Al cumplirse el primer mes de su gestión como presidente, Alberto Fernández hizo un balance positivo del rumbo adoptado por la gestión: “Hemos podido tranquilizar la economía y poner en marcha algunos proyectos que van a garantizar la inversión”, aseguró en un diálogo con periodistas acreditados en Casa de Gobierno.
El jefe de Estado explicó que en estos 30 días impulsó medidas para “poner en orden las cuentas públicas” sin afectar a los sectores que menos tienen. “A los que hacen el aporte, les pido que no se enojen y entiendan el lugar en el que estamos”, desarrolló. Y puntualizó: “Nos hubiera gustado no exigirle a nadie tanto”.
Al ser consultado sobre el ajuste fiscal y el aumento de impuestos que golpea a la clase media, el Presidente respondió: "Ese discurso de que la clase media se enoja, yo no entiendo mucho por qué. La clase media cuando vea cómo se reactiva la economía porque los sectores más bajos empiezan a consumir, va a ser la gran beneficiada; por lo tanto ese argumento mucho no lo entiendo”.
En su primer mes a cargo del Poder Ejecutivo, Fernández logró la sanción de la Emergencia Económica, impuso un recargo de 30% al acceso a los dólares, inició negociaciones con el Fondo Monetario para reperfilar la deuda y promovió un mayor intervencionismo en la economía. Paralelamente, intentó moverse a la par de México en su agenda de política exterior.
Fernández negó cortocircuitos con el gobierno porteño por la rebaja en la coparticipación que planea hacer su administración. Adelantó que en los próximos días se entablará un diálogo con Horacio Rodríguez Larreta para consensuar la mejor salida. Dijo además que el diálogo con el FMI está encaminado.
El mandatario evitó hacer comentarios sobre los dichos de Mohsen Rabbani, cerebro del ataque a la AMIA de acuerdo a la justicia argentina, quien esta mañana conjeturó que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado. “Honestamente, no lo escuché”, se atajó.
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