“Martín no me llamó ni para el Día de la Madre”, le reclamó Norma Calismonte a su ex marido en una de sus últimas charlas. Desde el teléfono de la cárcel de Ezeiza, Lázaro le preguntó por sus nietos. Y de paso hubo algunos reclamos por plata. El empresario y su ex mujer hablan cada tanto. Pese al divorcio, Norma lo sigue defendiendo. En privado dice que fue una “víctima” (de los Kirchner). Y se molesta cuando escucha que lo tratan como el ex “cajero” del Banco Santa Cruz. “Llegó a gerente”, contesta.
Báez se divorció a fines de 2015. Meses después, Norma comenzó un reclamo judicial en Río Gallegos por el 50% de los bienes conyugales, una fortuna que nadie se anima a dimensionar. Según el último relevamiento judicial, el patrimonio del empresario supera los 200 millones de dólares. No es todo. “Hay bienes en poder de testaferros”, aseguran cerca de la ex mujer. "Todo lo que tuve es de una sola persona que está arriba y me lo dio para que lo administre”, dijo el empresario en una escucha judicial que desmintió y luego tuvo que admitir.
El primer reclamo judicial de Calismonte nunca prosperó o avanzó muy poco. Ahora, alentada por dos de sus hijos, Norma decidió volver a la carga y sumó nuevos abogados, Roberto Herrera y Alejandro Baldini, quienes también defienden a Melina y Leandro Báez dese febrero del año pasado. “La demanda de Río Gallegos sigue, pero vamos a presentar demandas en todo el país porque hay bienes en Capital, en la Costa, en Chaco y hasta en Rosario”, confirmó Herrera a Infobae.
Los abogados trabajan desde diciembre en un exhaustivo relevamiento de los bienes a nombre de Báez y de todas las sociedades que integraba el empresario hasta 2014, la fecha en que comenzó el divorcio. La mayoría de esos bienes están cautelados en las causas judiciales. Pero hay propiedades y vehículos en poder de otras personas. “Norma se cansó de ver camionetas de Austral Construcciones circulando por Río Gallegos”, dijo Herrera.
La ex mujer de Báez vive en la misma casa de siempre junto a uno de sus nietos. Los que la conocen destacan que es una mujer extremadamente “sencilla” y “austera”. “Nunca salió del país”, grafica su nuevo abogado.
Sus hijos la apoyan en este nuevo reclamo. “Mi mamá nunca hizo la división de bienes, va a pelear por el 50% que le corresponde”, explicó Leandro ante una consulta de este medio.
El menor de los Báez está haciendo los trámites en la AFIP para volver a trabajar por su cuenta (tiene dos camiones de carga) y quiere estudiar abogacía a distancia. “Nadie quiere tener un Báez en su empresa”, admite ante las dificultades que afrontó en los últimos años para conseguir oportunidades en el ámbito privado.
Antes debe presenciar el final del juicio por la “ruta del dinero K”, que podría terminar con condenas para toda su familia. En el primer alegato, la querella de la AFIP ya anticipó que pedirá penas para todos los imputados, aunque resaltó las diferencias en el manejo de las cuentas.
Este viernes, Leandro pidió autorización al Tribunal Oral Federal 4 para no asistir a todos los alegatos, que se extenderán por varias semanas. Caso contrario, debería mudarse a Buenos Aires hasta que termine el juicio o viajar todas las semanas desde Santa Cruz.
Algo similar ocurre con su hermana Melina. También alineada con su mamá dentro de la disputa familiar, la menor de las dos hijas de Báez trabaja como empleada administrativa en una empresa de Río Gallegos y enseña inglés de manera privada. La relación con su hermano menor es óptima. Se ven casi todos los días y Leandro la eligió como madrina de su hijo, de apenas 5 meses.
Se reanudó el juicio y no hubo acercamiento
Los cuatro hijos de Lázaro Báez volvieron a verse las caras este miércoles en Comodoro Py. Apenas cruzaron miradas. Las diferencias internas siguen mostrando dos bandos bien diferenciados. En el primer cuarto intermedio de la audiencia, Melina y Leandro decidieron salir del edificio para tomar aire. Martín y Luciana se quedaron adentro de la sala de audiencias junto a su padre y al grupo de abogados que los representan. Solo hubo un saludo formal entre Melina y Luciana.
Leandro no visita a su padre en la cárcel hace más de dos años. En los últimos encuentros discutieron mucho por la estrategia de sus abogados, a los que acusa de haberlo “encapsulado”. Nada cambió.
Tampoco tiene relación con su hermano Martín. La última vez que hablaron por teléfono fue una semana después de su detención, de la que se cumplió un año el viernes pasado. “¿No ves lo que están haciendo?”, le recriminó Leandro.
En cambio, Báez sigue hablando con su ex mujer. Norma le anticipó que volverá a reclamar su parte de los bienes conyugales. Es más, uno de sus abogados fue a Ezeiza antes de la feria de enero y se lo dijo en persona. Su respuesta habría sido positiva.
El empresario sabe que seguirá detenido al menos hasta el final del juicio por la “ruta del dinero K” porque todavía tiene preventiva en otras dos causas por lavado de dinero. La condena, casi descartada en la causa principal, sería apenas el comienzo. Lo esperan varios juicios orales. Y nadie lo incluye en las listas de “presos políticos”.
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