Horacio Rodríguez Larreta no sólo sabía desde que Mauricio Macri perdió las elecciones que Alberto Fernández le rebajaría la porción de coparticipación que la Ciudad recibe del Estado nacional. También sabía que iba a ser un hecho el freno del soterramiento del tren Sarmiento, una obra costosa que hasta ahora cubrió sólo el trayecto en territorio bonaerense hasta el barrio porteño de Liniers.
En efecto, el ministro de Transporte, Mario Meoni, lo oficializó ayer en conferencia de prensa, en Casa Rosada. "Es necesario invertir más de 1.500 millones de dólares. En el marco de la crisis que existe hoy, no podemos llevar adelante una obra de esas características que, además, viene con muchas dificultades”, subrayó el funcionario, y adelantó que se comunicaría con sus colegas del Gobierno de la Ciudad para definir el “proyecto viable” si es que finalmente se decide continuar con la obra.
Horas antes, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, había remarcado que la continuidad de la construcción de metrobuses, cuya idea original fue implementada por el macrismo en la Ciudad, estaba en duda.
La rescisión de los contratos del soterramiento del Sarmiento, una obra que además fue salpicada por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht y cuya resolución depende de la administración de Fernández, fue parte de la conversación que la semana pasada tuvieron Meoni y Juan José Méndez, el secretario de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad, en las oficinas del ex intendente frente a la Casa Rosada. Hoy vuelven a verse al mediodía, pero junto al resto de los colegas de todo el país.
“Nuestra postura es trabajar junto al Gobierno nacional para encontrar la solución más económica y sustentable para resolver la interferencia del Sarmiento, mejorando el servicio del tren, la seguridad vial y la integración de los barrios. Se están analizando varias opciones y el viaducto es una de ellas", explicaron a este medio fuentes de la Secretaría porteña.
Desde la Ciudad ya habían mandado a estudiar durante la campaña la factibilidad del viaducto, como se avanzó en los ramales Mitre y San Martín. Aunque la decisión está en manos del Gobierno nacional.
Para la Ciudad, el Sarmiento es un tema prioritario. De hecho, fue una de las diez promesas de campaña de Rodríguez Larreta para la gestión 2019-2023: “Vamos a sacar todas las barreras del ferrocarril Sarmiento para ganar más tiempo, más seguridad y más espacios verdes en la Ciudad”, dijo.
En el Gobierno porteño hay ahora inquietud por esa promesa la posibilidad, cierta, de que quede trunca.
Por el momento, la conversación por el Sarmiento entre Nación y Ciudad está verde. Forma parte de un paquete de temas en el que sobresale junto a los subsidios al transporte, una discusión que se volvió más fluida por la decisión de la administración central de congelar el boleto de las líneas de colectivos y de trenes del área metropolitana. La gestión porteña financia a la treintena de líneas de colectivos que atraviesan la Ciudad, un acuerdo que venció el 31 de diciembre y que fue prorrogado por dos meses.
La discusión por el Sarmiento no pasa todavía por el financiamiento. Debe definirse de qué manera encarar, por caso, el viaducto, si es que al final se decide por esa opción. Es prematuro. El Gobierno nacional debe primero oficializar el fin de las obras del soterramiento a través de una resolución. Rodríguez Larreta es consciente de que los años venideros no serán “los años de las obras”.
El vínculo entre la Ciudad y la Nación quedó en estos últimos días bajo la lupa por la decisión de Fernández –ahora oficializada– de recortar los fondos que Rodríguez Larreta recibe en concepto de coparticipación y que Macri había incrementado del 1,9% al 3,7% –después quedó en 3,5%–, con el traspaso de la Policía Federal. Ese es el argumento que esgrimen en el Gobierno local para defender el aumento. En Casa Rosada dicen que estuvo mal calculado y que debe recortarse, bajo el nuevo paradigma de la “solidaridad”. La Ciudad tenía previsto recibir en el 2020 unos $120.000 millones. Ahora buscan cómo tapar el agujero que dejará la quita.
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