(Enviado especial a Roma). Alberto Fernández y Francisco están contentos con los resultados personales y políticos de la audiencia privada que protagonizaron ayer en la Biblioteca Vaticana, pese a ciertas circunstancias inesperadas que distrajeron la atención de la importancia histórica de tener a un Papa argentino que recibe a un Presidente argentino durante 44 minutos y que al final del cónclave sonríen como dos viejos amigos que se ven poco y se escriben mucho.
En el Vaticano y en la delegación oficial explicaron a este enviado especial que “todo continúa en perfecta armonía” entre Alberto Fernández y Francisco, y que muchísimas veces “el hombre propone y Dios dispone”, en referencia a los dos comunicados que aclararon -desde la perspectiva del Vaticano- las conversaciones diplomáticas que se mantuvieron sobre la posible despenalización del aborto en la Argentina.
Durante el cónclave entre Alberto Fernández y Francisco jamás se trató este asunto que pone en jaque la división del Estado y la Iglesia, y que propone un debate filosófico que las democracias modernas ya han superado hace décadas. La República Italiana está pegada al Vaticano y tiene despenalización del aborto desde el 22 de mayo de 1978 (ley 194).
“No lo hablé con el Papa, no tratamos el asunto", aseguró Alberto Fernández a Infobae.
-¿Y con Pietro Parolín, secretario de Estado Vaticano, lo trataron?-, preguntó este enviado especial.
-Él lo mencionó, pero no hablamos nada en concreto. Para mí hablar es extenderse en un tema, y eso no sucedió"-, señaló el Presidente.
La comunicación del Papa tiene una mirada distinta al jefe de Estado Argentino. Y cuando se enteró de que había asegurado que no trató la despenalización del aborto con Parolín, se apresuró a sacar un texto que puso en una situación incómoda a Alberto Fernandez.
“Durante las cordiales conversaciones, se expresó la satisfacción por las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y la República Argentina. Posteriormente, se examinó la situación del país, con especial referencia a algunos problemas como la crisis económica-financiera, la lucha contra la pobreza, la corrupción y el narcotráfico, la promoción social y la protección de la vida desde su concepción”, señaló el primer comunicado del Vaticano desmintiendo al Presidente.
La réplica institucional del Vaticano ponía cierta opacidad a los resultados efectivos de la audiencia entre Alberto Fernández y Francisco. Ambos jefes de Estado -a través de voceros extraoficiales que se movían en los dos márgenes del Tiber, juraban que todo había salido exactamente según lo previsto antes del cónclave en la Biblioteca Papal.
“Si hubiera salido mal, vos te imaginás a Francisco leyendo un texto del 1.500 (Santo Tomás Moro) a (Alberto) Fernández frente a periodistas de todo el mundo. Vos sabés como es: si te crucifica, ni una sonrisa”, argumentó un vocero extraoficial que puede recorrer Santa Marta con los ojos cerrados.
Alberto Fernández consideró que su argumentación era correcta -"hablar de un tema, es hablarlo largo y como corresponde"-, y no le preocupó la repercusión pública en los medios argentinos. Sin embargo, como un reflejo acondicionado, se movieron en la delegación oficial para enmendar el primer comunicado que dejaba en falsa escuadra al Presidente.
En este sentido, los periodistas coincidieron con el comunicado del Vaticano: si aparece en la conversación -no importa la extensión del tratamiento-, se considera que el asunto formó parte de la agenda de la bilateral. Y más la despenalización del aborto, que será tema prioritario del Congreso en las próximas semanas.
Hasta ahora, entonces, la situación en Roma post audiencia se podría sintetizar de la siguiente manera:
--Alberto Fernández aseguraba que no había hablado del tema con Parolín.
--Los medios en la Argentina consideraban que había dos opiniones diferentes respecto al asunto
--Ya estaba confirmado que no salió el tema con Francisco, y ahora faltaba resolver la diferencia de criterio entre Alberto Fernández y Parolín, el jefe de Gabinete del Vaticano.
Para resolver la diferencia de criterio a favor del Presidente, hubo una comunicación reservada al Papa. Y el Papa actuó en consecuencia: ordenó un segundo comunicado más diplomático, escueto, un gesto de buena voluntad personal, que sólo aportaba más confusión a un gaffe que no tenía solución intermedia.
Para Alberto Fernández no se habló de la despenalización del aborto, y para Parolín -la Iglesia Católica en este caso- sí hubo referencia a un proyecto de ley que llegará al Parlamento en 2020.
Con todo, y al margen de las situaciones interpretativas, el Presidente nunca envió al Papa un mail pidiendo que corrija el primer comunicado de prensa que lo ponía en una situación al menos delicada. “No hubo mail presidencial, Alberto (Fernández) no le escribió al Papa por este asunto, y menos en términos admonitorios”, comentó un miembro de la delegación oficial.
-¿Pero alguien habló con Francisco?-, insistió Infobae.
-Sí. Pero no fue el Presidente. Nunca pidió que se tocara el comunicado. E insisto: confirmá con el Vaticano, ellos no recibieron nada de Alberto (Fernández).
A las 1530 hora local (11 AM en Buenos Aires), caía una leve llovizna en los alrededores de San Pedro, y la bruma escondía al Tiber y al Castel Santángelo. “Confirmado, no hay mail del Presidente”, ratificó el creyente sin sotana que maldecía el clima de Roma en invierno. Y remató: alguien habló con el Papa, pero no fue (Alberto) Fernández. Y después de esa conversa (sic), hubo un segundo comunicado".
Francisco reaccionó al instante, y pidió a su vocero Matteo Bruni que ajustara la posición vaticana con un segundo texto que es un ejemplo práctico del discurso críptico que se utiliza en la diplomacia mundial para hacer un gesto de buena voluntad y no decir nada.
Alberto Fernández y Francisco consideran que este asunto se ha terminado. El Presidente vuela mañana a Berlín, y el Papa dará su misa como todos los domingos en la Plaza de San Pedro. En pocos días volverán a comunicarse: por línea fija o por mail. Dependerá de las circunstancias.
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