Los mismos jueces de la Cámara Federal de Casación Penal que abrieron la puerta para que el ex ministro Julio De Vido y su mano derecha Roberto Baratta salgan de la cárcel son los que tendrán que resolver en las próximas horas el pedido de la defensa de la vicepresidenta Cristina Kirchner para revocar su prisión preventiva en la causa de los cuadernos.
Funcionarios judiciales, consultados por Infobae, abren el interrogante: ¿Cómo se podrá justificar que deba seguir vigente la prisión preventiva de Cristina Kirchner, nunca ejecutada por los fueros, cuando ya se convirtió en vicepresidenta y cuando se levantó la orden de detención sobre el resto de los implicados del expediente de los cuadernos? Sobre todo, añadieron, cuando ya entró en vigencia, por decisión de la comisión bicameral, las nuevas reglas obligatorias para analizar medidas menos graves que la detención y la llave maestra para que los detenidos sin condena puedan acceder a la excarcelación.
La decisión está en manos de los jueces de la Sala I de la Casación, Diego Barroetavena, Daniel Petrone y Ana María Figueroa. El abogado Carlos Beraldi, defensor de la ex presidenta, les pidió el 28 de noviembre que revocaran la prisión preventiva. Reclamó que fuera antes del 10 de diciembre, pero no consiguió que se cumplieran esos plazos. Aseguró que esa orden, que firmó el juez Claudio Bonadio, era “antojadiza”, “disparatada” y “vergonzosa”.
Según sostuvo, “era inimaginable” que la hoy vicepresidenta "se preste a maniobras de escapar o entorpecer. No lo hizo ni cuando era presidenta ni lo va a hacer ahora que será vicepresidenta, ni en el mientras tanto lo hará”. “Decir que un vicepresidente va a asumir con una prisión preventiva fundada de una manera grotesca como esta realmente es algo que no se comparece con los principios del Estado de derecho que todos decimos defender”, añadió.
En su presentación, la defensa marcó algo que la propia CFK visibilizó cuando le tocó declarar en indagatoria por el juicio de Vialidad Nacional, ocho días antes de asumir su rol en el Ejecutivo. “Pareciera ser que después de que Cristina Fernández de Kirchner fue electa senadora y pasó a tener fueros, esto fue lo que determinó que existieran riesgos. Esto es una situación grave y debe ser especialmente valorada”, afirmó. Pero además resaltó que la ex presidenta “carece de condenas”, que los delitos investigados aquí no habilitan la aplicación de la prisión preventiva por la pena en expectativa y que tampoco puede justificarse en la recuperación de activos, cuando ya se le aplicaron embargos e inhibiciones y “desde lo cautelar se agotó lo legal y lo ilegal” por hacer.
La primera orden de detención de Cristina Kirchner, con su respectivo pedido de desafuero, se dictó el 7 de diciembre de 2017 por la causa del Memorándum con Irán, nacida en la denuncia que motorizó el fiscal Alberto Nisman antes de morir. Precisamente, la ex presidenta ya cumplió entonces dos años con un dictado de prisión preventiva en su contra. El juicio aún no tiene fecha.
Pero tal como reveló Infobae hay un planteo de la defensa de Carlos Zannini, hoy Procurador del Tesoro, para que se le tome declaración, ya mismo a Ronald Noble, ex jefe de Interpol, y a un director de asuntos jurídicos de la policía internacional, para demostrar que nunca estuvieron en riesgo las alertas rojas dispuestas sobre los iraníes acusados de haber volado la mutual judía. Ese era el fin de la firma del Memorándum, en la hipótesis de la denuncia de Nisman. Si la defensa de Zannini logra que se concreten esos testimonios, las defensas de todos los imputados, Cristina incluida, tendrá una carta clave para pedir que se caiga la causa.
En el caso de los cuadernos, la prisión preventiva de Cristina Kirchner se dictó con su procesamiento en setiembre de 2018. El juez Bonadio le dictó otras prisiones preventivas más por las causas conexas que se vincularon al caso por las anotaciones de Oscar Centeno, pero cada vez que la Cámara Federal revisó esas decisiones aclaró que las ordenes de detención no eran independientes, sino que debía remitirse a los cuadernos. Si caía esa, caía el resto.
Eso fue lo que sucedió con De Vido y Baratta. De Vido solo estaba detenido por Río Turbio y cuadernos. Baratta por el segundo de los expedientes. El ex ministro había conseguido un arresto domiciliario en el caso de la malversación de fondos para la realización de la minera santacruceña. Por eso cuando el viernes pasado se le concedió la excarcelación, no pudo aún salir en libertad y se alojó en su casa, sin poder salir. Su defensa, no obstante, buscará esta semana que se levante ese arresto domiciliario.
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