“No hay nada” dicen los empleados de la Casa Rosada ante la consulta de Infobae acerca de las medidas de alerta y prevención contra el coronavirus COVID-19 en la Casa Rosada. Por su lado, en la Secretaría General de la Presidencia se informó que están “a la espera de lo que diga el Ministerio de Salud: lo que manden es lo que haremos”.
Consultado el Ministerio, pudo constatarse que existe un manual de “Recomendaciones para la prevención de infecciones respiratorias en empresas y organismos con atención al público”, que incluye destacar visualmente información sobre la adecuada higiene de manos y la apropiada higiene respiratoria, poner a disposición del público elementos para la higiene y la prevención y la sistemática desinfección de superficies y ventilación de ambientes.
De estas recomendaciones de tipo general, ninguna se puso en marcha por ahora en la Casa Rosada ni en ninguna oficina de la administración pública nacional.
Hace tres años, cuando el dengue llegaba a los barrios de la Ciudad de Buenos Aires, se implementó una tarea de prevención con recorridos por cada una de las oficinas con folletería y explicación de las medidas a tomar en los hogares.
Y en los años 2009/2010, en tiempos de gripe A (H1N1), el Ministerio de Salud había incluido entre los grupos de riesgo a funcionarios de primer nivel, con rango de decisión, como presidente y vice, ministros y gobernadores, jefes de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad. Sobre ellos hubo un sistema de alerta temprana, que incluyó a su grupo familiar y profesional cercano.
Sin embargo, quizás porque es prácticamente imposible la circulación local del virus, las medidas en la administración nacional son todavía nulas. Los gremios estatales no se involucraron en la prevención y tampoco existe ningún protocolo que proteja a funcionarios y empleados de la Casa Rosada, donde el Presidente pasa la mayor parte del tiempo. Tampoco existe cartelería al respecto ni se distribuyó alcohol en gel en los despachos, como ya está sucediendo en otros países.
“Las medidas que hay que tomar son las generales: lavarse las manos en forma frecuente; adoptar medidas de higiene respiratoria al toser o estornudar; mantener un metro de distancia con personas que tosan, estornuden y tengan fiebre; evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca; visitar al médico en caso de tener fiebre, tos o dificultad de respirar; finalmente, evitar el consumo de productos animales crudos o poco cocinados”, explicó un funcionario de la Secretaría de Acceso a la Salud del Ministerio consultado, quien, además, pidió “no sobreactuar porque se genera una ansiedad social que carece de sentido”.
También aseguró que la red de salud pública y privada está preparada, lo mismo que los laboratorios donde se detecta el virus, como es el caso del Instituto Carlos Malbrán, desde donde se coordina a los laboratorios del país que participan de la red de control e investigación de patologías.
Argentina ya emitió dos protocolos contra el nuevo coronavirus, uno general, lanzado en el mes de enero, y otro específico generado ante el brote originado en Italia, “que implica la posibilidad de ingreso directo a nuestro país de personas infectadas”. Fue cuando se generaron nuevas recomendaciones para los vuelos directos provenientes de ese país, necesarias para la detección temprana, registro y control de pacientes “con posibilidad de presentar una enfermedad respiratoria aguda al ingresar a la Argentina".
Estas acciones adicionales se están realizando únicamente en el aeropuerto internacional de Ezeiza, ya que es por donde llegan los vuelos procedentes de Italia, y se implementa a través de entrevistas que realizan los agentes sanitarios de la Dirección Nacional de Sanidad de Frontera, una declaración jurada de salud que realiza cada pasajero, la información para que el Ministerio de Salud pueda ubicarlos para evaluarlos posteriormente y, ante la detección de lo que es definido como “paciente sospechoso”, se le coloca un barbijo y se lo traslada a un sitio para la atención, determinando posteriormente contactos estrechos de las últimas dos semanas para control y seguimiento.
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