Antes de viajar a Brasilia, Felipe Solá invitó al futuro canciller de Luis Lacalle Pou a viajar a la Argentina. Su intención fue demostrar la importancia estratégica que la Argentina le da al vínculo con Uruguay, pero también seguir sembrando con el relacionamiento personal un acercamiento con el futuro gobierno uruguayo que no arrancó del todo bien.
Luego del respaldo explícito que Alberto Fernández y él mismo le dieron al derrotado candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, durante la campaña presidencial del país vecino, el gesto fue especialmente valorado por Ernesto Talvi, quien lo destacó en su cuenta personal de Twitter. “Hoy recibimos la invitación del canciller Feliipe Solá para reunirnos en Argentina. Lo valoramos y esperamos concretar la visita en los próximos días @felipe_sola”.
Talvi no será cualquier canciller de la llamada coalición Multicolor, sino el candidato a presidente del partido Colorado que perdió en la primera vuelta frente a Lacalle Pou, líder del Partido Blanco, lo que le impidió competir en el balotaje.
Sin embargo, no solo se apuró en ofrecer el respaldo a la candidatura del ganador para la segunda vuelta, sino que realizó una campaña que se destacó por la calidad de los argumentos y hasta por su propia personalidad, empática y abierta al debate, con capacidad de incorporar nuevos temas en la agenda de su país.
“Para revertir la fractura social, recuperar la convivencia pacífica, poner a la economía de pie y transformar la educación se necesita un cambio y para que ese cambio se concrete convocamos a nuestros votantes a respaldar la candidatura del doctor Lacalle Pou”, manifestó en octubre del año pasado Talvi. Y agregó: “haremos campaña para su victoria”, lo que significó un hecho inédito en la historia de Uruguay, donde ambos partidos tradicionales formaron una coalición para ganar las elecciones.
Cuando se oficializó que sería canciller, Talvi declaró en los medios uruguayos que “apostaré por un Mercosur moderno y flexible” y hasta se propuso como un eventual mediador entre Brasil y la Argentina, luego de la máxima tensión que se generó entre Jair Bolsonaro y Alberto Fernández.
“Nos relacionamos con Estados y no con gobiernos, no por afinidades, sino por intereses”, subrayó entonces, y explicó que lo natural “para un país pequeño como es Uruguay es conjugar los intereses de los países de la región, para que puedan confluir”.
Hace pocos días, incluso, Talvi tuvo una reunión con el canciller brasileño Ernesto Araújo. También lo contó en Twitter. “Fuimos recibidos con gran hospitalidad, hubo excelente receptividad a nuestros planteos, y quedó planteada una prometedora agenda común”, escribió.
Aún antes de asumir, este economista con MBA en Finanzas de la Universidad de Chicago, agnóstico, miembro de número de la Academia Nacional de Economía de Uruguay, se puso a trabajar en su objetivo de limar las diferencias entre los dos socios mayores, para que Mercosur inicie una nueva etapa en la región y beneficie también a los dos socios menores.
Ya se enteró que no la tendrá fácil. Que Bolsonaro haya invitado a un encuentro con Fernández para el 1º de marzo, día de la asunción del nuevo gobierno uruguayo, y que el argentino haya anticipado que no podrá asistir anticipa que las desconfianzas no están saldadas.
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