Fue uno de los momentos salientes de la ceremonia de jura de Alberto Fernández. Posiblemente el más tenso de aquella jornada. El frío saludo entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri al encontrarse en el escenario en el Congreso de la Nación generó miles de comentarios sobre los rostros, las miradas que no se dieron, los gestos y la predisposición para cumplir ese acto cordial. Y hasta hoy, continúa generando repercusiones.
La Vicepresidente, de visita en La Habana para presentar el libro “Sinceramente”, se refirió a aquel saludo del que tanto se habló y que expuso la mala relación entre ambos. En medio de una serie de preguntas y respuestas y ante una consulta sobre su visión de la salud de la democracia en el mundo, hizo una introducción centrada en "la famosa grieta” en Argentina y focalizó su discurso en el apretón de manos.
“Se escribieron ríos de tinta, millones de fotografías, una carita que no la hice realmente. Y quiero contar la historia verdadera. En realidad, cuando me extendió la mano debo ser sincera para explicar esa cara, que no es que la puse, ¡me salió!”, sorprendió con la revelación y desató los aplausos y las risas generales del auditorio en La Habana.
Cristina Kirchner contó que cuando Macri le extendió la mano, por su cabeza pensó durante unos segundos en lo que podría suceder en caso de evitar el saludo: “Si no se la doy va a ser un escándalo, van a decir ‘viste que es una porquería, una bruja’, me imaginaba a todas esas mujeres diciendo ‘viste que no le dio la mano’”. En ese interín de duda, sostuvo que su cara "se fue transformando” hasta devenir en el rostro adusto que despertó miles de opiniones.
Con un frío apretón de manos y cara de pocos amigos, aquella vez la ex Presidenta ni cruzó una mirada con Macri mientras este sí la miraba al saludarla como habitualmente lo hacen las personas.
Cuando el ex jefe de Estado ingresó, la cara de Cristina Kirchner cambió automáticamente y eligió darle la espalda al ahora líder de la oposición. Por un instante, todo dejó de ser sonrisas. Él se acercó, estrechó la mano de ella, que respondió nuevamente sin siquiera mirarlo, y luego saludó al flamante presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
"La verdad es que no se la quería dar. No soy hipócrita. Después de todo lo que había hecho contra mí y mi familia, me parecía casi un gesto de hipocresía”, justificó hoy su actitud la Vicepresidente. Y agregó: “No soy de las personas que si no te quiero, no te digo nada, pero tampoco finjo. No me gusta fingir, mis sentimientos son mis sentimientos”.
Luego, para cerrar la introducción, le restó relevancia a esa “grieta” que divide a la sociedad al mencionar la acción de la líder de los demócratas en el Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, quien rompió su copia del discurso del presidente Donald Trump sobre el Estado de la Unión, tras escuchar al mandatario promocionar sus logros en el cargo.
“Si nosotros hacíamos algo así en Argentina, nos hubieran excomulgado. Es hora de dejar de ser tilingos y asumir lo que somos, lo que sentimos. Yo me siento orgullosa de pensar cómo pienso, de lo que somos. Si hay grieta en Argentina, en Estados Unidos no sé lo qué es lo que hay entre republicanos y demócratas", cerró.
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