El sindicato que agrupa a los diplomáticos le transmitió al Gobierno su voluntad de “diálogo” para discutir el régimen jubilatorio especial que tiene el personal del Servicio Exterior, pero lamentó que "hasta la fecha no hemos sido oídos, a pesar de insistentes reclamos de nuestra parte”.
En una carta abierta dirigida al canciller Felipe Solá, la Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior (APSEN) se mostró dispuesta a “colaborar en la concreción de un sistema jubilatorio más equitativo que respete las particularidades de la carrera”, aunque recordó que “el presidente (Juan Domingo) Perón propuso que el Servicio Exterior tuviera características especiales dentro de la administración pública y contara con un régimen previsional adecuado a las peculiaridades y necesidades propias del sector”.
La APSEN afirmó que el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo “afecta sustancialmente al régimen específico del Servicio Exterior de la Nación y a sus potenciales beneficiarios”, y, “más aún, sin dejar de reconocer que el régimen especial no constituye un privilegio, avanza sobre la condición previsional de los integrantes del Servicio Exterior mediante la progresiva unificación de dicho régimen con el régimen general instituido por la ley N° 24.241”.
“Los trabajadores diplomáticos comprendemos muy bien la difícil situación económica por la que atraviesa la Argentina”, se destaca en el texto, luego de recordar la expectativa de los integrantes de APSEN de ser recibidos por el Gobierno, a tono con “lo manifestado en reiteradas oportunidades por el presidente de la Nación en el sentido de que el diálogo y la concertación social con empresarios y sindicatos serían los ejes de su gobierno”.
En el mensaje, el sindicato de diplomáticos recuerda que “el presidente Perón decía que la política es la política internacional, y que lo demás era sólo administración. Por eso acompañó el proyecto de la futura ley 20.957 del Servicio Exterior de la Nación con un mensaje meditado y completo, donde abogó por un cuerpo diplomático de carrera estable y profesional, que permitiese alcanzar una política exterior autónoma y soberana”.
“Por eso mismo, también, propuso que el Servicio Exterior tuviera características especiales dentro de la administración pública y contara con un régimen provisional adecuado a las peculiaridades y necesidades propias del sector -agrega la carta abierta-. Es evidente que el presidente Perón entendía muy bien que los diplomáticos son un cuerpo estratégico dentro del Estado, que no son privilegiados, sino trabajadores sometidos a condiciones laborales atípicas, con estrictas incompatibilidades y que cuestiones como el desarraigo, la dedicación exclusiva, la posibilidad de ser convocados al servicio activo en cualquier momento y la imposibilidad de trabajo y aportes para sus cónyuges, entre otras, los afectan tanto a ellos como a sus familias a lo largo de toda su vida y ameritan consideraciones especiales".
Según APSEN, Perón “también sabía que un Servicio Exterior profesional, pequeño y bien pago es difícil de cooptar por sectores económicos concentrados y potencias extranjeras, y que constituye una herramienta fundamental para alcanzar una política exterior soberana”.
El proyecto enviado por el Gobierno al Congreso que propone la reforma las jubilaciones especiales contempla correcciones al régimen de funcionarios del Servicio Exterior de la Nación, como la reducción de la tasa de sustitución de la jubilación ordinaria y por invalidez y el incremento de los aportes personales adicionales.
Además, los funcionarios que sean designados a partir de la entrada en vigencia de la nueva ley “estarán obligatoriamente comprendidos en el Régimen Previsional General” por lo cual queda “derogado el régimen previsional especial instituido por la Ley N° 22.731”.
Al igual que con los empleados judiciales, para los haberes se calculará el 82% del promedio de los salarios de los últimos 10 años.
Por otro lado, se propone incluir obligatoriamente en el régimen público previsional general a los nuevos funcionarios de carrera que ingresen al Servicio Exterior de la Nación, iniciando así la paulatina integración de los funcionarios al régimen general.
Esos beneficiarios llegan hoy a 8.022 personas y perciben haberes promedio de entre 335.000 y 235.000 pesos por mes, es decir hasta 17 veces más que la jubilación mínima, que es de 14.068 pesos (desde marzo pasará a ser de $15.891).
La jubilación promedio del régimen especial para el Servicio Exterior es de 335.000 pesos (para 688 jubilados) y de unos 235 mil pesos para el Poder Judicial (7.334 jubilados), según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) que utiliza el Gobierno. La diferencia con los jubilados que cobran el mínimo es enorme y esa disparidad es la que quiere eliminar el proyecto oficial. El Estado gasta en estos regímenes especiales más de 25 mil millones de pesos anuales, a pesar de que representan un 3% del total de los jubilados.
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