y decisiones públicas que afectan la vida de los habitantes. “Donde todo da lo mismo”, a la vez que “destruye el trabajo y respeto a la ley”, refirió.
Macri aceptó que la integración, planteada como la Unión Europea, debe ser asumida por lo líderes políticos pero también respaldada por las ciudadanías de los diferentes países. “¿Por qué fracasan los países?, ¿por qué tienen éxito los países? Porque se animan a la revolucion tecnológica, se animan a la competencia, a la transparencia. Todos son valores que tienen que estar y para eso nos tenemos que unir”.
Pero lograrlo requiere de tiempo, el principal obstáculo de las sociedades modernas. “Debemos ponernos metas con fechas inamovibles para mejorar las asimetrías… allí estaremos todos comprometidos frente a la sociedad”, afirmó. Asimismo, no dudó en culpar a la misma revolución tecnológica -que unos instantes antes decía que el populismo quería vedar- de crear una disociación entre el ritmo acelerado de la vida actual y su alta capacidad para satisfacer necesidades, frente la velocidad -capacidad- real de los Estados para cumplir metas colectivas y procesos democráticos.
“Hoy día apretamos un botón y tenemos un auto. Apretamos un botón y tenemos una habitación. Apretamos un botón y escuchamos música o tenemos una película. Apretamos un botón y tenemos pareja. Le digo a mi mujer, que está acá, que -ella- me costó mucho más que apretar un botón. Pero en la democracia, como con mi mujer, cuesta mucho más tiempo cambiar las cosas. Requerimos de dialogar, de negociar, de plantearnos metas, objetivos comunes. En esos tiempos hace falta gente realmente responsable”, resumió.
Y agregó: “Integrarnos hoy también significa evitar estas propuestas seductoras de: yo te lo resuelvo a la velocidad que escuchas tu música todos los días. Eso nos lleva a destruir los procesos de desarrollo, a destruir las reglas del juego”.
Para Macri, lo que los gobiernos de Latinoamérica necesitan son “reglas claras y permanentes para acumular la inversión y capital, que es lo que te lleva al desarrollo”.
"En función de progresar, la ética de la integración debe empezar en: podemos ser mejores y para eso nos tenemos que animar a intercambiar con nuestros vecinos y con el mundo entero. Vencer los miedos porque aislados no tenemos futuro. Debemos integrarnos y tenemos un enorme futuro si nos animamos a hacerlo», concluyó.
El panel en el que participó el ex mandatario estuvo integrado por otros ex presidentes como Miguel Angel Rodríguez, (Costa Rica 1998-2002), Luis Alberto Lacalle, (Uruguay 1990-1995), Jamil Mahuad, (Ecuador 1998-2000) y Luis Alberto Moreno, presidente en funciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El encuentro pretendía intercambiar experiencias para lograr la integración centroamericana, el primer paso para unificar a Latinoamérica, una región caracterizada por la violencia, la migración y la falta de oportunidades.