El asesinato del cajero del Banco Nación en Isidro Casanova desató un fuerte cruce de acusaciones entre sindicatos, funcionarios del actual gobierno y miembros de la gestión anterior.
La ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, utilizó las redes sociales para cuestionar los cambios en los protocolos que deben seguir las fuerzas de seguridad y destacó que el policía que disparó contra los delincuentes estaba de franco.
“Si no hubiese tenido su arma, tal como quieren hacer, ¿quién los hubiera defendido de tremendos asesinos?”, se preguntó Bullrich. La semana pasada, por indicación de la ministra Sabina Frederic, la Policía de Seguridad Aeroportuaria dispuso dejar sin efecto la reglamentación que obligaba a los efectivos a portar el arma reglamentaria durante las 24 horas. En ese sentido, se especula que la medida podría extenderse a otras fuerzas.
Por otro lado, Bullrich acusó al gremio La Bancaria -afín al kirchnerismo- de politizar el crimen del cajero para atacar al macrismo: “Hacía años que no había asaltos de esta violencia en bancos. Ahora que ocurren, La Bancaria quiere responsabilizarnos”.
Cuando trascendió la trágica noticia, el gremio anunció un paro de dos horas para el próximo lunes y apuntó contra el gobierno anterior por haber flexibilizado las medidas de seguridad.
“Esta muerte es consecuencia de la desregulación de la seguridad bancaria ejecutada por los presidentes del Banco Central: Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Guido Sandleris”, planteó La Bancaria en un comunicado.
Una de las principales reformas en materia de seguridad en las sucursales bancarias se estableció en enero de 2017. A través de la comunicación A 6182, el Banco Central autorizó a las entidades financieras a reemplazar -en caso de desearlo- las garitas blindadas por un monitoreo por cámaras conectadas con las comisarías. La medida significaba un ahorro de los adicionales que hay que pagar a los policías armados que ocupaban los castilletes.
En esa misma línea, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, también remarcó esta tarde que no había ningún policía armado dentro del banco “por la resolución que firmó Sturzenegger” y especuló con que la ausencia de efectivos armados “puede ser un causal” que haya motivado a los delincuentes ya que lo consideraron “un blanco fácil”.
Sin embargo, según Bullrich el ataque a la sucursal de Isidro Casanova se enmarca en la crisis desatada por los cambios que impulsa la nueva gestión.
Desde que asumió, la ministra Frederic derogó del protocolo para el uso de armas de fuego para las fuerzas federales, que les permitían a los policías disparar contra sospechosos en fuga, e incluso sin dar la voz de alto; le dio de baja al reglamento para el uso de pistolas eléctricas Taser; y también frenó el pedido de DNI en estaciones de trenes y el Servicio Cívico Voluntario. Bullrich denunció cada una de estas medidas.
“Sacaron las reglas de defender a las víctimas y ser duros con los victimarios. Deben volver a generar la conciencia social del que las hace, las paga”, arremetió Bullrich.
Esta mañana, un cajero identificado como Germán Chávez (32) murió de un balazo en la cabeza durante un robo cometido por un grupo armado con fusiles y ametralladoras que sustrajo un millón de pesos y 25.000 dólares y antes de huir se tiroteó con un policía de civil.
El hecho ocurrió en la sucursal ubicada en Roma 3271, de esa localidad del partido de La Matanza, minutos después del horario de apertura de la entidad y cuando más de una docena de personas, entre ellos jubilados y mujeres con niños en brazos, se hallaban aguardando ser atendidas.
La entidad bancaria cuenta con seguridad privada de la empresa Briefing Security, por lo que dos custodios sin armas se hallaban en la sucursal, uno de ellos en la garita de la planta baja y otro en la sala de cámaras de seguridad, en la planta alta, aunque ninguno de ellos pudo intervenir.
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