Un día después de definir que la primera sesión extraordinaria sería el 6 de febrero y no el 22 de enero, el presidente Alberto Fernández almorzó con el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, mientras en la oficina contigua el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunió con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para analizar los borradores de tres proyectos de ley y la factibilidad de convocar a una sesión antes de que termine el mes, tal vez el 29 de enero.
Tanto Máximo como su madre, la vicepresidenta Cristina Kirchner, acaban de regresar de viaje. Ella de Cuba, donde pasó dos semanas con su hija Florencia que sigue allí un tratamiento médico, y el diputado en Santa Cruz, donde descansó y estuvo con sus hijos. Massa, en cambio, estuvo durante el fin de semana en la costa, donde dejó a sus hijos adolescentes con una familia amiga con la que él y Malena Galmarini veranean todos los años, excepto éste en el que ambos están en gestión.
No es la primera vez que Fernández, Kirchner y Massa definen la agenda parlamentaria en la Casa Rosada. Juntos armaron la estrategia para el tratamiento de la ley de emergencia económica en diciembre. “Fueron a charlar de varias cosas”, fue la única escueta respuesta de fuentes oficiales cuando se vio llegar a los dos diputados bonaerenses a la Casa Rosada.
Antes de subir al despacho del Presidente, Máximo Kirchner pasó por la planta baja donde almorzaron el ministro del Interior, su amigo Eduardo ‘Wado’ de Pedro, y el gobernador cordobés Juan Schiaretti. De esa charla sólo se hizo un comentario positivo (“muy buen diálogo institucional, una charla muy agradable”, señalaron las fuentes), aunque el hecho fue significativo por la enemistad entre el mandatario y los Kirchner.
Un rato después, en el despacho del primer piso con vista al Río de la Plata, el hijo de la vicepresidenta almorzó con el Presidente. En la charla hicieron un balance del primer mes de gestión y de las políticas implementadas, “los avances” (dijeron las fuentes) y la agenda parlamentaria que se viene. La comida se extendió por lo menos dos horas. También se habló del eje de los próximos temas de debate parlamentario en el despacho de Cafiero con vista a la City. El encuentro con Massa duró algo más de dos horas.
De todos los temas pendientes, los más importantes que pueden generar polémica son el límite a las jubilaciones de privilegio que cobran diplomáticos y jueces y la reforma del Poder Judicial. En el primer caso debe conformarse una comisión para analizar el tema. En el segundo se trabaja para tratar de incluirlo en las sesiones del próximo mes. Sin embargo, los voceros que fueron extremadamente cautos en revelar el contenido de la conversación sólo puntearon tres temas: consenso fiscal, jubilaciones de privilegio y la deuda que tiene vencimientos en marzo.
En los últimos días el Presidente había mencionado que quería avanzar en la creación del Consejo Económico y Social en forma paralela al Consenso Fiscal que firmó en diciembre con los gobernadores y que requiere aprobación parlamentaria ya que permite frenar aumentos de impuestos, como el caso de Ingresos Brutos.
Este lunes sorprendió la decisión sobre la postergación del inicio de las sesiones extraordinarias. Hasta la semana pasada se mencionaba que el 22 de enero tendría lugar la primera convocatoria. Sin embargo, desde el Poder Ejecutivo aún no enviaron la solicitud con los proyectos y, ante la demora, Massa habría conversado con los jefes de los bloque opositores, entre ellos Cristian Ritondo y Mario Negri, del PRO y la UCR. En permanente comunicación, el presidente de la Cámara de Diputados, volvió a charlar con ambos para analizar una nueva fecha para la convocatoria: fines de enero.
Otro tema que debe definir la alta política y en la que el Presidente, Massa y Máximo Kirchner funcionan como una mesa chica de su alianza, es la institucionalización del Frente de Todos. La idea es que deje de ser un espacio electoral y tenga un ámbito donde se consensúe la acción política. A un mes de la asunción no se visibilizan grandes internas, aunque sí pujas por cargos y espacio de poder. Sin embargo, a nadie escapan las diferencias entre los distintos sectores de la coalición gobernante (peronismo, kirchnerismo y massismo, por ejemplo) que a futuro podrían pesar en la gestión.
Días atrás, tanto el Presidente como Massa tuvieron que intervenir en ayuda de Axel Kicillof para que lograra la aprobación de la ley impositiva después de dos intentos frustrados. Kicillof es el gobernador favorito de Cristina Kirchner y de su hijo Máximo. Seguramente esa cuestión tan candente, y la deuda provincial, hayan estado en la mesa de conversación.