Un mensaje de WhatsApp al celular personal de Luis Cubeddu, jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Argentina, transportó desde Buenos Aires a Washington el proyecto Emergencia Económica que horas después ingresaría oficialmente a la Mesa de Entradas de la Cámara de Diputados.
El economista Cubeddu no conocía los detalles del proyecto que suspende la movilidad jubilatoria, concede a Alberto Fernández poderes extraordinarios, transfiere al Tesoro millones de dólares de las reservas del Banco Central para pagar la deuda externa y establece un impuesto inédito a la compra de dólares.
Pero cuando leyó con detenimiento los 85 artículos de la iniciativa presidencial, se mostró satisfecho con la lógica recaudatoria que propone su intrincada normativa. Para el jefe de misión del FMI, la Emergencia Económica de Alberto Fernández es un buen punto de arranque para la negociación que será intensa en 2020.
Cristina Fernández de Kirchner incorporó a millones de jubilados que estaban sin aportes y esa decisión política implosionó el Presupuesto Nacional. Mauricio Macri logró sancionar una norma que permitía la movilidad jubilatoria, aunque sus beneficiarios corrían detrás por la crisis económica y la inflación en ascenso.
El FMI siempre cuestionó la decisión política de Cristina Fernández y nunca avaló el concepto de movilidad jubilatoria que promulgó Macri después de una batalla campal que enfrentó a militantes peronistas y de izquierda con la policía de la Ciudad de Buenos Aires.
El expresidente de Cambiemos soportó la presión del Fondo Monetario Internacional para suspender ese método de movilidad jubilatoria y optó por ajustar con la dolarización de las tarifas y la subejecución de las partidas públicas destinadas a salud, educación y vivienda.
La Emergencia Económica enviada por Alberto Fernández satisface las expectativas del FMI respecto a la movilidad jubilatoria. Suspende la actualización de los haberes de los jubilados por 180 días y establece un sistema discrecional que ejecuta el Presidente.
Los 10.000 pesos prometidos por Alberto Fernández en los próximos dos meses no son remunerativos y tampoco sirven para compensar los aumentos por inflación que se preveía en la iniciativa Macri que el presidente peronista ahora pondrá en el freezer.
La satisfacción del Fondo Monetario Internacional por la suspensión de la movilidad jubilatoria se multiplicó cuando en Washington analizaron los alcances del artículo 57 y siguientes. Estas futuras normas permiten que el Banco Central transfiera al Tesoro -que maneja Alberto Fernández- 4571 millones de dólares a cambio de Letras por 10 años que integraran las reservas del país.
El FMI necesitaba una señal de la administración peronista para flexibilizar su negociación con la Argentina, y la decisión de obtener 4.571 millones de dólares por Letras que autorizará Alberto Fernández, abre una instancia de diálogo que se parece a la zona de confort que obtuvo Macri cuando Donald Trump ordenó facilitar el plan de ajuste que lideró Nicolas Dujovne acobijado por Christine Lagarde.
El proyecto de Emergencia Económica que llegó vía WhatsApp al celular de Cubeddu no sólo sorprendió al FMI por los millones de dólares que irán del Banco Central al Tesoro y por la suspensión de la movilidad jubilatoria automática, sino también por las facultades extraordinarias que se le otorgan al Poder Ejecutivo y por el aumento de la presión impositiva sobre la clase media, el campo y las empresas privadas.
En toda su historia de negociaciones con los países emergentes, el Fondo Monetario Internacional aplicó planes de ajuste que avanzaban sobre estructuras burocráticas del Estado Nacional. Y en muchos casos, estos planes de ajuste finalmente quedaban por la mitad debido a la resistencia que ofrecían las propias estructuras estatales ante las exigencias que se planeaban y ordenaban desde Washington.
En este contexto, el FMI observó con muchísima satisfacción que el articulo 85 del proyecto concede facultades amplísimas a Alberto Fernández para “efectuar el rediseño organizacional de la Administración Pública Nacional descentralizada mediante la modificación, creación, fusión y supresión total o parcial de organismos descentralizados, así como modificación de sus autoridades superiores, objetivos, funciones, atributos y competencias".
Ni con Roberto Dromi, en épocas de Carlos Menem, un proyecto de reforma del Estado había llegado a los niveles de cesión de facultades del Poder Legislativo que propone el Presidente en la Reforma Económica. Un proyecto de ley que primero llegó a Washington antes de ingresar por la computadora pública que está ubicada en la mesa de entradas de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.