Hoy temprano, Axel Kicillof se dirigió solo a Casa Rosada y le dijo a su equipo que no era necesario que lo acompañaran: “Va a ser larga, cuando vuelva les cuento”. Y así fue. Tras tres horas de reunión, aseguran en La Plata, el Gobernador convenció al Presidente Alberto Fernández y al Jefe de Gabinete Santiago Cafiero de que no es posible garantizar la seguridad de la población donde están instaladas las fuerzas federales si el Ministro bonaerense del área no tiene información ni mando sobre ellas.
Alberto Fernández, desde su despacho, se comunicó con la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, le pidió que demostrara buena predisposición trasladándose al despacho de Kicillof, a lo que ella accedió, a pesar de ella había argumentado que no podía acceder a los pedidos de Berni. A las 16, Frederic, acompañada por su secretario de Seguridad, Eduardo Villalba, ya estaba frente a frente con el Gobernador y con su ministro. Trascendió que primero estuvo a solas con Kicillof y que, media hora después, se incorporó Berni a la reunión.
Especialmente satisfechos con el resultado de la dura presión que ejerció en la última semana para cambiar el posicionamiento de Nación, el Gobierno provincial emitió un comunicado de prensa explicando que en la reunión “se avanzó en la implementación de una mesa operativa conjunta de coordinación, que permitirá conocer la magnitud del despliegue de las fuerzas federales en la Provincia”.
Así, detallaron, “el gobierno bonaerense podrá contar con información sobre los efectivos que se desempeñan en su territorio para facilitar la articulación con las fuerzas provinciales”. Justamente lo que Berni venía solicitando: “Coordinar la actividad de prevención y seguridad ciudadana con las fuerzas de seguridad federales”.
El equipo de Frederic fue escueto en lo que hizo trascender, asegurando genéricamente que “la reunión salió bien” y que “coincidimos con Provincia”. También dijeron que la reunión fue positiva y ratificaron que se avanza en una “mesa de coordinación”.
Lo que no dice el comunicado oficial, ni tampoco hizo trascender el Ministerio de Seguridad de Nación, es que el pedido de Berni está fuera de las normas de las fuerzas de seguridad, que en ninguna parte del mundo tienen un doble comando. El Ministro bonaerense, más habituado al liderar las fuerzas federales que las bonaerenses, pretende hacer una coordinación bajo su propio mando, o por lo menos es lo que temen los efectivos.
En la provincia, claro, hablan de urgencias en materia de seguridad, pero nadie puede asegurar que el experimento pueda salir bien, salvo que los 6.500 efectivos pasen directamente a orbitar en la provincia de Buenos Aires, que en ese caso debería asumir las responsabilidades presupuestarias, entre otras cuestiones.
“Estamos avanzando en generar las condiciones para que los 6.500 efectivos federales puedan trabajar de manera articulada con los efectivos de la provincia”, dijo Kicillof al término del encuentro. Y agregó que “nuestro objetivo es llevar tranquilidad a los y las bonaerenses y para eso estamos trabajando junto a la Nación en materia de seguridad, como en cada una de las áreas de gobierno”.
La relación entre Fernández y Kicillof, que nunca fue sencilla, vivió un pico de tensión cuando Berni hizo conocer una carta que le envió a la ministra Frederic la semana pasada, donde le pidió que retirara a las fuerzas federales porque “no tienen una conducción clara, que las hace estériles”. Además, habló de “una escalada delectiva que sufre la provincia en los últimos meses” y consideró que “la única respuesta recibida hasta ahora es la burocracia”.
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