La dirigencia del campo que conforma la Mesa de Enlace cortó el sopor parlamentario de estos días y se acercó pasado el mediodía al anexo de la Cámara baja. La esperaba una treintena de diputados del interbloque de Juntos por el Cambio que, encabezados por su jefe, Mario Negri, escucharon el desahogo de los ruralistas por las medidas dispuestas por el Gobierno en la ley de emergencia económica sancionada antes de las fiestas de fin de año y quedaron en trabajar en conjunto: la oposición se ofreció a ser una “caja de resonancia”, según confiaron fuentes de la bancada.
La Mesa de Enlace -hubo representantes de las cuatro entidades: la Sociedad Rural, la Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas- está en estado de alerta y movilización desde la aprobación de la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, que incrementó el porcentaje de los impuestos que se aplican a los derechos de exportación del agro, Hay canales de diálogo formales e informales con el Gobierno -el ministro Luis Basterra encabeza las conversaciones-, pero, por ahora, sin buenas noticias para el campo, que tomó como una pésima señal el aumento en las retenciones.
Los ruralistas le presentaron a Cambiemos -se presentaron legisladores del PRO, la UCR y la Coalición Cívica- un minucioso informe con “la incidencia de la carga impositiva” en el sector: detallaron que tienen “166 impuestos". “Fue un desahogo”, remarcaron fuentes del bloque y del campo.
Las entidades rurales ya habían tenido largas charlas con el bloque de Juntos por el Cambio durante los entretelones de la discusión de la ley de emergencia enviada por Alberto Fernández antes de Navidad y sancionada al final por ambas cámaras en trámite exprés. Cambiemos, sin embargo, estuvo ajeno a las negociaciones con el oficialismo.
Ante ese panorama, la Mesa de Enlace entabló un diálogo intenso con el bloque del PJ, liderado por Eduardo “Bali” Bucca y Graciela Camaño, y con la bancada aliada del Frente de Todos, que encabeza el diputado mendocino José Luis Ramón, de estrecho vínculo con Sergio Massa. Los ruralistas presentaron un proyecto alternativo al esquema de retenciones que impulsó el Poder Ejecutivo y tuvieron negociaciones a contra reloj con Basterra, que se pasó en el Congreso durante casi toda la sesión de fines de diciembre.
No tuvieron éxito: los artículos vinculados a los aumentos en las retenciones fueron apoyados por el oficialismo y por buena parte de esos dos bloques. Desde el PJ alternativo habían dejado trascender que daban sus votos a cambio de un esquema de segmentación de retenciones que el Gobierno nunca puso sobre la mesa.
En ese escenario, fue Negri quien les consultó esta tarde a los ruralistas si habían tenido alguna noticia sobre la posibilidad de segmentar los aumentos impositivos. La respuesta fue un “no” rotundo.
Entonces, los diputados de Cambiemos les trasladaron la responsabilidad a los bloques de Bucca y de Ramón: les dijeron a los integrantes del campo que presionaran en esas dos bancadas porque, en definitiva, los artículos en cuestión habían tenido sanción en Diputados por el apoyo de esos espacios.
“Déjense ayudar”, les machacaron los diputados de Juntos por el Cambio, que se ofrecieron a ser una especie de “caja de resonancia” en el Parlamento para darle voz a los reclamos del sector. Uno de los diputados fue incluso más allá: les dijo que había que articular un trabajo en conjunto “como en el 2008”, en alusión a la puja entre el campo y el kirchnerismo por la resolución 125.
Aquella pelea, que duró unos cuatro meses, terminó con un naufragio parlamentario del proyecto gubernamental de retenciones y de creación del fondo de redistribución social, con Cristina Kirchner inmersa en una crisis personal y política y con Fernández, por entonces jefe de ministros, fuera del Gobierno. Otra historia.
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