Mario Negri es, al menos en los papeles, el jefe de la oposición en la Cámara baja: preside el interbloque de Juntos por el Cambio. Miguel Ángel Pichetto fue el candidato a vicepresidente de Mauricio Macri -el ex presidente partió de vacaciones a fines de diciembre a Villa La Angostura, a donde planea quedarse hasta fin de mes- y pelea por un lugar en la Auditoría General de la Nación (AGN). Alfredo Cornejo, el ex gobernador de Mendoza, es el presidente del comité nacional de la UCR y aspira a tener un alto perfil en Diputados. Patricia Bullrich tuvo como ministra de Seguridad de la anterior gestión un rol fundamental y hacia el final del verano asumirá al frente del PRO por decisión unánime del partido. Maximiliano Ferraro, el presidente de la Coalición Cívica y jefe del bloque en la Cámara baja, transita, de a poco, el camino para reemplazar a Elisa Carrió, que renunció a su banca, que bajó el perfil y que se recluyó desde las fiestas en su chacra de Exaltación de la Cruz.
Son cinco de los principales referentes opositores a la administración de Alberto Fernández y analizaron para Infobae el primer mes del gobierno del Frente de Todos.
Casi ninguno rescató aspectos positivos de los primeros treinta días del Presidente. Pichetto aseguró que “un mes es muy poco tiempo para hacer una evaluación”, en sintonía con Cornejo. Pero el ex senador sí rescató la figura del canciller Felipe Solá: “Le doy un crédito importante, tiene una visión política que puede ayudar al Presidente”.
Es paradójico: el ex compañero de fórmula de Macri es uno de los más duros críticos de la gestión en política internacional de este nuevo gobierno, una visión que comparte con el resto de los consultados.
“Hay dudas con la política internacional. Lo de Evo (Morales) en la Argentina y el hecho de no definir claramente que Venezuela es una dictadura es complejo para el país. Espero que el Presidente tenga un gran alineamiento con Brasil y Estados Unidos. Creo hay poco margen par una tercer posición”, analizó Pichetto en diálogo con este medio.
La relación ambivalente del Gobierno con el régimen venezolano y la llegada al país del ex presidente de Bolivia, que se refugió en la Argentina tras el golpe que lo eyectó del poder y después de su paso por México, es uno de los puntos en común del ex senador del PJ con Negri y Bullrich en la mirada negativa de la gestión del Frente de Todos.
“Le debería preocupar al Gobierno encontrar un rumbo en la política exterior que sea claro. Por ahora solo vemos marchas y contramarchas en un mundo global muy complejo, que está altamente sensibilizado. La política exterior de Argentina no puede ser definida a la luz de los conflictos internos que tiene el Frente de Todos. Debe ser el resultado que ubique a la Argentina en su dimensión en cada foro internacional. Hay que dejar de lado la ideología y abordar los problemas como son. Me preocupa que el gobierno no advierta que los efectos del mundo global y la política exterior de nuestro país no puedan estar reñidas. Este Gobierno arranca con una complejidad en el mundo con dificultades que tienen dos países que sensibilizan mucho a la sociedad argentina. Uno es Irán. El otro es Venezuela”, advierte Negri, una de las principales figuras de la oposición en el Parlamento.
Para la ex ministra de Seguridad, hay “todavía contradicciones”. “Por un lado la venida de Evo, y por otro la aparente neutralidad, y hasta simpatía, en el caso de Venezuela, diciendo que no estaba de acuerdo con lo que había hecho Maduro y al otro día el retiro de la embajadora”, reclama la dirigente del PRO en alusión al retiro de las cartas credenciales de Elisa Trotta, la embajadora del país caribeño que designó Juan Guaidó.
Según Negri, el Presidente “debe despejar rápidamente las dudas y demostrar que no estamos ante un gobierno bifronte, en el que ejerce el cargo pero el liderazgo político va por otro lado".
El jefe del interbloque opositor en la Cámara baja coincide con Cornejo en la inquietud en torno a la sanción exprés de fin de año de la ley de emergencia económica en el Congreso, titulada por el Poder Ejecutivo con elegancia como “Solidaridad Social y Reactivación Productiva”.
“Nosotros somos una oposición constructiva y por eso esperábamos un diálogo sincero. Pero nos encontramos con una ley de emergencia que puso en manos del Presidente la mayor concentración de poder que se haya conocido en 16 años”, remarca el diputado cordobés. “En el tratamiento de la emergencia económica se intentó restaurar superpoderes al Ejecutivo. Desde la oposición no pusimos palos en la rueda, pero tampoco dimos ni daremos un cheque en blanco”, dice, por su lado, Cornejo.
Es paradójico porque el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, uno de los líderes radicales que ayer visitó por tercera vez la Casa Rosada desde que Fernández asumió la Presidencia, volvió a dejar en clara su posición respecto a las sesiones del Parlamento que terminaron con la aprobación de la emergencia económica. “Hubo un compromiso a fin de año de los gobernadores para ayudar en el Senado. Y para evitar que se dilate una semana más el tratamiento de la ley. Eso ha sido explícito. No ha habido ningún problema. Necesitaban la ley”, confesó Morales en diálogo con los periodistas acreditados de la Casa de Gobierno, ávido de ayuda financiera.
Ferraro está convencido de que la sanción de esa ley es lo peor del mes de gestión de Fernández. “Se declaró una emergencia injustificada en nueve áreas, se le dieron superpoderes al Ejecutivo. En nombre de la ‘solidaridad’ se votó un ajuste de 2 puntos del PBI metiéndole la mano en el bolsillo a los jubilados, a sectores medios de nuestra sociedad y a los pequeños y medianos productores”, resalta el presidente de la Coalición Cívica.
El diputado apeló a la ironía cuando se le consultó sobre lo más destacado del primer aniversario de la administración del Frente de Todos.
“Lo mejor es que ya sabemos que Alberto Fernández es similar a otros gobiernos del PJ. Manejo discrecional y envío de fondos a gobernadores e intendentes amigos. Va a querer controlar a los otros poderes del Estado. Una muestra de eso en el Legislativo fue la votación de la ley de superpoderes, y en el Poder Judicial la injerencia y declaraciones de la ministra de Seguridad acerca de la causa Nisman”, dice Ferraro.
Según Cornejo, “las medidas” de Sabina Fréderic “proponen más inseguridad que seguridad”. Destaca, además, “La desigualdad en los subsidios energéticos y al transporte” como uno de los puntos flojos que, según el diputado, impulsa el Gobierno. Ya lo había alertado a través de una carta pública.
Pichetto, que esta semana se instaló en su oficina porteña y al menos hasta fin de año se había mantenido en contacto con Macri con reuniones frecuentes, machaca en estas primeras semanas de gestión de Fernández con lo que llama la “ideología del pobrismo”. Se refiere al “discurso”: “Los vales de comida del ministro (Daniel) Arroyo y la Iglesia hablando del hambre les sirve para esta etapa”.
Resalta, de todos modos, “el diálogo con los gobernadores” y la figura del ministro de Salud, Ginés González García. “Por ahora no hay mucho más que eso. No hay un plan dirigido a la reactivación y, por el contrario, los sectores económicos productivos del agro, la industria metal mecánica y las pymes vuelven a tener una presión impositiva fenomenal de los estados nacional, provincial y municipal”, abunda. Pichetto aprovecha para cargar sobre Axel Kicillof, el gobernador bonaerense, uno de sus blancos preferidos: “Su ceguera aumentando el inmobiliario rural le pega doble al sector productivo de la provincia de Buenos Aires”.
Para Bullrich, se avizora por ahora “una política de muy corto plazo”: “Desde mi punto de vista hay por un lado señales absolutamente contradictorias en cuanto a la economía y las cosas que el mismo gobierno dijo en su campaña”, subraya ante Infobae.
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