El fiscal José María Campagnoli, el mismo que debió enfrentar un juicio político impulsado por el gobierno que comandaba Cristina Kirchner, trabaja hace varios días en la redacción de un proyecto de reforma judicial, una de las banderas que anunció el presidente Alberto Fernández en su discurso de asunción. Lo hace casi en secreto y por pedido expreso de Gustavo Béliz, según pudo saber Infobae. De hecho, fuentes oficiales consultadas por este medio aseguraron que desconocían la participación del funcionario judicial en la iniciativa que podría debatirse este verano en sesiones extrordinarias.
Los detalles de ese proyecto, uno de los que se pondrán en la mesa a la hora de evaluar propuestas, se guardan bajo siete llaves. En los últimos días, Campagnoli esquivó los mensajes y llamados de varios de sus colegas. También rechazó hablar con este medio.
La decisión de convocar a Campagnoli ya genera ruido interno en algunos sectores del Gobierno. El fiscal fue una de las caras visibles de la marcha multitudinaria del 18 de febrero de 2015, un mes después de la muerte de Alberto Nisman. Un año y medio antes había sido sometido a un polémico jury por su investigación sobre Lázaro Báez en los inicios de la “ruta del dinero K”. Ese proceso en su contra fue impulsado por la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó y por Cristina Kirchner, la actual vicepresidenta. En ese proceso, el funcionario judicial fue suspendido y hasta sufrió una reducción de su sueldo.
A partir de ese momento, el fiscal recorrió decenas de sets televisivos para criticar al kirchnerismo. “Tomaron al Estado como un botín de guerra o para sus lujos personales. Si no tuviese fueros, (Cristina Fernández de Kirchner) debería estar presa”, llegó a decir.
Según las fuentes consultadas por Infobae, Alberto Fernández está al tanto de la convocatoria de Béliz a Campagnoli, con quien compartió el primer año de gestión durante la presidencia de Néstor Kirchner. El fiscal trabajaba en la Secretaría de Seguridad que comandaba Norberto Quantín.
La incursión de “Los Centauros” en la política -un grupo de investigadores también integrado por Marcelo Munilla Lacasa, Marcelo Martínez Burgos y Pablo Lanusse, entre otros- terminó mal. Se tuvieron que ir tras una violenta represión frente a la Legislatura porteña -en el marco de una protesta de vendedores ambulantes y travestis- y luego de la toma de la comisaría de La Boca, episodio por el cual tuvieron que dar explicaciones ante la Justicia.
Béliz respaldó a Quantín y también dio un paso al costado. El entonces jefe de Gabinete fue el encargado de pedirle la renuncia como ministro de Justicia. Un día después, Béliz fue al programa de Mariano Grondona y mostró una foto de Horacio Antonio “Jaime” Stiuso. Por ese hecho, se tuvo que autoexiliar en Washington.
Kirchner optó por el famoso espía. Y lo puso al frente de la investigación del atentado a la AMIA.
Durante años, la ex SIDE impulsó una causa contra Béliz por violar secretos de Estado. Recién en 2015 la Corte Suprema le puso un final a esa persecución.
Detrás del enfrentamiento con Stiuso estaba el intento de reformar la justicia federal para licuar el poder de los jueces de Comodoro Py.
Más de 15 años después, otra vez se propone una reforma judicial con el mismo objetivo. Y nuevamente aparecen Béliz y Campagnoli en escena. Las opciones que se manejan ahora son distintas. Una posibilidad es unificar los jueces de Comodoro Py con los del fuero Penal Económico. “Es la única opción viable, pero no se licúa el poder de nadie”, admitió un fiscal federal.
Otra posibilidad es juntar a los federales con los jueces de instrucción. En Comodoro Py estallan al escuchar esos rumores. “Nunca investigaron la corrupción”, dicen los federales sobre sus colegas del fuero penal ordinario.
Pero la reforma judicial no abarcaría solo a Comodoro Py. Infobae reveló ayer que también se evalúa la fusión del fuero Contencioso Administrativo Federal con la justicia Civil y Comercial Federal. Allí se dirimen cuestiones no penales que tienen al Estado como parte o que se relacionan con leyes federales.
Por el momento, el presidente Alberto Fernández no tiene intenciones de modificar el número de los jueces de la Corte Suprema. La reforma, en cambio, impulsaría nuevamente el juicio por jurados, un sistema que está en la Constitución.
Campagnoli trabaja por estas horas en silencio para entregarle un proyecto a Béliz, con quien mantiene una estrecha amistad. De hecho, uno de los hijos del actual funcionario trabaja en la Fiscalía de Saavedra.
El fiscal no se tomó licencia durante enero, según pudo saber este medio. Trabaja contra reloj en sus ratos libres para terminar un borrador antes de fin de mes. Ocurre que el presidente anunció esta semana en una entrevista televisiva que el proyecto oficial de reforma llegará al Congreso antes de fin de mes.
Campagnoli no genera simpatía en Comodoro Py. Tampoco dentro del actual gobierno. La actual interventora de la AFI, Graciela Caamaño, acumula viejos rencores contra su colega. El nuevo titular de la Oficina Anticorrupción, Félix Crous, tampoco tiene una opinión favorable del fiscal.