La renuncia de Alejandro Vandenbroele al Programa de Testigos Protegidos y el traspaso a la órbita del Ministerio de Justicia trasladaron la tensión a su ex mujer, Laura Muñoz. Según pudo saber Infobae de fuentes judiciales, el juez federal Ariel Lijo dispuso que la mujer tenga una custodia permanente en la puerta de su casa. Hasta ahora solo era monitoreada por el Programa de Testigos Protegidos, al que sigue perteneciendo.
Vandenbroele renunció al Programa el viernes pasado argumentando que estaba en riesgo su seguridad. El detonante fueron las declaraciones del secretario de Justicia, Juan Martín Mena, quien criticó la exposición del arrepentido en la causa Ciccone. Dos días antes, Vandenbroele había dado entrevistas a Infobae y a otros dos medios por la filtración de su legajo reservado.
El arrepentido le hizo llegar su renuncia al juez federal Ariel Lijo y una nota al ex director del Programa, Francisco Lagos, donde describía los cinco motivos por los cuales abandonó el Programa: 1) filtración y y difusión mediática ilegal de su trabajo, 2) inacción y falta de respuesta de parte del programa, 3) declaraciones de miembros del poder ejecutivo y del poder judicial sobre su condición de arrepentido, 4) la vuelta al Poder Ejecutivo del Programa, y 5) las declaraciones públicas del secretario de Justicia.
Durante el fin de semana largo, Vandenbroele regresó a la provincia de Mendoza, donde administra la posada que generó la polémica. A su vez, presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “No tengo recursos judiciales adecuados para protegerme de la acción del Estado en este momento, habiendo denunciado ante el juez que aceptó mi arrepentimiento la situación descrita, pero temo una embestida imposible de ser repelida por él, por lo que solicito su intervención con las consideraciones que hagan cesar esta situación por parte del estado argentino y requerirle la adopción de otras medidas o acciones estatales para preservar mi integridad física, moral y libertad”, cierra esa denuncia.
La tensión por la renuncia de Vandenbroele tuvo consecuencias inmediatadas sobre su entorno. Desde el viernes, Laura Muñoz es custodiada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), una fuerza que depende del Ministerio de Seguridad. “La situación está complicada”, se limitaron a decir desde el entorno de la mujer, que sigue formando parte del Programa de Protección de Testigos y tiene una hija en común con el arrepentido del caso Ciccone.
“Se trata de una custodia estática en la puerta de su domicilio”, confirmó una fuente oficial.
Muñoz fue clave en la primera etapa del escándalo. Pero la denuncia contra su ex marido cambió su vida, incluso la relación con su familia. Hasta su madre declaró en su contra en el juicio. “Era una situación muy violenta. Cada uno tiene la escala de valores que quiere tener. Cada uno elige, quizás ella eligió más el poder y el dinero, sobre los afectos, yo no la voy a juzgar”, dijo en un programa de televisión.
Apenas estalló el caso Ciccone en el año 2012, Muñoz estuvo custodiada por unas semanas. Su ingreso al Programa de Testigos Protegidos se remonta a noviembre de 2013, confirmaron fuentes oficiales.
La ex mujer de Vandenbroele hace tiempo no habla en los medios. La última vez fue en diciembre, antes del cambio de Gobierno. En ese momento, dijo que tenía “miedo” y “preocupación” por la vuelta del kirchnerismo al poder.
Consultado por este medio, Vandenbroele prefirió no hacer declaraciones sobre la custodia de la PSA, que también afectará la vida cotidiana de su hija.
En lo concreto, Muñoz sigue perteneciendo al Programa de Protección de Testigos, que mantiene relación permanente con el Ministerio de Seguridad para coordinar las custodias.
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