Desde San Pablo - El flamante canciller argentino, Felipe Solá, concedió la primera entrevista exclusiva con un medio brasileño a la revista Epoca, del grupo O Globo. Durante el reportaje, el ministro dijo que la Casa Blanca le había hecho un pedido de mediación a Alberto Fernández para una demanda –que se mantiene en total secreto- ante Venezuela. El Presidente, según Solá, cumplió con el encargo. Y fue por eso que se sorprendió con la salida anticipada de Mauricio Claver-Carone, uno de los dos representantes de la administración de Donald Trump.
Claver-Carone, antes de precipitar su retorno a Washington sin participar de la ceremonia del martes último, reveló en declaraciones a un medio argentino que se iba porque molestaba la presencia del ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez; del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa y también por el asilo otorgado al boliviano Evo Morales. Para el ministro Solá, la reacción del asesor especial de Trump en el Consejo de Seguridad Nacional causó asombro en el nuevo gobierno argentino: “Pensamos que no deberían ocurrir sorpresas en esa relación”.
En las palabras del titular del Palacio San Martín, “el gobierno de Estados Unidos sabe que puede contar con el presidente Alberto Fernández para realizar gestiones complicadas que la Casa Blanca no puede hacer en Venezuela. Ese es un papel muy importante para dar estabilidad a una situación que es muy inestable”.
Solá aclaró en forma concluyente: “Concretamente, fueron pedidas a Fernández gestiones para temas de interés de Estados Unidos y que él cumplió, buscando un acuerdo con el gobierno venezolano”. Continuó en el mismo tono señalando que habían tenido una reunión muy positiva con Michael Kozak, subsecretario para el Hemisferio Occidental, y en esa cita “todos los temas se aclararon”.
“Tenemos una forma (propia) de ver la cuestión de Venezuela y la de Bolivia -dijo el jefe de la diplomacia argentina-. Pero, al mismo tiempo, queremos tener la mejor relación con los Estados Unidos. No queremos ningún problema”.
Para alimentar esa relación comprensiva, el nuevo gobierno argentino se las arregló para evitar que en los actos del martes estuvieran presentes personalidades como el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva: “Tuvimos mucha sensibilidad en relación a los gobiernos con los cuales tenemos relaciones diplomáticas, afectuosas e históricas. Intentamos no mezclar con la amistad y simpatía”.
Con relación al venezolano Nicolás Maduro, “Fernández tiene un diálogo sólo cuando le piden”. Y añadió: “Nuestro principal objetivo es que el pueblo venezolano no continúe sufriendo. Queremos que se llegue a un acuerdo político, por ejemplo, sobre las elecciones legislativas de 2020”.
Según Solá, el actual gobierno argentino “reconoce el informe elaborado por Michelle Bachelet (alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas) sobre la violación (en Venezuela) de los derechos humanos y admitimos que la situación actual es irregular. Pero debe ser solucionada de manera pacífica”.
“¿Van a desconocer la diplomática nombrada para la Argentina por Juan Guaidó?” interrogó la periodista Figueiredo. “Continuamos teniendo relaciones con Venezuela, algo que consideramos estratégico. La señora indicada por Guaidó no tiene pasaporte diplomático. En el gobierno de Mauricio Macri ella fue reconocida como miembro de una misión especial, por una convención que firmamos en 1969, pero que Venezuela no ratificó. El Estado tiene capacidad para encerrar una misión especial y no podemos retirar un reconocimiento que ella nunca tuvo”.
Respecto del Grupo de Lima, Solá confirmó: “Vamos a ser parte y decir allí lo que pensamos”.