El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, estuvo junto a Tristán Bauer, a cargo de Cultura, y funcionarios presentaron en el Partido de la Costa el Plan Nacional de Lecturas, en un evento que incluyó un homenaje a la cantante y escritora María Elena Walsh.
Como parte del acto, se instaló una biblioteca de playa para celebrar la obra de Walsh, quien el pasado 1° de febrero cumpliría 90 años. Además, se entregaron publicaciones literarias a quienes se acercaron, y se leyeron poemas y cuentos de la compositora, al tiempo que se entonaron sus canciones más emblemáticas.
Tras el lanzamiento, que seguirá por Santa Teresita (21 de enero), San Bernardo (23 de enero), Pinamar (25 y 26 de enero) Valeria del Mar (27 de enero) y Villa Gesell (29 y 30 de enero), para terminar con un posible cierre en la ciudad de Mar del Plata, el ministro Trotta habló con Infobae.
“Creemos que el verano es el momento para garantizar que se cumplan dos derechos que consideramos vitales: el derecho a vacacionar y a la lectura”, expresó Trotta en Mar de Ajó.
—Desde su ministerio surgió un dato que indica que en la mayoría de los hogares más vulnerables, donde hay chicos de 0 a 12 años, no hay libros. ¿El plan apunta a esta tendencia?
—Sí, uno de los estudios indica que en un 70% los hogares más vulnerables no hay biblioteca. Entonces a partir de allí para nosotros es fundamental por un lado el rol central que debe tener el Estado de incentivar el derecho a la lectura, esa experiencia que incluye también la distribución de libros en las escuelas, pero por sobre todo generar una centralidad como política pública y restituir a nuestras escuelas esos espacios de lectura recreativa, que también creemos va a tener un impacto posterior en los hogares. Es ahí donde planteamos también que libros y computadoras son compatibles, este plan es de ‘lecturas’, en plural , porque incluye la multiplataforma.
—¿Cómo fue la reunión con el gobernador Axel Kicillof?
—Con Kicillof tuvimos la primera reunión del Gabinete Educativo Federal. El objetivo es dos veces al mes tener reuniones con gobernadores para generar una mirada común de los desafíos educativos. Con el gobernador bonaerense planteamos la agenda de trabajo, debatimos sobre la realidad que encontró en la provincia y la mirada que nosotros tenemos. La aplicación de los programas en marcha y la vinculación de cada una de las áreas educativas para que se puedan trazar objetivos comunes son parte del desafío que se nos presenta en el inicio de una gestión gubernamental.
—Había anunciado que este mes es probable que se discuta la paritaria nacional docente. ¿Sigue en pie esa idea o se han modificado los plazos? ¿Es optimista en que se llegará a un acuerdo?
—La última semana de enero tenemos la voluntad de convocar la reunión de la paritaria nacional docente, donde van a participar todas las organizaciones sindicales docentes, con representación nacional y las 24 jurisdicciones educativas. Ahí se pretende discutir los aspectos salariales, pero no sólo eso. La paritaria es una herramienta que pretende institucionalizar el diálogo en un ministerio de Educación donde no esto no era la regla. Nosotros encontramos un ministerio con una ruptura de todas las instancias de diálogo, cero comunicación con las asociaciones sindicales y enfrentamiento con ellas. Esa institucionalización del diálogo es para nosotros un primer paso importante.
—¿Le preocupa el comienzo de las clases? ¿Será el 2 de marzo?
—Es importante el inicio del ciclo lectivo. En la mayoría de las jurisdicciones es el 2 de marzo, en otras el 9 y en algunas el 26 de febrero. Para nosotros es central porque ese diálogo que estamos institucionalizando creemos que nos va a permitir trazar esa mirada común y que todos, más allá de las diferencias, queremos lo mismo: que la escuela vuelva a ser un espacio de transformación, que la educación vuelva a ocupar un lugar prioritario en los procesos de inversión. Esa es la principal crítica que yo le hago a la gestión educativa anterior, que mantuvo una clara pasividad en el desfinanciamiento educativo que transitó Argentina entre 2016 y 2019. Y tampoco tuvieron la capacidad de construir consensos educativos.
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