El presidente Alberto Fernández firmó esta noche el decreto de designación de la fiscal Cristina Caamaño como la nueva interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), una de las áreas más conflictivas del Estado para el actual Gobierno y que, según trascendió, será reestructurada en busca de una mayor transparencia.
Caamaño estuvo hoy en la Casa Rosada para reunirse con Fernández y antes estuvo con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con quienes analizó los cambios que se planean para el organismo de inteligencia.
Fernández anunció en su primer mensaje presidencial que parte de los fondos reservados de la AFI serán destinados a “combatir el hambre” y prometió: “¡Nunca más al Estado secreto!”.
La flamante titular de la AFI era hasta ahora presidenta de Justicia Legítima, agrupación cercana a las ideas del kirchnerismo, y dirigió el Departamento de Intercepción y Captación de las Comunicaciones (Dicom) durante la administración de Alejandra Gils Carbó al frente de la Procuración General de la Nación.
La funcionaria permaneció en ese cargo hasta que el entonces presidente Mauricio Macri firmó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 256 a fines de diciembre de 2015 para transferir la administración de las escuchas telefónicas pedidas en el marco de causas judiciales, tarea que estaba a cargo de la DICOM, al ámbito de la Corte Suprema de Justicia, que, a su vez, designó a la Cámara Federal porteña para ocuparse de esto.
“Nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno, nunca más a una Justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno. Lo digo con la firmeza de una decisión profunda. Cuando digo nunca más es nunca más. Porque una Justicia demorada y manipulada significa una democracia acusada y denegada", señaló Alberto Fernández el día que asumió la Presidencia, momento en que anunció los cambios en la AFI.
La AFI funciona bajo la conducción política e institucional del Poder Ejecutivo. Según su sitio oficial, el propósito de la agencia es “producir Inteligencia Nacional Estratégica, Contrainteligencia, Inteligencia Criminal e Inteligencia Estratégica Militar con el objetivo de formular respuestas adecuadas en relación a las amenazas o riesgos que puedan afectar la seguridad exterior e interior de la Nación, como así también respecto de las actividades criminales que por sus características puedan afectar derechos fundamentales de sus habitantes”.
La ex SIDE se rige por la Ley de Inteligencia Nacional (25.520) y su modificatoria (27.126), promulgada el 3 de marzo de 2015 y publicada en el Boletín Oficial dos días más tarde. La norma entró en vigencia 120 días después y tuvo como fin la creación de la Agencia Federal de Inteligencia.
La reforma establecida disolvió la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y transfirió, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación a la AFI, la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal.
Ahora, con la designación de Caamaño, se acelerarán los planes del Gobierno para una reforma integral del sistema de inteligencia. Para este objetivo habrá un aporte fundamental por parte del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, en quien confía Alberto Fernández para el rediseño del Estado.