El juez federal Sebastián Ramos procesó a siete militares por fraude al Estado. Eran representantes diplomáticos de la Argentina en Australia, Rusia y Corea del Sur. Los acusan de desviar más de un millón de dólares a sus cuentas personales, entre 2012 y 2013. El dinero llegaba para gastos reservados administrados del área de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto.
Según el fallo al que accedió Infobae, el juez aseguró que “se orquestó una maniobra para que el Estado realizara desembolsos a las Agregadurías de Defensa Argentina en Australia, Corea y Rusia por montos superiores a los originariamente previstos”. Ahora, se ordenó a la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado del Poder Judicial de la Nación “la elaboración de un informe de evolución patrimonial de los imputados desde el año 2012 hasta la fecha, a fin de establecer si sus patrimonios se corresponden con sus antecedentes económico financieros y sus ingresos”.
Los procesados fueron José Eduardo Demaría y Luis Héctor Patoco, responsables de la Jefatura de Inteligencia y a cargo de cargo de las agregadurías militares; el jefe de la División de Presupuesto de la Jefatura de Inteligencia, Jorge Armando Sicaro; Oscar Francisco Vuisso, agregado de Defensa en Rusia, y a los auxiliares de agregadurías Alejandro Fidel Pacheco (Rusia), Sergio Trombino Ghivarelli (Corea del Sur) y Claudio Héctor Velardez (Australia).
La causa se abrió en agosto de 2014, a partir de la denuncia realizada por Luis María Carena –Teniente General, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas- por diversas irregularidades financieras en la Agregaduría de Defensa en Australia que efectuó el embajador argentino en aquel país, Pedro Villagra Delgado. Allí se aseguraba que se habrían confeccionado “rendiciones de cuentas apócrifas que posibilitaron un giro de divisas al exterior mayor al previsto presupuestariamente, con el fin de sufragar gastos inexistentes que no se condec ían con los verdaderos desembolsos realizados”.
De las constancias bancarias colectadas, surgía que parte de las divisas giradas en exceso fueron depositadas en una cuenta radicada en Australia a nombre de Jorge Armando Sicaro. Y los funcionarios que realizaron depósitos en dicha cuenta fueron Oscar Francisco Vuisso y Sergio Trombino Ghivarelli. Además, sostuvo la denuncia, las maniobras denunciadas también podían hacerse extensibles a las Agregadurías,Militar, Naval y Aeronáutica de la República de Corea del Sur y Rusia.
En su investigación, Ramos determinó que “se comprobó que en el período investigado el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas destinó sumas en exceso a las Agregadurías de Australia, Corea y Rusia, que fueron separadas del ámbito de su custodia a través de las modalidades estudiadas: transferencias bancarias a cuentas particulares y extracciones en efectivo”.
Y hubo, dijo, “una participación determinante de Pacheco, Vuisso, Trombino Ghivarelli, Velardez y Sicaro, puesto que, en definitiva, fueron los encargados de que los fondos fueran efectivamente quitados de aquella órbita”. “Tanto los integrantes de la Jefatura de Inteligencia del EMCO como cada uno de los agregados y/o “ auxiliares a cargo” de las representaciones en el exterior, conocían que, tanto el dinero que enviaban, como el que recibían –respectivamente- correspondía a fondos de la administración pública”.
El fallo señaló que “se advierte que actuaron con conocimiento del carácter perjudicial de la disposición patrimonial por parte del Estado Nacional y, no obstante ello, la voluntad de utilizar el ardid y la confianza depositada en ellos para inducirlo a error, a fin de que se concretara el correspondiente perjuicio económico a las arcas del Estado, mes a mes, en concepto de reposición de fondos para el funcionamiento de las Agregadurías”.
“El cargo que cada uno de ellos ostentaba y su consecuente grado de responsabilidad, atento a que se desempeñaban como Jefe de Presupuesto, Jefes de la Jefatura II Inteligencia del EMCO y agregados y/o “auxiliares a cargo” de Agregadurías de Defensa Argentina en el extranjero, constituyen elementos que permiten tener por configurado” el delito, dijo.
Ramos afirmó además “si bien todos los imputados que optaron por declarar confirmaron la existencia y materialidad de los hechos, cada uno intentó deslindar su responsabilidad con diferentes argumentos. Tanto Demaría como Patoco intentaron desligarse de los hechos aludiendo que las tareas propias del control financiero eran atribución de la Dirección de Administración Financiera“.
“Sin embargo, no sólo los elementos probatorios incorporados controvirtieron tales defensas, sino que, además, principalmente el primero de ellos no podía alegar que desconocía que, de un momento a otro, se incrementaron notablemente los gastos de funcionamiento de las Agregadurías investigadas. Tal como fue apuntado en la tramitación del sumario administrativo, aquellos extremos no podían pasar desapercibidos, de ninguna manera”, se agregó.
Para Ramos, “ante la certeza de que la Dirección de Administración Financiera –donde ya se encontraban los originales de las rendiciones de cuenta de las tres Agregadurías requeriría los ‘duplicados genuinos’ en poder de las legaciones, Patoco ordenó que los mismos fueran remitidos a la Jefatura II Inteligencia, a fin de que los correspondientes a Rusia y Corea no pudieran ser cotejados”.
“En conclusión, se ha verificado que en el período temporal investigado se orquestó una maniobra para que el Estado realizara desembolsos a las Agregadurías de Defensa Argentina en Australia, Corea y Rusia por montos superiores a los originariamente previstos; que para ello se confeccionaron rendiciones de cuentas apócrifas para justificar gastos inexistentes; que parte de aquellos fondos fueron transferidos a cuentas particulares registradas a nombre de Jorge Armando Sicaro y Claudio Héctor Velardez y otro tanto retirado de las entidades bancarias sin conocerse su destino; que, a fin de impedir que tales actividades fueran detectadas, se emitió el MMC N°04/2014 para que todas las agregadurías enviaran a la Jefatura II Inteligencia, los duplicados de aquellas rendiciones –entre los que se encontraban los correspondientes a Rusia y Corea, que no pudieron ser hallados para su control con las ‘rendiciones originales falsificadas’”, añadió.