Este miércoles se reanudará el juicio por la “ruta del dinero K” con el alegato de la AFIP, que deberá decidir si acusa a Lázaro Báez y a sus hijos por las maniobras de lavado de dinero. En Tribunales hay expectativa por el desarrollo de la audiencia porque se trata del primer alegato en una causa trascendente de corrupción luego del recambio de gobierno. Luego será el turno de la Oficina Anticorrupción y de la Unidad de Información Financiera (UIF), que está en plena transición por la llegada del abogado Carlos Cruz y la salida de Mariano Federici.
La última audiencia del juicio fue a mediados de diciembre y coincidió con el final de las indagatorias. En su última intervención, Báez intentó, sin éxito, desligarse de Leonardo Fariña, al que menciona despectivamente como el “testigo estrella”, y hasta soltó alguna lágrima. “Le puedo asegurar que todo el dinero que hemos ganado lo invertimos en mi país y en mi provincia. No soy un ladrón”, dijo mirando al presidente del tribunal, Néstor Costabel.
Báez sigue preso y terminará el juicio en esa condición, aunque el Tribunal Oral Federal 4 ordenó en diciembre el cese de su prisión preventiva en la causa por la “ruta del dinero k”. Ocurre que el empresario mantiene preventiva en otras dos causas por lavado de dinero.
En una de ellas, conocida como ‘’M&P”, la Justicia viene rechazando todos los recursos de la defensa. Primero el fiscal Guillermo Marijuán dijo que aún podía entorpecer la investigación, decisión que fue convalidada por el juez Sebastián Casanello. Y durante la feria, la Cámara de Casación rechazó el último recurso.
Báez también tiene preventiva por el caso de El Entrevero, el campo ubicado entre José Ignacio y La Barra por el cual se pagaron 14 millones de dólares. De la operación participaron varias sociedades y testaferros de Báez para intentar ocultar a los verdaderos dueños.
Antes de iniciar la feria, el TOF 4 también ordenó que Fariña se coloque una pulsera electrónica con GPS para poder monitorear sus movimientos. La medida, que se hizo efectiva a fines de diciembre, había sido pedida por el fiscal Abel Córdoba una vez que el arrepentido renunció al Programa de Protección de Testigos. El pedido fue acompañado por la querella que encabeza la AFIP, que arrancará este miércoles con los alegatos.
Pese al recambio de autoridades en el organismo recaudador, fuentes judiciales confirmaron a Infobae que no hubo cambios entre los abogados que representan a la AFIP en este juicio.
Báez y Marcó del Pont mantuvieron un cruce en 2013, muy poco recordado. A raíz de una denuncia contra Austral Construcciones, el empresario ordenó publicar un editorial en su diario Prensa Libre contra la entonces titular del Banco Central, a la que acusó de filtrar información reservada.
Luego la funcionaria fue denunciada por Margarita Stolbizer por un fideicomiso millonario que benefició a Báez, aunque ese expediente terminó con falta de mérito para todos los acusados.
En el caso de la OA, el flamante titular de ese organismo, Félix Crous, se expresó a favor de “una continuidad en los juicios en curso”. “Mi política es que sigan los mismos abogados, con las estrategias que ya se dieron”, le dijo a Infobae hace un mes. Sin embargo, el plantel de abogados ya sufrió al menos una baja por la renuncia de Juan Trujillo, ex director de Litigios, quien presentó su renuncia a partir del 1 de enero.
El tribunal planificó las próximas tres semanas para las querellas, por lo que cada alegato no debería extenderse más de una audiencia. Sin embargo, la dinámica de las exposiciones podría demorar aún más el desarrollo del juicio.
Luego de la querellas será el turno del fiscal Abel Córdoba y luego habrá espacio para las últimas palabras de los acusados. De esa manera, se estima que no habrá sentencia antes de abril.
Si algunas de las querellas cambia el contenido del alegato o directamente desiste de la acusación, el fiscal pasaría a tener un rol determinante.
Aunque Báez y su entorno intentaron mandar algún guiño hacia la ex presidenta Cristina Kirchner en sus últimas intervenciones públicas, la acusación en su contra se fue probando a lo largo del juicio. “No hay margen para otro escenario que no sean condenas”, dijo una fuente judicial.