Alberto Fernández designó a la futbolista Macarena Sánchez en el Instituto de la Juventud

El presidente nombró a la jugadora de San Lorenzo para que forme parte del área encargada de las políticas juveniles. La deportista es una de las impulsoras de la profesionalización del fútbol femenino y tendrá un cargo por primera vez en la gestión pública

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Prensa Presidencia
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El presidente Alberto Fernández nombró a Macarena Sánchez, la futbolista del club San Lorenzo de Almagro, al frente del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve). De esta manera, el Gobierno sumó una “sorpresa” más a su equipo de gestión, con una de las personalidades del año en el deporte y el feminismo.

"Estoy muy emocionada, y siento mucho compromiso y gratitud al asumir esta enorme responsabilidad para construir un país más justo, igualitario y diverso. Vamos a poner a la juventud de pie”, dijo la futbolista de 27 años al culminar el encuentro.

El jefe de Estado recibió a las 16 en la Casa Rosada a Macarena Sánchez, quien se encargará del área de juventud que está bajo la órbita del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. En la gestión de Mauricio Macri, el Injuve estuvo presidido desde marzo pasado por Adriana Cáceres, órgano que respondía a la estructura política del ex subsecretario nacional de Juventud, Pedro “Piter” Robledo. En el organigrama del sector también tenía un rol de dirección la diputada nacional y jefa de la rama juvenil del PRO, Camila Crescimbeni.

Según revelaron fuentes del Frente de Todos a Infobae, en el Gobierno se estaba barajando que el Injuve fuera encabezado por el humorista Pedro Rosemblat, más conocido como “El Cadete”. Pero finalmente se impuso en las últimas horas la opción por Maca Sánchez, quien se espera que tenga su primera reunión de traspaso de gestión el próximo lunes.

Con el nombramiento en Desarrollo Social, Sánchez hará su primera experiencia en un cargo de gestión pública. Su antecedente más destacado es haber sido una de las primeras mujeres en firmar un contrato en el fútbol argentino con el Club San Lorenzo de Almagro.

Antes de ese hito, la joven se había mostrado como la cara visible y una de las principales impulsoras del reclamo por la profesionalización del fútbol femenino. La deportista inició esa pelea al presentar una demanda judicial contra la UAI Urquiza, su club de origen. La intimación se produjo cuando fue despedida de la institución a comienzos de año y exigió que se le reconociera el vínculo laboral previo.

En el marco de esa pulseada, Macarena Sánchez realizó una intensa campaña de visibilización pública sobre la desigualdad de la mujer en el fútbol. A raíz de ese reclamo, recibió amenazas de muerte en su teléfono personal. En paralelo, la jugadora exigía a la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) que garantice su derecho a jugar mientras el diferendo continuaba y que cumpla las normativas de FIFA respecto de los principios de “no discriminación y de igualdad de género”.

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Lo cierto es que la demanda judicial generó rápidamente fuertes repercusiones y se convirtió en el antecedente inmediato a la profesionalización del fútbol femenino. En marzo, la AFA y Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) firmaron un acuerdo para darle un marco laboral a la disciplina, que culminó con la suscripción de ocho contratos en cada uno de los 16 clubes que componen la Liga de Primera División.

En las redes sociales, Sánchez siempre ese mostró afín a las ideas del kirchnerismo. Además de ser futbolista, está cursando la licenciatura en Trabajo Social y una militante del feminismo. Su activismo la llevó a mostrarse en actividades junto a la vicepresidente Cristina Kirchner y otras referentes del Frente de Todos, como la legisladora porteña Ofelia Fernández.

Al integrarse al Injuve, la futbolista tomará posesión de un organismo que funcionó como una de las patas territoriales de la juventud del PRO y de la ex ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. El área disponía de una estructura federal de contención social, que articulaba con clubes barriales, murgas y otras organizaciones de base esparcidas a lo largo y ancho del país.

Tal vez la política de mayor visibilidad que tuvo el organismo fueron las denominadas “Casas del Futuro”, unos seis establecimientos diseñados para la inclusión de jóvenes de barrios vulnerables a través de talleres de capacitación laboral, artes y de armado de CV’s, entre otras actividades. Los programas del Injuve, según se anunciaba oficialmente, además tenían el objetivo de que los jóvenes “puedan hablar de lo que les interesa o les preocupa”.

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