En un nuevo gesto que busca reforzar las relaciones bilaterales entre Argentina y Uruguay, el presidente Alberto Fernández enviará mañana una comitiva especial de funcionarios a Montevideo para presenciar la asunción de Luis Lacalle Pou y dar una clara señal de distensión.
La intención del Presidente es llevar por medio de sus representantes un mensaje de buena sintonía con la nueva administración de Uruguay, a pesar de que pertenece al Partido Nacional y no comulga con los ideales históricos del peronismo. Más bien, el kirchnerismo mantuvo siempre una buena relación con los mandatarios del Frente Amplio uruguayo como José Mujica o el hasta ahora presidente Tabaré Vázquez.
Fernández anunció que no podía concurrir mañana a Uruguay para la toma de mando de Lacalle Pou porque ese mismo día debía liderar desde las 11:30 la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Luego hizo un llamado por teléfono al presidente electo del Partido Nacional para pedirle disculpas por su ausencia en la asunción y allí coordinaron un encuentro en el futuro inmediato.
Ahora el Jefe de Estado decidió mandar una comitiva que arribará mañana a las 13 a Montevideo y estará liderada por el canciller Felipe Solá; su jefe de Gabinete, Guillermo Cháves y el designado embajador argentino en Uruguay, Alberto Iribarne.
“La idea es estar al lado del nuevo presidente de Uruguay en nombre de Alberto Fernández, llevar un mensaje de buena sintonía y exponer la clara intención de que ambos países deben estrechar aún más sus vínculos”, explicó a Infobae un funcionario de la Casa Rosada que formó parte de la organización de la comitiva.
Por razones de protolocolo al ausentarse Alberto Fernández en la asunción de un jefe de Estado tenía que viajar la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Infobae consultó a las fuentes oficiales si la decisión de que la vicepresidenta no viaje a Uruguay tenía respondía a sus diferencias con el Partido Nacional y su mayor alineamiento al Frente Amplio. Sin embargo, allegados a Alberto Fernández desecharon de plano esa idea: “No hay nada de eso. Es que Cristina debe presidir con Massa la Asamblea legislativa para recibir al jefe de Estado en el Congreso y si Alberto no iba a estar por ir a Uruguay tampoco correspondía que se ausente la vicepresidenta en el mensaje presidencial ante el Parlamento”.
La comitiva liderada por el canciller Solá que viajará a Uruguay se trasladará en un avión de la Presidencia y es muy probable que mantengan un encuentro breve y a solas con Lacalle Pou. Así lo aseguran los funcionarios del Gobierno que ya organizaron el viaje a Montevideo y mantuvieron contactos en las últimas horas con los hombres del presidente electo de Uruguay.
La jugada de acercamiento de Fernández a Lacalle Pou busca desterrar de plano su apoyo que dio en plena campaña presidencial de Uruguay donde el candidato el Frente Amplio era Daniel Martínez y perdió en segunda vuelta.
El miércoles pasado Fernández habló por teléfono con el mandatario electo de Uruguay y, según trascendió, ambos coincidieron en la necesidad de “acercar posiciones” entre ambos países, reactivar la agenda bilateral y quedaron en reunirse próximamente en la ciudad de Montevideo, aunque no se acordó fecha alguna.
Fernández llamó por teléfono a Lacalle Pou y se disculpó por no poder concurrir el próximo domingo a su asunción. Le explicó que estaba muy ajustado de tiempos por la inauguración de las sesiones ordinarias en el Congreso argentino pero se comprometió a viajar a Uruguay en lo inmediato.
“Fue una charla muy positiva, se habló de todo. Repasaron temas y coincidieron en la necesidad de relanzar las relaciones bilaterales”, explicó a Infobae un funcionario del gobierno argentino.
En este sentido, las fuentes oficiales consultadas dijeron que hubo coincidencias entre ambos dirigentes en reforzar el comercio, el flujo en temas energéticos y revisar juntos el acuerdo de libre comercio de la Unión Europea y el Mercosur.
Según se supo, no se habló de los vuelos británicos que aterrizan en Montevideo y luego despegan rumbo a las Islas Malvinas. Este fue un tema que mencionó la semana pasada en el Senado el designado embajador en Uruguay Alberto Iribarne. La Argentina adelantó que trasladará sus quejas a Uruguay por abastecer aeronaves británicas. Pero al parecer, nada de ello se mencionó en la charla telefónica entre Fernández y Lacalle Pou. Tampoco se mencionó el tema de la instalación de la nueva pastera de Uruguay situada en el Pueblo Centenario, a escasos kilómetros de Paso de los Toros, a la vera del río Negro, a 237 kilómetros de la desembocadura del Uruguay, límite entre ambos países.
Está claro que con la comitiva especial que mañana enviará Alberto Fernández a la asunción de Lacalle Pou se buscará “desideologizar” la relación con Montevideo.
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