La orden de Mauricio Macri a sus ministros durante su gobierno era clara: eviten Punta del Este. La imagen que querían proyectar no era la de un gabinete acostumbrado a los lujos y los precios del Este. Así, muchos hicieron caso y tuvieron un perfil bajo durante esos años, mientras que otros hicieron caso omiso y siguieron cruzando cada verano.
La duda se imponía indefectiblemente: ¿qué iba a hacer Cambiemos cuando ya no fueran gobierno y pudieran mostrarse tal cual? ¿Volverían a Uruguay? ¿Lo harían a pesar del 30%, esa medida tan opuesta a su manera de pensar?
No hubo que esperar demasiado para descubrirlo: ya desde los últimos días de diciembre se los empezó a ver: Guillermo Dietrich, Pancho Cabrera y Nicolás Dujovne fueron los primeros en llegar a José Ignacio, la más exclusiva de las playas.
El caso del ex ministro de Economía fue acaso el más traumático. Lo peor para él pasó las primeras semanas luego de su renuncia tras las PASO y una devaluación de más de 20%, cuando ni siquiera tocaba el clarinete, uno de sus hobbies musicales. Sobre el final de un 2019 duro, llegó a Punta del Este a descansar junto a su familia –su esposa y sus tres hijos de entre 8 y 18 años–, pero las cosas no salieron tan bien como esperaba: entraron a robar a su casa de José Ignacio cuando él no estaba. No se llevaron demasiadas cosas de valor, pero el miedo tras una intrusión de ese estilo siempre queda.
A partir de la primera semana de enero pondrá foco en su nuevo-viejo rol de consultor privado de temas económicos, un negocio que retomó meses después de su salida del gobierno de Macri. Para eso abrió una nueva oficina en la zona de La Recova, en Retiro, y ya tiene clientes, detallan allegados. Su consultora aún no tiene nombre.
El ex funcionario se quedará durante enero en Buenos Aires donde espera trabajar, pasar tiempo con su familia y hacer deporte, sobre todo jugar al tenis, una actividad que también mantuvo en las playas uruguayas. Luego continuará sus viajes al exterior en busca de clientes; el año pasado e hizo una gira por EEUU e Inglaterra. Contó a sus más íntimos que está entusiasmado por algunas reuniones que tuvo en el exterior, incluso con banqueros centrales y ministros de Finanzas a los que conoció durante su función, sobre todo como anfitrión del G20 que se hizo en Buenos Aires a fines de 2018.
Un caso distinto es el de Guillermo Dietrich, ex ministro de Transporte, que también está en el Este pero con un perfil mucho más público que Dujovne. “Guillo”, como le dicen, llegó después de Navidad para pasar año nuevo y se queda hasta el lunes 6. Viajó con su mujer y sus dos hijos y para en casa de amigos. Se lo vio todos los días en la playa de Club de Mar, también en José Ignacio. Con su sombrilla y su reposera se dedicó a leer El sitio de Krishnapur, una novela de James Gordon Farrell de 1991. También se lo vio trabajando en su tablet y haciendo anotaciones.
Por la tarde realiza una de sus actividades físicas favoritas: salir a correr. Ya por las noches se dedica de lleno a lo social: participa de eventos y conversa con amigos, también habitués del Este. Su asistencia a las fiestas esteñas sin embargo no tiene que ver con un rol social –nunca lo caracterizó el alto perfil–, sino que está más relacionado con su futuro. La semana próxima ya estará de vuelta en Buenos Aires y comenzará a trabajar en su vuelta al mundo de los negocios, quizás en la empresa de su familia –un holding de concesionarias y otros negocios vinculados con los autos–, aunque aún no lo definió, y en su continuidad en la política.
Parte de sus encuentros con empresarios y personalidades en Punta del Este tiene que ver con que Dietrich es uno de los hombres fuertes del armado del PRO y de Mauricio Macri para los próximos años. Desde el entorno del ex ministro le confirmaron a Infobae que va a estar a cargo del voluntariado del partido (con sede en la calle Balcarce, a pocas cuadras de la Casa Rosada) y con su fundación BASES, que se dedica a políticas públicas para el transporte. También, aseguran en su entorno, “está escribiendo sobre las vivencias de estos años”, pero no dan mayores detalles de su incursión en el universo autobiográfico.
Pancho Cabrera es uno de los que asiste a eventos en el Este, sobre todo en La Huella. En la presentación de la línea de vinos de Noah Mamet, coincidió y charló largo y tendido con Dietrich.
El ex ministro de Producción fue uno de los más díscolos del gobierno de Cambiemos en materia Punta del Este. Fanático como es de José Ignacio, nunca dejó de venir. No es extraño que se sienta liberado este verano. Según contó él mismo a Infobae, se queda en el Este casi todo enero.
Marcos Peña también está en Uruguay, pero no en Punta del Este sino en la muchísima más tranquila ciudad costera de La Paloma. Junto a su familia fue a descansar de cara a lo que le espera. Según cuentan allegados, analiza radicarse en los Estados Unidos para estudiar, pero tampoco descarta dedicarse a la consultoría de asuntos globales con fondos provenientes de organismos internacionales.
De vacaciones en Uruguay, aunque más escondidos, están la ex ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y su marido, Federico Salvai (Jefe de Gabinete durante la gobernación de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires). La pareja no se dejó ver demasiado pero son habitués de Punta del Este desde hace años.
Otro de los amantes de estas costas es Cristian Ritondo, ex ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y actual Diputado Nacional. Según cuentan, no se tomaba vacaciones desde que empezó como ministro y le había prometido a los hijos irse con ellos ni bien pudiera. Este verano fue la ocasión ideal: viajó con su mujer, sus dos hijos y amigos de sus hijos. Se queda una semana más. Después, regresa a Buenos Aires para retomar su rol de Diputado y participar de las sesiones. Aunque parezca paradójico, desde su entorno aseguran que no está en contra de la medida del 30% de impuesto a los gastos en el exterior, y que en cambio tiene reservas respecto de las jubilaciones y el sistema de retenciones aplicado por el gobierno de Alberto Fernández.
Por último, falta todavía la llegada de Rogelio Frigerio, que después de unas vacaciones en Alemania junto a su familia planea llegar al Este más avanzado el mes de enero. En relación a su futuro laboral, Frigerio armó una consultora de asesoramiento político y económico a empresas y al sector privado junto a su amigo Emilio Monzó.
SEGUÍ LEYENDO: