Los sectores piqueteros más duros, alineados con el kirchnerismo, advirtieron al gobernador Axel Kicillof que “la cobardía en la defensa del pueblo pobre y trabajador es una traición a las banderas históricas que defendemos”, al criticar en duros términos la propuesta de reforma impositiva impulsada por el gobierno bonaerense por considerarla “moderada e insuficiente”.
En un comunicado de prensa que firman, entre otros, Juan Grabois, Emilio Pérsico, Juan Carlos Alderete, Esteban “Gringo” Castro y Gustavo Menéndez, que pertenecen a distintas agrupaciones sociales que integran la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), se afirma que “la provincia de Buenos Aires está prendida fuego” y, tras destacar los problemas económicos de los habitantes y de las empresas en el distrito, destaca que es necesario “cambiar la matriz regresiva de la distribución del ingreso, la riqueza y la tierra”, a la que “el PRO no se animó" a modificar tras “gobernar cuatro año para los ricos”.
“Cuando hablamos de los ricos -agregaron los piqueteros K en el comunicado-, no nos referimos a un chacarero ni de una familia con dos o tres propiedades sino a las grandes fortunas, al 1%, la punta del iceberg, la crema de la crema, a los que todo lo tienen pero sienten que nada deben al resto de la sociedad. Por eso, evaden evaden impuestos o fugan sus capitales a paraísos financieros sin sentir un miligramo de culpa por el daño social que producen.”
Aunque los dirigentes sociales enrolados en el kirchnerismo sostuvieron que apoyan la reforma impositiva de Kicillof por “su carácter progresivo y su intencionalidad reparatoria de las graves asimetrías sociales tanto en el campo como en las ciudades bonaerenses”, también la criticaron de manera enérgica por considerarla “moderada e insuficiente”, ya que “no cambia esa matriz injusta” y “no permite ni por asomo resolver los gravísimos problemas sociales e institucionales de la provincia de Buenos Aires”, sino que “apenas cubre las partidas del presupuesto vigente”.
“Como establece nuestra Constitución, el régimen fiscal debe procurar que los que más tienen aporten más. Hoy, los impuestos al patrimonio en general y las grandes fortunas en particular sólo representan el 4% de la recaudación. Esto es una gran injusticia que debe cesar”, sostuvieron.
Los principales dirigentes de la CTEP se habían reunido con Alberto Fernández a mediados de noviembre pasado, antes de que asumiera como presidente de la Nación, y tras el encuentro Grabois hizo sugestivas declaraciones: “Si nos tenemos que movilizar (contra Fernández) lo vamos a hacer, no queremos ser aplaudidores ni felicitadores de dirigentes políticos”, advirtió.
La CTEP nuclea a trabajadores precarizados, cartoneros, artesanos, feriantes, vendedores ambulantes y cooperativistas, y surgido de esas filas fue presentado la semana pasada un sindicato propio: la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), un sello que une a cuatro organizaciones sociales de importancia como la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie (Somos) y el Frente Popular Darío Santillán.
La UTEP pretende incorporarse a la CGT, pero sus dirigentes se resisten a sumarlos a la central obrera.
Este sector de trabajadores de la economía popular mantiene lazos con algunos flamantes funcionarios del gobierno nacional: la obra social del sector, que ya cuenta con 500.000 afiliados, nació bajo el abrigo de Emilio Pérsico, referente del Movimiento Evita y que fue designado al frente de la flamante secretaría de Economía Social que funciona bajo la estructura del ministerio de Desarrollo Social. Lo secunda Gustavo Menéndez, el referente de Barrios de Pie Somos. Ambos son dos de los firmantes del comunicado que cuestiona en duros términos la reforma impositiva de Kicillof.