Axel Kicillof hará un nuevo intento para tratar de destrabar el debate por la ley de emergencia económica que fracasó en reiteradas oportunidades por la oposición de Cambiemos, que desde antes de fin de año planteó serios reparos a convalidar el aumento del 75% en el impuesto inmobiliario rural y urbano para grandes contribuyentes, el pasaje que mayor tensión despertó entre el oficialismo y la oposición.
El gobernador bonaerense dedicó buena parte de su tarde de lunes a reuniones en la Casa Rosada: entró a las 15 y se fue pasadas las 17.30. Estuvo casi todo el tiempo en el despacho del Presidente, tras un paso previo por la oficina del ministro Eduardo “Wado” De Pedro. Primero en compañía de Santiago Cafiero, el jefe de Gabinete que se quedó solo un rato. Kicillof después sí conversó a solas con Alberto Fernández sobre los pormenores del paquete de impuestos con el que pretende avanzar esta semana en la Legislatura provincial.
Al mediodía, el Presidente había recibido -¿casualidad?- al intendente Néstor Grindetti, uno de los dirigentes de mayor peso en la estructura de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires que en los últimos días se abocó más en profundidad a la negociación con el oficialismo. El alcalde de Lanús no tiene aceitado el vínculo con Kicillof ni con sus ministros como sí lo tiene con sus colegas del PJ, con quienes mantiene, como el resto de los jefes comunales del PRO del conurbano, más afinidades que discrepancias. Pero a Grindetti y Kicillof sí les tocó negociar en la época en que ambos administraban los presupuestos nacional y porteño.
El jefe del Estado y el intendente -convocado a Casa Rosada por Julián Leunda, asesor presidencial de buena sintonía con varios referentes de la oposición- hablaron solo un par de minutos. Suficientes, según pudo reconstruir este medio de fuentes al tanto de la reunión, para que hablaran sobre el proyecto bonaerense que tensó al máximo el vínculo entre el gobernador y la oposición.
El Presidente le pidió ayuda para buscar una salida política, según pudo reconstruir este medio de fuentes del entorno del mandatario. El intendente se mostró abierto al diálogo, pero volvió a insistir con que el aumento del 75% no era negociable. Por el número y por el universo de vecinos que abarca.
La misma queja había sido planteada por Gustavo Posse, de San Isidro, que también recibió un llamado del jefe de Estado. Y el resto de los jefes comunales de Juntos por el Cambio que, como el oficialismo pero al revés, se mantuvieron hasta estos días con firmeza en al rechazo al aumento impositivo para los grandes contribuyentes. La semana pasada se habían reunido en La Plata.
En paralelo hubo durante toda la tarde reuniones en la Legislatura bonaerense entre los principales referentes de Cambiemos y del Frente de Todos: Verónica Magario, Federico Otermín, Roberto Costa y Maximiliano Abad. De cara a la sesión de mediados de semana con la que Kicillof buscará empezar a avanzar en el tratamiento del proyecto, esta vez con entrada por Diputados, donde el oficialismo cuenta con más holgura que en el Senado.
El gobernador quería volver a enviar un nuevo proyecto en las próximas horas. Con modificaciones, además, en el esquema de Ingresos Brutos en diversos rubros de la economía, como en medicamentos y tasas portuarias.
A última hora de la tarde llegó, de hecho, una propuesta del gobernador a los nueve puntos que habían planteado desde Juntos por el Cambio al proyecto original. Que contempla, por ejemplo, una merma en el universo de contribuyentes alcanzados por el aumento del 75%. Y que Kicillof conversó en su reunión con Fernández en el primer piso de la Casa Rosada. “Fue un encuentro más de las permanentes charlas entre ambos. Hay muchos temas de trabajo en común”, explicaron colaboradores del gobernador tras el cónclave. En Presidencia solo difundieron la foto con un breve epígrafe.
Juntos por el Cambio deberá definir, en tanto, si la nueva propuesta del Gobierno provincial alcanza o no de cara a la sesión de mediados de semana.