El presidente Alberto Fernández eligió al ex vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez como nuevo embajador argentino en Perú, puesto que durante el Gobierno de Mauricio Macri ocupó Jorge Yoma.
Fuentes diplomáticas revelaron que ya se hizo la consulta a Lima con el pedido del plácet al Ejecutivo de Martín Vizcarra. Es que la designación está sujeta al visto bueno de las autoridades gubernamentales de Lima, además de la aprobación del Senado argentino.
En caso de concretarse, sería el regreso de Álvarez, de 71 años, a una función diplomática, después de haber sido entre 2005 y 2009, presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur -con sede en Montevideo- y tras haber ejercido el cargo de secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), desde 2011 hasta 2017.
El nombramiento del también ex diputado se sumaría, además, a otras designaciones de personalidades de la política en representaciones diplomáticas, como las del ex candidato presidencial y ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli en Brasilia; el ex canciller Rafael Bielsa en Chile; Carlos Tomada en México; y Jorge Argüello en Washington.
Álvarez formó parte del Partido Justicialista pero se distanció por desacuerdos durante la presidencia de Carlos Menem y se convirtió en referente del llamado Grupo de los 8, entre otros junto a Franco Caviglia, Germán Abdala y Juan Pablo Cafiero.
En 1993 formó el partido opositor Frente Grande, que tiempo después se transformó en Frepaso tras la incorporación de otros sectores. En las elecciones de 1999 integró la fórmula presidencial de la Alianza UCR-Frepaso liderada por el radical Fernando de la Rúa, binomio que finalmente se impuso en los comicios.
Sin embargo, antes de cumplir un año en el cargo, renunció a la vicepresidencia, en medio de un escándalo por una denuncia de pago de sobornos en el Senado para conseguir la aprobación de de la denominada Ley de Reforma Laboral.
Su salida debilitó al gobierno de De la Rúa, que afrontaba ya señales de la crisis económica y social que luego detonaría a fines de 2001, llevando a la renuncia del entonces presidente cuando aún faltaba cumplir la mitad de su mandato.
Varios años después, ya con el kirchnerismo en el gobierno, Álvarez ocupó cargos diplomáticos.
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