El ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido y el funcionario de esa área Roberto Baratta deberán cumplir cinco obligaciones que les impuso el Tribunal Oral Federal al excarcelarlos en la causa de los cuadernos de la corrupción.
Ambos salieron de la cárcel federal de Ezeiza. Baratta quedó en libertad y De Vido continuará la detención en su chacra de la localidad boanerense de Zárate, ya que si bien fue excarcelado, otro tribunal oral -el que tiene el caso por las irregularidades en Río Turbio- dispuso hace hace dos semanas en ese expediente que siga preso pero en su casa.
La primera de las obligaciones es la “promesa de someterse al procedimiento y de no obstaculizar la investigación”. También deberán presentarse en la sede del Tribunal todos los meses dentro de los primeros cinco días, informar si cambian de domicilio y cualquier motivo por el cual “deban ausentarse del mismo por más de 48 horas”.
La tercera es la prohibición de salida del país y la cuarta la entrega de sus pasaportes y la inhabilitación para expedir nuevos. La quinta y última que dispuso el Tribunal Oral Federal 7 fue la colocación de un dispositivo GPS de monitoreo de vigilancia del Programa de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica, que permite controlar la ubicación de las personas.
En el caso de De Vido son obligaciones para cuando salga de la prisión domiciliaria. Mientras éste bajo esa modalidad deberá cumplir otras que le impuso el Tribunal Oral Federal 1 cuando el 26 de noviembre pasado le otorgó la detención en su casa. Una de ellas también fue la colocación de un GPS de monitoreo y que control de su prisión domiciliaria esté a cargo de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal. Además, la prohibieron salir del país.
El Tribunal también ordenó que “ante la eventualidad que el incuso Julio Miguel De Vido transgreda la permanencia y salga de su vivienda en día y horario no autorizado, que manipule indebidamente el equipo y/o dispositivo, corte las trabas plásticas, o la pulsera transmisora fuera quitada o separada del contacto con su cuerpo y/o el sistema envíe la respectiva alerta, inmediatamente informen tales circunstancias al Tribunal; ello a los efectos de adoptar las medidas pertinentes”.
Por último, le advirtieron que “el quebrantamiento injustificado de la obligación de permanecer en el domicilio” significará la “inmediata revocación y posterior traslado a la unidad penitenciaria que por turno corresponda”.
El ex ministro de Planificación Federal cumplirá el arresto domiciliario en la Chacra N° 9 del barrio Panal de la localidad de Zárate y tendrá como garantes a su esposa, Alessandra Minnicelli, y a su hijo Julio Eduardo.
De Vido quedó detenido el 25 de octubre de 2017, cuando se entregó en los tribunales de Comodoro Py, luego de que la Cámara de Diputados le quitara los fueros por orden de la Cámara Federal en la causa de Río Turbio. Primero estuvo detenido en la cárcel de Marcos Paz, luego en la Unidad 1 de Ezeiza y por último en la 31 dentro del mismo complejo.
Por su parte, Baratta primero quedó detenido el 19 de octubre de 2017 en la causa del Gas Natural Licuado. Después fue liberado en marzo del año pasado porque se determinaron irregularidades en esa investigación, pero volvió a ser apresado el 1 de agosto de 2018 en la causa de los cuadernos de la corrupción. Las dos veces fue por orden del juez federal Claudio Bonadio.
Los expedientes contra los ex funcionarios continúan. De Vido tiene una condena de cinco años y ocho meses de prisión por la tragedia de Once que no está firme porque se encuentra bajo revisión de la Cámara Federal de Casación Penal. Actualmente está siendo juzgado en dos procesos: el juicio oral por las presuntas irregularidades en la obra pública junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner y otros acusados y por la compra de trenes chatarra a Croacia y Ecuador.
Baratta todavía no afrontó ningún juicio. Los dos fueron elevados a esa instancia en las causas de Río Turbio y de los cuadernos.
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