“Hola a todos, quería pedirles q este fin de semana hagamos una recorrida por supermercados para controlar los productos de precios cuidados en las góndolas. Es imprescindible q nos involucremos todos en el tema. Un abrazo”.
Con este breve mensaje en Instagram el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, instó a los ministros a salir de recorrida a “cuidar” mediante la app oficial, la nueva versión del programa “Precios Cuidados”.
Poco después, la ministra de Mujer, Género y Diversidad (ex abogada de Milagro Sala), Elizabeth Gómez Alcorta, y el ministro de Educación, Nicolás Trotta, postearon fotos en funciones de controladores de precios.
El jefe de Gabinete acompaña su publicación con un pequeño video en el que anuncia: “Hoy fui a probar la app de PRECIOS CUIDADOS" y en el que se lo ve recorriendo góndolas y cargando, entre otros productos, mermelada, pan, aceite y polenta en el changuito.
La nueva versión del programa Precios Cuidados incluye 310 productos, de los cuales 70 ya estaban en la versión previa y 240 se agregaron, esta vez con énfasis en las llamadas primeras marcas, para dejar atrás la etapa que Cristina Kirchner definió como de productos “Pindonga y Cuchuflito”.
El gobierno aspira a que la nueva versión del Programa triplique su incidencia en la facturación de las cadenas de supermercados. Sin embargo, las cadenas comprendidas comprenden apenas 2.700 puntos de venta, contra los 150.000 existentes en todo el país, señaló recientemente un informe de la consultora Focus Market. Quedaron afuera, por ahora, más del 98% de los puntos de venta, que incluyen almacenes “chinos” y nacionales, kioscos e incluso cadenas de supermercados chicos y del interior del país, con los que la Secretaria de Comercio Interior empezará a reunirse esta semana.
Con IVA
El gobierno también negoció, al reponer el IVA sobre la canasta básica de alimentos (arroz, azúcar, té, yogur, aceite, huevos, harina, yerba, pan lactal, pan rallado, leche, polenta, pastas secas), que los precios de esos bienes no suban más del 9% respecto del nivel que tenían cuando terminó la exención del impuesto. Según el informe de Focus, eso no ocurrirá “de ninguna manera”, porque los pequeños comercios no podrán conseguir bonificaciones de los proveedores ni absorber una parte tan grande del 21% del retornado IVA. Las grandes cadenas de supermercados, en cambio, pueden regatear con sus proveedores y trasladar parte de lo que no pueden reponer en el precio de los bienes básicos a terceros productos. Así, según Focus, puede que limiten el aumento del precio de los bienes básicos y carguen la diferencia sobre los más de 60.000 productos que venden. Por ejemplo, ofrecer arroz más barato y cargar el resto en el precio de la mayonesa o las aceitunas.
Los funcionarios preocupados y ocupados en controlar el nivel de precios constituyen un viejo recurso político. En la década del 80 el entonces presidente peruano, Alan García, ganó de entrada gran popularidad haciendo colas en los supermercados y discutiendo ampulosamente cuando llegaba a la caja registradora.
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