El juez federal Ariel Lijo ordenó investigar si el gobierno de Mauricio Macri le pagó un hotel boutique a Alejandro Vandenbroele, el arrepentido en la causa Ciccone. En esa investigación, ya hubo un veredicto que condenó al ex vicepresidente Amado Boudou por la compra de la imprenta de billetes. Por sorteo, el caso recayó en el juzgado del fallecido Claudio Bonadio. Las defensas de Boudou y José María Núñez Carmona planean presentarse como querellantes, indicaron a Infobae fuentes judiciales.
El foco está puesto en determinar si el Programa de Protección de Testigos financió la compra de un hotel boutique para Vandenbroele tras la condena de Boudou. La información fue publicada el lunes pasado por el portal El Destape, en donde se incluyeron el legajo y las actas en donde constan los pagos destinados a un emprendimiento llamado Posada La Masía, en Chacras de Coria, Mendoza. Eso constaba en un legajo reservado, secreto, al que los defensores de Boudou habían pedido acceder y no se les había permitido.
Según la revelación periodística, el 24 de agosto de 2018 se solicitó al Programa de Protección a Testigos una suma fijada en $1.500.000 para Vandenbroele en un escrito en donde se destacaba que el 7 de agosto pasado Boudou había sido condenado a cinco años de cárcel, “con cumplimiento efectivo”. En el expediente aparece una rendición de adelantos, gastos y facturas para refaccionar y acondicionar el emprendimiento.
En base a esa información, el juez Lijo, a cargo de la causa en donde Vandenbroele se convirtió en arrepentido, dispuso extraer testimonios para que se investigue si existió delito. Por sorteo, el caso será ahora investigado por el Juzgado Federal 11, que hasta el martes pasado estuvo a cargo del fallecido juez Claudio Bonadio.
Vandenbroele fue una pieza clave en la causa Ciccone. En noviembre de 2017, cuando el ex vicepresidente Boudou y su amigo José María Núñez Carmona esperaban el juicio oral por la causa Ciccone y había sido detenido por el juez Lijo bajo la sospecha de asociación ilícita, Vandenbroele, el monotributista que fue la cara visible de la compra de la quebrada firma que imprimía billetes, pidió convertirse en arrepentido. Lo hizo ante el fiscal Jorge Di Lello y su acuerdo fue homologado por el propio Lijo.
Allí, Vandenbroele contó detalles de la operación para simular un asesoramiento de la deuda pública de Formosa, por la que terminó imputado el gobernador Gildo Insfrán, detalló que siempre tuvo un contacto “ocasional” con Boudou y precisó cómo se buscó, por orden del ex presidente Néstor Kirchner, levantar la quiebra para que Bolt. El empresario pidió ingresar al Programa de Protección de Testigos.
Su aporte como arrepentido se hizo en la causa que seguía y sigue en instrucción. Sin embargo, cuando el Tribunal Oral Federal 4 comenzó el juicio oral contra Boudou, Núñez Carmona, Nicolás Ciccone y Vandenbroele, entre otros, escuchó al ex responsable de la firma The Old Fund en indagatoria, quien aludió a muchas de las afirmaciones que había prestado como arrepentido y dio más detalles. Al momento de los alegatos, las querellas de la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera habían pedido una pena menor para Vandenbroele porque tuvieron en cuenta su declaración como arrepentido, aunque al juicio no llegó como tal.
El TOF condenó a Boudou a 5 años y 10 meses de prisión por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública y a Núñez Carmona le dieron 5 años y 6 meses. Quedaron inmediatamente detenidos. También fue arrestado el dueño de la empresa por una condena a 4 años y medio, aunque por su edad recibió prisión domiciliaria. A Rafael Resnik Brenner, ex jefe de asesores de la AFIP, y Guido Forcieri, ex funcionario de Economía, los condenaron a 3 años y 2 años y medio en suspenso respectivamente. Vandenbroele, en tanto, fue condenado a dos años de prisión.
La defensa de Boudou, a cargo de los abogados Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, apeló la condena en Casación, pero el fallo fue ratificado a mediados del año pasado. Ahora, los defensores buscan que la Corte Suprema revierta ese veredicto, y quieren que en la apelación se incluya este nuevo ingrediente: las revelaciones sobre el hotel boutique que recibió Vandenbroele y que interpretan como el pago a su declaración. Boudou se considera un preso político. “Estoy preso por todo lo bueno que pude hacer en el Gobierno", dijo en una reciente entrevista desde la cárcel de Ezeiza.