El presidente Alberto Fernández cierra este miércoles su gira europea en Francia y en una de sus últimas actividades brindó una clase magistral ante alumnos del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciense PO París). El Presidente se refirió a distintos temas como la negociación de la deuda, el plan económico, la crisis social que afecta a Chile, la administración de Mauricio Macri, la pobreza en Argentina, las elecciones en la OEA, la cumbre del G20 que se hizo en Buenos Aires, y además reiteró que en las próximas semanas va enviar al Congreso “una ley que termine con la despenalización del aborto y permita la atención en cualquier centro público”.
Respecto de la negociación de la deuda y del plan económico, ante una pregunta de una de las asistentes a la charla, Fernández aseguró que “el 12 de febrero el ministro de Economía irá al Congreso a explicar todo lo necesario para que todos entiendan de qué se trata la necesidad de hacer sostenible la deuda, que quiere decir darle tiempo a la Argentina para que vuelva a crecer y poder pagar".
“Ese es el punto de arranque del plan que hemos hecho. No es verdad que no tenemos plan, es verdad que no lo contamos. Y no lo contamos porque estamos en plena negociación. Sería descubrir las cartas. Estamos jugando al póquer y no con chicos. Tenemos que hacerlo bien, con inteligencia. Pero el plan es volver a poner en funcionamiento la economía argentina”, detalló.
En ese sentido, el Presidente destacó que “me reuní con empresarios que invierten, les pedí que confíen en el país, que sigan invirtiendo, produciendo, generando trabajo. Sobre esa base, construiremos la riqueza pública para ayudar a los sectores más necesitados. Pero no quiero que la solución sea la eterna ayuda a los sectores más necesitados. Quiero que esos sectores trabajen y generen su propia fuente de ingresos. Hay que hacerlo invirtiendo y dando trabajo. Después del 12 lee los diarios que vas a empezar a tener indicios”.
Por otro lado, habló de la despenalización del aborto y confirmó que enviará un proyecto al Congreso. “En la Argentina el aborto es un delito. Es un extraño delito donde casi nunca se condena a ninguna mujer por aborto pero todos sabemos que existe. ¿Cuál es el problema de que exista? Que todo aborto se vuelve clandestino y en la clandestinidad el riesgo de vida y de salud de la mujer aumenta. El problema es más agudo de acuerdo a la clase social de quién practica el aborto. Si es de clase alta, lo hará en un centro de salud adecuado, en condiciones adecuadas y el certificado médico dirá que tuvo una aborto espontáneo y su salud estará garantizada. En una mujer sin recursos, su vida corre peligro y si zafa su vida corre el riesgo de sufrir lesiones internas”, se explayó Fernández.
En tanto, consideró que el debate en torno al aborto “es parte de la discusión hipócrita que Argentina tuvo con el divorcio. Durante años discutimos si se podía volver a casar. Salió la ley, mi mamá y Carlos se casaron y los tres hijos fuimos testigos. ¿Para qué discutimos durante 20 años esto? Yo siento que con el aborto pasa algo parecido. Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es obligatorio para nadie. Es un tema que debemos resolver desde el mundo de la salud pública. No podemos poner en riesgo la salud de la mujer que decide abortar. No vivo en paz con mi conciencia sabiendo que si una mujer tiene que realizarse un aborto y no tiene la posibilidades económicas, termina en manos de un curandero que con una aguja la termina lastimando o matando”.
Respecto de la cumbre del G20 que se hizo en Argentina, Fernández dijo que los líderes del mundo lo miran con asombro cuando plantea una visión crítica de la economía argentina. “Dos de ellos me dijeron que estuvieron en el G20 en Buenos Aires y no fue lo que les habían dicho las autoridades; no hay ninguna forma de encarar la realidad que no sea asumiéndola y durante cuatro años hubo un gobierno que vendió una realidad que no existía”, aseguró.
El jefe de Estado aclaró en el inicio de su intervención que no pretendía ser políticamente correcto, sino plantear dudas para abrir cabezas. Describió que la Argentina tiene excelentes cualidades y profesionales, pero pese a ello aún no pudo combatir su principal problema: la pobreza.
En un tramo de su presentación, Fernández recordó la crisis de 2008 que se originó en los Estados Unidos y se expandió por Europa, y aseguró que esa recesión “en el sur (del planeta) pegó muchísimo. Sin embargo, nos volvimos a recuperar con muchísimas dificultades”.
En tanto, respecto del Gobierno de Macri, el Presidente dijo que la administración de Cambiemos recibió “un país con tres problemas que los profundizó y nos trajo más. Pero nos vamos a volver a levantar. No me pregunten cómo lo hacemos porque la verdad no lo entiendo. Pero lo hacemos”.
Además, señaló que la revuelta reciente en Chile fue un llamado de atención para toda la región, cuyo principal inconveniente es la desigualdad social, y aseguró que “el problema de América Latina es la desigualdad, la brecha que separa a los ricos de los pobres, la concentración del ingreso en pocos y la distribución de la pobreza en millones. Ahí es donde debemos reparar un instante. Porque no parece ser justo vivir en semejante tierra y tener que padecer tanta pobreza y desigualdad”.
“No es un problema de ideologías, si somos más socialistas o liberales. Es un problema ético que tenemos como sociedad. ¿Hasta dónde nosotros podemos seguir conviviendo con semejante desequilibrio? Esa es la gran disyuntiva que tiene América Latina. Quisiera una América Latina integrada con lógicas de mayor igualdad social”, destacó.
En ese sentido, Fernández resaltó que "solían hablarme del milagro chileno. Tengo muchos amigos chilenos y muchos de la Concertación chilena. Muchos de ellos se educaron en Francia, Alemania, Europa cuando Pinochet los perseguía. Me hablaban del milagro chileno y yo los miraba con cara de ‘de qué me estarán hablando’. El milagro era que en un continente con inestabilidad económica Chile crecía. Lo que nadie reparaba era que Chile fue durante décadas el país más desigual de América Latina. Y que hoy debe ser el segundo o el tercero más desigual. Entonces cada vez que me hablaban del milagro chileno yo decía ‘miren, el milagro es que los chilenos no reaccionan, que no adviertan lo que les está pasando’”.
A continuación consideró que “hay que respetar la institucionalidad en Chile, nada de esto justifica el alzamiento contra la democracia pero sí es un llamado de alerta lo que pasó. Y no es distinto a lo que pasó en Ecuador o en Colombia”.
Por otro lado, habló de la Argentina: “Tenemos a Messi, Maradona y al Papa; pero tenemos un 40% de pobreza. Nada de eso sirve para calmar la vergüenza y el dolor como sociedad de la pobreza. Entre las cosas que decimos los argentinos es que somos capaces de producir alimentos para 400 millones de personas. ¿Y no podemos alimentar a 15 millones? Algo no está bien en Argentina. Y algo está tan mal como en toda América Latina”.
“Argentina a su vez tiene otros problemas. Todo esto ocurre en el mismo momento en que estamos asediados por una deuda que ha sido tomada irresponsablemente en poco tiempo. El problema no fue que se tomó mucha deuda en poco tiempo, sino que se comprometieron a pagarla muy rápido. Y esa una ecuación imposible”, consideró.
Por otra parte, Fernández aseguró que las características de la sociedad argentina son “únicas porque conoció lo que ningún otro pueblo conoció. Nuestros trabajadores tienen derechos, nuestros hijos tienen derecho de estudiar en la educación pública, nuestros enfermos de ser atendidos en hospitales. Fuimos una sociedad única en América Latina porque crecimos teniendo derechos. Y ahora el capitalismo me dice que para crecer tenemos que sacar los derechos. Nos hicimos fuertes dándoles derecho a los que trabajan y salud a los viejos. ¿Y ahora tenemos que quitar todo eso? Algo no anda bien. Un gobierno que le quita derechos a su gente hace retroceder a su sociedad. Hay que darle derechos a nuestra gente para que crezca con desarrollo”.
En tanto, se refirió a su relación con otros mandatarios y aseguró que para él no es un factor determinante la ideología de esos dirigentes si “fueron elegidos por sus pueblos. Trump es un presidente legítimo, como Piñera y Duque. ¿Quién soy yo para decidir llevarme bien solo con los que piensan como yo? Trataré de llevarme bien con ellos para convencerlos. Quiero una América Latina unida para enfrentar los problemas de la globalización. Separados nos va peor. Parte de la política es convencer al otro. Tenemos que hablar, discutir y respetarnos. Nunca va a haber una América Latina con unanimidad de pensamiento. Pero eso no debe ser un problema. Siempre tiene que haber una América Latina democrática que respete los procesos democráticos. Por eso me preocupa lo que pasa en Bolivia. Pero para buscar puntos en común para que mi país avance, hablo con todos. Sobre todo si fueron elegidos democráticamente”.
Por último, habló de la Organización de Estados Americanos (OEA), hoy presidida por el uruguayo Luis Almagro, quien buscará un nuevo mandato en octubre. En esa línea, Fernández dijo que “he sido amigo de Almagro pero creo que su gestión en al OEA fue espantosa y aquello que estaba llamando a resolver no lo resolvió. La OEA necesita un mejor futuro”.
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