Luego de la feria de enero, el juicio oral contra el reducidor de autos Carlos Telleldín, acusado de acondicionar y entregar la camioneta que explotó en la sede de la AMIA, ingresará en la etapa final. Restan declarar unos 35 testigos. Algunos muy esperados. “Faltan familiares de Telleldín y supuestos testigos de la entrega de la camioneta”, detalló uno de los abogados querellantes. Hay expectativa por esos testimonios. Hasta ahora, el juicio no arrojó sorpresas. Y todavía hay dudas sobre el verdadero rol de Telleldín. Mientras tanto, el reducidor de autos sigue activo en las redes, donde opinó sobre el documental de Alberto Nisman y se interesó por la entrevista radial que brindó Mohsen Rabbani, el ex agregado cultural de Irán.
El juicio arrancó en mayo del año pasado, y tiene una audiencia por semana. La parte acusadora está a cargo de la UFI AMIA, representada en este caso por los fiscales Roberto Salum y Santiago Eyerhabide, que llevan adelante la investigación del fiscal Alberto Nisman. Y hay dos querellas: los familiares de las víctimas del atentado, por un lado, y otra de la DAIA y la AMIA.
Telleldín está acusado de ser partícipe necesario del atentado, que dejó 85 muertos y 151 heridos. Ya fue juzgado una vez. Fue en 2003, pero el Tribunal Oral Federal 3 –con otra integración de jueces– declaró todo nulo por las irregularidades de la investigación. Seis años después, la Corte Suprema confirmó la nulidad de la causa, pero convalidó la acusación contra Telleldín, y dispuso que se haga un nuevo juicio por la entrega de la camioneta. “Es un juicio sobre hechos consolidados. Acá no se discute la existencia de la Trafic”, explicó una fuente judicial.
El reducidor de autos ya fue condenado a tres años y seis meses de prisión por haber cobrado 400 mil dólares para acusar falsamente a integrantes de la Policía bonaerense como las personas que recibieron la camioneta. En ese mismo juicio, el ex juez Galeano fue condenado a seis años de prisión por los delitos de peculado, prevaricato, privación ilegal de la libertad agravada, encubrimiento y violación de medios de prueba. Pero hubo absoluciones para el ex presidente Carlos Menem, el abogado Víctor Stinfale; el ex comisario Jorge “Fino” Palacios, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja y el ex agente de inteligencia Patricio Finnen.
En el juicio actual, opacado por los últimos casos de corrupción, Telleldín habló apenas 15 minutos. Se mostró como una “víctima” del sistema judicial y aseguró que le vendió la camioneta a una persona con “acento extranjero”. “Ahora quiere instalar que fue un vendedor de buena fe”, se quejó uno de los actores del juicio. Después de tantas idas y vueltas, nadie le cree.
El reducidor de autos suele concurrir a las audiencias y es asistido por un defensor oficial. Cuando falta, es por sus tareas como abogado.
En las últimas semanas, Telleldín estuvo muy activo en las redes, donde suele compartir fotos personales y de autos lujosos. Aprovechando la repercusión que generó la serie de Netflix, publicó varios mensajes y retuiteó otros en la línea del suicidio de Nisman. “Lo único que deja en claro que no sabemos nada ni de Nisman ni de AMIA después están los figuretis charlatanes de feria , para mi lo importante, jefe de la Cia , sic. aquí empezaron con una conclusión y armaron los hechos ( sin palabras )”, tuiteó el 6 de enero.
Su último posteo fue el sábado, a propósito de la entrevista radial que brindó Mohsen Rabbani. El ex agregado cultural de Irán tenía relación, al menos indirecta, con Telleldín. Un número de teléfono de la embajada iraní apareció en una agenda del reducidor de autos. El dato fue desestimado en el juicio anterior. Además, hubo contactos entre el ciudadano argentino de origen sirio Alberto Kanoore Edul y el propio Rabbani.
El debate está centrado en la entrega de la camioneta. No hay una única postura sobre ese hecho. Para algunas querellas, Telleldín tenía conocimiento de que iba a ser utilizada en un atentado. Para otras, no hay datos suficientes para probar que fue un eslabón de la cadena.
Lo que se pudo determinar hasta ahora es que se usaron otras dos camionetas para acondicionar la que explotó en la AMIA. “A una camioneta le sacaron el motor. Pertenecía a la empresa MESIN SRL, pero se había incendiado en un accidente. A la segunda le sacaron la carrocería, nunca se pudo saber de dónde provenía”, detalló una fuente judicial.
Y hay una tercera camioneta involucrada que había sido publicada para la venta en los clasificados del diario Clarín. Nunca apareció.
De los 100 testigos previstos, restan unos 35. Si no hay sorpresas, en abril comenzaría la etapa de alegatos. Aunque el juicio ya ingresó en un tramo de definiciones, nadie quiere arriesgar un pronóstico. “Faltan algunos familiares y supuestos testigos de la entrega de la camioneta”, explicó uno de los abogados querellantes. Esos testimonios podrían cambiar el rumbo del juicio.
Los jueces también deberán evaluar otros 200 testigos que pasaron por el juicio anterior. La defensa de Telleldín pidió que se exhiban en el proceso actual. La definición quedó a cargo de los jueces Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero. Si hacen lugar al planteo, el juicio se podría retrasar varias semanas.
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