Un día evacuaron Comodoro Py 2002. Esta vez no fue por una amenaza de bomba o la alarma de incendios, sino que se produjo ante el peligro de que murciélagos, cucarachas, ratas y alimañas siguieran reproduciéndose en los tribunales federales donde se investigan los casos de corrupción más importantes de la política.
Por orden de la Cámara Federal de Casación Penal, se dispuso realizar una revisión general y control “exhaustivo” en el edificio a partir de las 13:30, hora en que finaliza el horario de atención al público. “Vamos, vamos, que nos tenemos que ir”, decían en las escaleras de los empleados, saliendo en malón, un viernes comenzando el fin de semana.
Los empleados de una empresa contratada para el servicio de desinfección y control de plagas comenzaron a circular por las oficinas. A los pocos que habían quedado en el edificio les recomendaron que se fueran cuanto antes, y que abrieran las ventanas. Es que el pesticida que estaban dejando era más fuerte que el habitual.
Ayer, el secretario general de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Julio Piumato, había denunciado por redes sociales la presencia de murciélagos en el noveno piso del edificio de Comodoro Py. La presidenta de Casación, Ángela Ledesma, mandó a hacer una inspección y le reportaron “normalidad”, pero dispuso la desinfección para el día de hoy.
La noticia de la aparición de los murciélagos le sirvió al gremio para exponer una serie de reclamos sobre las condiciones en las que trabajan los empleados. No es el único edificio en donde Piumato denuncia el colpaso y el abandono. De hecho, en la Avenida de los Inmigrantes 1900, en donde funcionan juzgados civiles y del fuero penal económico, ya se venían reportando fallas eléctricas y problemas en los ascensores, en donde incluso uno se desplomó sin que se reportaran víctimas.
Pero un video en el que se ve un murciélago dentro de un inodoro en los tribunales de Inmigrantes y otro escondido en un aparato de luz en el noveno piso de Comodoro Py sirvió para ejemplificar el problema que reportaban. “Sabemos que son portadores de innumerables enfermedades infectocontagiosas, es por ello que solicitamos urgente fumigación del edificio, fuera de horario judicial y sin presencia del personal”, agregó Piumato.
No es la primera vez que se denuncia el estado de abandono del edificio de Retiro, en donde radican las principales causas de corrupción que tienen como protagonistas a Cristina Kirchner o Mauricio Macri. “Cambiaron murciélagos por ratas”, dijo un empleado. Fue una ironía. Es que en 2016 el ahora ex fiscal Germán Moldes había aprovechado la denuncia sobre una rata en su despacho para llamar a “desratizar el Poder Judicial”, cuando criticaba el cierre de la denuncia de Alberto Nisman, un expediente que más tarde se logró abrir y por el que ahora está procesada Cristina Kirchner.
Durante enero, en la feria judicial, no hubo servicios de recolección de residuos en las oficinas –solo un repaso en los lugares comunes–. Entre eso y el calor, el edificio se transformó en una bomba de tiempo. Ni que hablar de los problemas del Lex 100 durante la segunda quincena de la feria y las fallas en el sector eléctrico que se profundizaron esta semana con el regreso de la actividad judicial. Un ejemplo se vivió el miércoles en el juicio oral por la ruta del dinero K en donde juzgan a Lázaro Báez y otra veintena de personas. No andaban los aires acondicionados y los abogados, acusados y jueces escucharon el alegato de la Oficina Anticorrupción abanicándose con papeles y pidiendo suspender momentáneamente la audiencia para poder tomar aire.
Hoy, con la intención de evitar que se propaguen los bichos, Casación dispuso la fumigación exhaustiva. A las 13:30, el edificio comenzó a quedar vacío. De todas maneras, el gremio ya planea para la semana próxima una serie de reuniones y reclamos para insistir en reclamar mejores condiciones de trabajo.
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