Mariano Arcioni, el gobernador de Chubut que ya había peregrinado por los despachos de Casa Rosada en busca del auxilio financiero de $1.000 millones para el pago del aguinaldo que el gobierno nacional le anticipó este martes tras la publicación en el Boletín Oficial, volvió a aparecer entrada la tarde por la explanada de la calle Rivadavia, mientras Alberto Fernández entraba y salía. El Presidente había estado un buen rato el miércoles por la tarde en Olivos por un malestar estomacal -un virus, le confirmaron sus médicos- que lo obligó a ponerle un freno a la agenda por unas cuantas horas.
La llegada del chubutense, que no estaba en agenda, se sumó al desfile de gobernadores que este jueves volvieron a fatigar la oficina del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que cuando se cumpla este viernes un mes de gobierno habrá recibido mano a mano a casi todos los mandatarios provinciales, en algunos casos en más de una oportunidad. Varios también visitaron al jefe de ministros, Santiago Cafiero, más abocado a la gestión que a la política.
La peregrinación de gobernadores siguió este jueves con la presencia, además de Arcioni, de Gerardo Morales, Ricardo Quintela, Gustavo Melella y Gustavo Bordet, que se entrevistaron con De Pedro para profundizar en el diagnóstico de las cuentas locales, una tarea que está a cargo de Silvina Batakis, a cargo de la relación con las administraciones provinciales.
El Gobierno, confiaron fuentes oficiales, está dispuesto a ayudar a los gobernadores a través de adelantos financieros como lo hizo esta semana con Santa Cruz, Río Negro, Chaco y Tucumán, además de Chubut, por más de $5.000 millones. Pero a cambio pide un plan de ajuste “completo”. “Como hizo Alicia Kirchner en estos años”, explicaron desde despachos oficiales en relación al ordenamiento de las cuentas que llevó adelante la gobernadora santacruceña, que asumió a la par de Mauricio Macri en el 2015 con los números en rojo.
Santa Cruz, a diferencia de otras administraciones, no tomó deuda en dólares, un ítem que ahora acucia a buena parte de los mandatarios, como los casos de Arcioni y de Morales, que subrayó que no tiene previsto dar el plus a estatales como sí anunció el Gobierno para los empleados de la administración central. El resto de las provincias, en su mayoría, sigue ese camino.
En ese sentido, el mandatario jujeño aseguró en diálogo con los periodistas acreditados de la Casa Rosada que su provincia ya tuvo un “apoyo de $400 millones que se descuentan durante el mes". “Hay predisposición para todo lo que necesitemos”, abundó Morales que volvió a verse cara a cara con el Presidente por tercera vez desde que Fernández asumió el poder central.
La primera junto a sus colegas Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés. La segunda, veinticuatro horas después de ese encuentro, junto al resto de los gobernadores en la firma del acuerdo fiscal que suspendió al que había sellado Macri en el 2017, en vísperas de la discusión exprés parlamentaria de la ley de emergencia económica, titulada con elegancia “Solidaridad Social y Reactivación Productiva”, que fue apoyado por los tres referentes de la UCR a pesar de un intento de rebelión legislativo de los interbloques de Juntos por el Cambio en el Senado y en Diputados.
La tercera reunión fue este jueves por la tarde. Y Morales se llevó la confirmación de la visita del jefe de Estado a su provincia, que el gobernador debe coordinar con Julio Vitobello, el secretario General de la Presidencia, y que será entre el 20 de enero y fin de mes.
“La idea es sobrevolar una planta de energía solar y ver el proyecto de batería de litio. Yo le pedí que visitemos el proyecto de cannabis medicinal, entre otros temas. Y la posibilidad de que se hagan algunos anuncios que tienen que ver con la generación de puestos de trabajo, que van a ser decisiones del gobierno nacional”, resaltó el jujeño.
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