El Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Daniel Arroyo, entregará por concurso 500 kits de trabajo para personas desocupadas o que realicen changas, que sean mayores de 40 años y que tengan experiencia en oficios. La entrega será gratuita, y los beneficiados deberán realizar una “contraprestación” a alguna entidad pública, como escuelas o comedores barriales.
El programa se denomina “Potenciar” y la decisión de Arroyo, según el propio ministro le explicó a Infobae, es “premiar a los mejores proyectos individuales o colectivos destinados a producir o desarrollar servicios”.
Los kits son equipos completos que involucran cuatro áreas de trabajo: jardinería, gastronomía, textil y construcción. Dentro de esta última profesión, se destaca, además de albañilería, carpintería y herrería. Además de la edad, los interesados deberán acreditar conocimiento en la actividad en la que se anotaron para concursar.
El equipamiento incluye, por ejemplo, desde hornos para panadería familiar; cortadoras y bordeadoras de césped; equipos para soldadura eléctrica, y hasta máquinas de costura y confección de indumentaria.
Los elementos de trabajo ya habían sido adquiridos durante la gestión de Carolina Stanley en el gobierno de Mauricio Macri.
Arroyo destacó que a diferencia de lo que pretendía la administración anterior, ahora los elementos de trabajo serán entregados a personas que pasen por un “concurso” al que se accederá a través de la página del Ministerio de Desarrollo Social. El formulario llevará a los interesados a responder una serie de preguntas que serán evaluadas y calificadas por un jurado externo.
El programa está pensado para promover la generación de ingresos genuinos de manera rápida a través de actividades como la construcción o la elaboración de comidas y que pueden ponerse en marcha en plazos y que suelen requerir de mano de obra intensiva.
Entre los datos que se deben consignar los interesados, además de la edad, figuran preguntas sobre la experiencia en la actividad propuesta y el proyecto que se va a desarrollar, que puede ser elaboración de pizzas, pan, tortas; trabajos integrales de construcción; carpintería -ya sea fabricando muebles, bajo mesadas, sillas y mesas-; herrería o la instalación de un pequeño taller de costura o de confección de ropa.
También será tenida en cuenta la contraprestación que será brindada. En este ítem, el postulante deberá contar con la aprobación y la firma de la entidad a la cual se brindará el servicio de “responsabilidad solidaria”. Una de las posibilidades que tienen los postulantes es, por ejemplo, derivar el 20% de lo producido -pan, fideos, etc- a un hospital, o cortar el césped de una escuela durante 8 horas mensuales.
Quienes otorgarán los puntajes y certificarán los nombres de los 500 mejores calificados para acceder a los kits “gratuitos” de trabajo serán cinco jurados que ya fueron designados por el Ministerio: la economista Marina Dal Poggetto; el economista Agustín D’attellis; Marisol Rodríguez, integrante de la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA); la socióloga y vicedirectora del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA-UMET) Paula Canelo; e Isaac Rudnik, el director del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCI).
Los criterios que tendrán en cuenta los jurados, ya fueron fijados por la cartera que comanda Arroyo, quien destacó en diálogo con este medio: “Esta es la primera vez que este subsidio sin reembolso y solo a cambio de una contraprestación solidaria; se otorga a través de un concurso y no de manera arbitraria y discrecional”.
El ministro aclaró que esta es la primera etapa de un programa que apunta a brindarles posibilidades laborales a hombres y mujeres desempleados mayores de 40 años, un grupo etario al que se le hace muy difícil volver a insertarse en el engranaje laboral.
Ya se está evaluando también una línea de créditos muy ventajosa que apunta a beneficiar los pequeños emprendimientos familiares cuyos jefas y jefes de hogares son personas mayores de 40 años.
Desde el ministerio de Desarrollo Social se tiene en claro que los dos problemas urgentes a abordar son el hambre y el trabajo. Una de las ideas es que los alimentos elaborados con los kits de trabajo sean comercializados en las 100 ferias itinerantes que en marzo ya estarán recorriendo el país. Uno de los principales objetivos de estos espacios es que puedan acceder a sus puestos los beneficiarios de las 630.000 tarjetas alimentarias que ya fueron entregadas a los sectores más vulnerables y que en marzo llegarán a 1.400.000 personas.