Desde el principio hasta el fin el debate en el Senado estuvo atravesado por una pelea discursiva y reproches sobre la responsabilidad en el endeudamiento argentino. De un lado los defensores de Mauricio Macri y del otro los defensores de la gestión de Cristina Fernández. Aún así, atrapados en ese intercambio por las herencias recibida, la ley de Reestructuración de la Sostenibiliad de la Deuda Externa fue consensuada y votada por unanimidad. Tuvo 65 votos a favor.
En el cierre del Interbloque Juntos por el Cambio Luis Naidenoff pidió terminar con “los relatos” y “medir las palabras”. “Este mensaje de cohesión política es una fuerte señal para el Gobierno. Para que al país le vaya bien esta reectructuración tiene que salir bien”, le habló al oficialismo. Cuando concluyó le respondió el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans. “Esto no es un relato, estamos en emergencia, estamos en default” y subrayó que la deuda se usó “para cubrir la especulación financiera”. “Valoro el acompañamiento más allá de la cosas que nos estamos diciendo”, bajó el tono y buscó resaltar lo positivo de la sesión antes de someter el proyecto a votación.
En la misma sesión se dio ingreso a la lista de embajadores políticos propuestos por el presidente Alberto Fernández, los directores del Banco Central y se votó la ley que necesita el ministro de Hacienda Martín Guzmán para avanzar con la renegociación con los acreedores. Los primeros dos temas fueron exprés.
Con el primer discurso cambió el clima de consenso que se anticipaba tras el rápido trámite del martes en comisión. El bonaerense Esteban Bullirch hizo un reclamo en el que sin nombrarla se refirió a Cristina Fernández y su equipo. Pidió que se retiern o se les incluya la firma a dos comunicados subidos a la web oficial del Senado en diciembre y difundidos a través de las redes sociales de la Cámara alta. En ambos se cuestionó artículos periodísticos que mencionan a CFK. “Nadie es el Senado”, reprochó el contenido de los textos que “nos hacen decir algo que no dijimos” y “censuran la libertad de opinión”.
Como Cristina Fernández está a cargo del Ejecutivo mientras Alberto Fernández se encuentra en el exterior, la sesión fue presidida por la senadora santiagueña Claudia Ledesma Abdala y por el misionero Maurice Closs. Cuando Bullrich terminó de hablar Abdala respondió, lacónica: “Pasa a comisión”.
A mano alzada y rápidamente se aprobó por unanimidad un proyecto de resolución para que se incorpore a senadores a la mesa de trabajo entre legisladores, provincias y Ejecutivo. Fue otro capítulo a lo acordado en Diputados la semana pasada para facilitar el tratamiento de la sostenibilidad de la deuda de las provincias y la ciudad de Buenos Aires con la Nación. Los 59 presentes alzaron sus manos a favor.
Dos cordobeses defendieron las posturas del Frente de Todos y del Interbloque de Juntos por el Cambio. El primero fue Carlos Caserio. “Necesitamos ordenar la economía y cumplir con el pago sin que ningún argentino quede afuera para poner a la Argentina de pie”, anunció sobre la renegociación de títulos por 120.000 millones de dólares. "Queremos darle a la Argentina la posibilidad de que se levante sin agobiar a los argentinos” siguió en sintonía con el mensaje del Papa Francisco ante Kristalina Georgieva, titular del FMI.
La también cordobesa Laura Rodríguez Machado, como miembro informante de Juntos por el Cambio, habló de “responsabilidad compartida” y de “asegurar la gobernabilidad”. “La oposición no está pintada al óleo, aunque somos minoría le damos mucha fuerza al Gobierno nacional para que entienda que la confianza viene también de un bloque tiene a un Presidente que puso a la Argentina de pie en su inserción en el mundo”, subrayó. Luego reivindicó los cuatro años de gestión de Mauricio Macri más que a explicar los motivos del apoyo al oficialismo. “No es mansedumbre y tampoco es sentir culpa sobre la deuda que dejamos pendiente de pago”, señaló. Después describió la herencia que dejó el kirchnerismo: la deuda de Aerolíneas Argentinas, los juicios por YPF, la deuda con Cammesa, el CIADI, y “millones por compromisos del Plan Gas que estaban sin pagar, con la Dirección de Vialidad por rutas que no fueron construidas, millones que se debían a Bolivia y Paraguay porque éramos energéticamente dependientes y no soberanos como es el país que heredaron de nuestra gestión”. “Macri asumió un país en default, fuera de crédito, hasta nos embargaron la Fragata Libertad y temíamos por el embargo de las embajadas”, recordó la cordobesa que hasta deslizó que Alberto Fernández “queda como un mentiroso” por comparar a Macri con el 2001.
La continuó en la palabra Oscar Parrilli, uno de los dirigentes más cercanos en lo cotidiano a Cristina Fernández de Kirchner. No calló ninguna crítica. Citó al Papa y comenzó su relato poco antes del 1900 hasta la fecha. “No puedo dejar pasar una serie de mentiras como las que nos tenían acostumbrados en el 2015, mintieron durante la campaña, mintieron mientras gobernaron y parece que ahora quieren seguir mintiendo”, comenzó sin eufemismos. “En este tema de la deuda el Gobierno de Macri fue peor que el de la dictadura, en dos años llegó al default”, subió la apuesta y denunció al llamado círculo rojo por el “aumento desmedido, desmesurado y sin absoluta razón del precio de los alimentos, que han hecho a partir de los primeros días de enero”. Los hizo corresponsables de la deuda que el empresariado “aplaudió con bombos y platillos”.
El ex secretario general se excedió en el tiempo acordado (diez minutos para los oradores y sin límite para los miembros informantes). Cuatro veces le pidió Abdala que redondeara mientras Naidenoff se paraba para hablar con el jefe del bloque oficialista. “Si les molesta la verdad…”, se defendió Parrilli mientras se oían murmullos de protesta.
Tras la participación de Parrilli, el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, molesto, anunció que en lugar de hablar 10 minutos como había propuesto Julio Cobos se ajustarían al reglamento y cada senador usaría los 20 minutos correspondientes. El formoseño Mayans insistió en reducir el tiempo y la lista pero su coterráneo radical se mostró implacable. Entre los 41 oradores que se aprobó estaba también Martín Lousteau, ausente. Protestó la tucumana peronista Beatriz Mirkin. Naidenoff la tranquilizó: “Lo anoté yo, está atendiendo un tema familiar y luego estará presente”.
El tono de disputa presistió. Hubo quienes pusieron el acento en ña ayuda a las provincias y sus deudas. Otros, opositores como el riojano Julio Martínez, cuestionaron el paso de funcionarios nacionales en la reunión de comisión por no aclararles dudas. T apuntó al neuquino con chicanas.“Parece que bajó de Sierra Maestra” le recriminó en referencia a la Revolución cubana.
Hubo también discursos conciliadores y palabras de agradecimiento, sueltas y pocas, del Frente de Todos hacia Juntos por el Cambio. “Con el apoyo a este proyecto intentamos que los argentinos nos mostremos firmes”, manifestó el ex canciller Jorge Taiana.
Hubo coincidencias en la necesidad de bajar el gasto. “Si no atacamos la principal causa del endeudamiento, solo pateamos el problema y lo seguirán padeciendo las siguientes generaciones. Deberán abordar la deuda y seguramente en situaciones más críticas” dijo Claudio Poggi, ex gobernador de San Luis y ahora senador en el interbloque de Juntos por el Cambio. Alfredo Luenzo, de Chubut, pidió investigar las responsabilidades en la toma de deuda mientras que el fueguino de Juntos por el Cambio Pablo Blanco hizo una pormenorizada radiografía de los gobiernos de los últimos 60 años: “Todos somos corresponsables”, admitió tras contabilizar que las gestiones peronistas tomaron el 50% de la deuda; Cambiemos, el 23%; los radicales, el 14% y los militares el 13%.
“Los acreedores están escuchando lo que decimos y van a usarlo en nuestra contra por eso tenemos que ser prudentes”, se oyó a la radical Silvia Elías de Pérez quien prácticamente repitió palabras pronunciadas la semana pasada por Elisa Carrió. “Vamos a apoyar porque queremos que tenga éxito el Presidente y el ministro que está llevando a cabo las negociaciones”, cerró la tucumana.
En el decimoctavo lugar de la lista de oradores la tucumana Mirkin le respondió a Rodríguez Machado. “Paseamos por el mundo”, le dijo sobre una comitiva que integró con Macri a China. La peronista neuquina Silvia Sapag contó que en la semana acompañó a intendentes de su provincia a distintas reuniones y que “vimos un panorama desolador, todos los organismos tienen deuda, desde que ganamos las PASO no pagaron nada, así nos dejaron”.
A las 16.18 fue el turno del ex ministro de Economía y actual senador porteño Martín Lousteau. Debió precederlo en la palabra Mariano Recalde quien con una seña a Closs avisó que se bajaba de la lista. Fue el único.
Contundente Lousteau consideró que “es necesaria la ley como manifestación de nuestro respaldo a una negociación que va a ser difícil e imprescindible” pero expresó que no es necesario el debate de este proyecto en el contexto de “fragilidad” donde “todos tenemos que trabajar mancomunadamente no solo en materia de deuda sino en materia económico y social”. ¿"Por qué solo es una ley para la negociación de la deuda en legislación extranjera"? se preguntó sobre el 45% de la deuda que representa el 15% de los vencimientos de este año y pidió un mensaje para la deuda doméstica.
“No estamos discutiendo cómo crecer en serio" advirtió Lousteau e hizo una autocrítica: “La discusión es cómo salimos de este problema y encaramos el futuro. Es muy complejo simplemente señalar con el dedo de uno y otro lado". Sobre ese argumento remarcó la necesidad de afianzar soluciones y destacó la “voluntad” opositora. "Lo que nos parece complicado es que alguien nos diga que solamente tenemos que confiar”, cuestionó tanto sobre las negociaciones de Martín Guzmán como las de Buenos Aires. “Es una sanción necesaria para dar mayor poder, capacidad, instrumentos y respaldo a los encargados de negociar”, apuró conciliador justo cuando el reloj marcaba el fin de su tiempo.
Como Lousteau, hubo varios planteos sobre cómo evitar la repetición del endeudamiento. El rionegrino Alberto Weretilneck propuso poner condiciones a las votaciones del Congreso lo que fue compartido por el puntano Adolfo Rodríguez Saá que propuso mayorías especiales para las votaciones y “un cerrojo” a futuro. “Démosle al Gobierno la ley, es una señal, pero después declaremos el Nunca Más al endeudamiento” apoyó la opinión emitida previamente por Taiana.
Así como abrió fuerte el senador Parrilli, la última oradora antes del cierre de los jefes de los bloques fue Anabel Fernández Sagasti. También hipercristinista. Con tono fuerte, describió su “cansancio de escuchar que se crean las fake news que envían desde sus cuevas de trolls”. En su discurso leyó declaraciones del ex ministro de Economía Nicolás Dujovne quien en junio del 2016 aseguraba que Argentina era uno de los países con menos deuda. “Eso hoy lo quieren disfrazar”, respondió y exigió un juicio para quienes sean responsable de la toma de deuda.
Cerca de las seis y media de la tarde arrancaron los discursos de cierre. Juan Carlos Romero dijo que “ojalá Cristina Fernández haya escuchado los discursos” porque fueron “todos homenajes”. Aún con críticas, anunció su apoyo.
A su turno Luis Naidenoff le pidió “reflexionar” al oficialismo y “prudencia" y “sensatez”. Después de escuchar toda la tarde discursos en contra de Mauricio Macri y de Juntos por el Cambio subió el tono. ”Son oficialismo no pueden venir a agraviar y descalificar", exclamó y hasta admitió los errores cometidos que le valieron a su coalición la derrota electoral. “Venimos a bancar al Gobierno. A pesar de los insultos y a pesar de los relatos vamos a acompañar", repitió varias veces. Para los datos duros, se apoyó en los dichos de Martín Lousteau y justificó el endeudamiento de Macri. También alzó la voz cuando se refirió a Axel Kicillof. ”Durante un mes jugó al default, no sé si fue con la idea de instalar el relato o de buscar el auxilio, ¿creen que esas incoherencia le hacen bien al presidente o que le hacen bien a los que tienen que negociar?", preguntó. “La elección terminó”, apeló al oficialismo sobre el intercambio de reproches.
A la hora de votar, también lo hizo la presidenta provisional en su rol de senadora aunque desde el estrado. Además del suspendido José Alperovich, entre los seis ausentes estuvieron Alfredo De Angeli, Silvia Giaccopo, Ernesto Martínez, Gladys González y Guadalupe Tagliaferri, los cinco de Juntos por el Cambio. Y Carlos Menem que llegó con su hija Zulemita, conversó con sus pares del bloque animadamente, y a media tarde se retiró. Y no regresó a la votación.