Historias secretas de la “cocina del poder”, entretelones del armado del gabinete y centro de atención de reuniones cruciales donde Alberto Fernández definió los lineamientos centrales de lo que será desde hoy su gobierno: todo eso y muchas cosas más se concentraron en los últimos 20 días en las oficinas de Puerto Madero en que el nuevo presidente se preparó para desembarcar en la Casa Rosada.
La calle Ezcurra al 300 volverá hoy a la tranquilidad de siempre y las oficinas de Fernández pasarán a la historia como el lugar donde fue epicentro de los preparativos que tuvo el nuevo presidente antes de llegar al poder.
Según pudo reconstruir Infobae de diferentes fuentes del Frente de Todos que deambularon en los últimos 20 días por las oficinas Puerto Madero para estar junto a Alberto Fernández pudieron determinar varios hitos en ese peregrinaje:
El armado del Gabinete. En el séptimo piso de las oficinas de Fernández se empezó a armar lo que hoy se mostrará en sociedad como el nuevo gabinete de gobierno. Sólo el futuro jefe de gabinete Santiago Cafiero, el asesor todoterreno Gustavo Béliz, el nuevo ministro del Interior Wado de Pedro, el economista Matías Kulfas o el vocero Juan Pablo Biondi tuvieron oficinas estables en Puerto Madero, lo que muestra que desde el primer día esos pocos allegados a Fernández fueron los que empezaron a armar el esqueleto del nuevo gobierno. La dinámica en Puerto Madero era casi automática: Fernández, Cafiero o Béliz proponían un eventual nombre para un Ministerio y luego se discutía el tema en una mesa más amplia en la que se sumaban alternativamente Jorge Arguello, Felipe Solá, Fernando “Chino” Navarro o Julio Vitobello. De esta manera, surgió el nombre y apellido para cada ministerio o secretaría que hoy empezará a rodar con el nuevo gobierno.
Visitas de allegados y externos. Se calcula que en las oficinas de Puerto Madero circularon más de 350 personas para ver a Fernández o algún allegado. Entre dirigentes del Frente de Todos, ex presidentes, empresarios, gobernadores e intendentes, sindicalistas o legisladores se estima que el ahora presidente mantuvo más de 200 horas de reuniones teniendo en cuenta que comenzaba sus actividades desde las 8 y no paraba hasta pasadas las 19 todos los días. “Alberto trataba de recibir a todos pero cuando vimos que no se podía se fijaron prioridades”, explicó a Infobae un referentes del Frente de Todos que estuvo encerrado en las oficinas de la calle Ezcurra hasta anoche. En ese rango de prioridades el presidente electo recibía a gobernadores, algunos intendentes, legisladores que sabía que iban a ocupar un lugar clave en su gobierno, ex presidentes como Eduardo Duhalde o el paraguayo Duarte Frutos y embajadores extranjeros.
La puja Kulfas-Guzmán. En las mismas oficinas de Fernández el ahora ministro de Producción y Desarrollo Matías Kulfas tenía un despacho que compartía con la economista Cecilia Todesca. Esta posición de cercanía con el presidente electo jugó hasta lo último a favor de Kulfas para situarlo en el Ministerio de Economía. Pero más tarde llegó la pulseada con el joven economista Martín Guzmán, que por sus pergaminos en el exterior se terminó por convertir en “el hombre” de Economía para negociar en adelante la deuda. “La pulseada no fue fácil y Kulfas pisaba fuerte”, admitió un dirigente encargado de llevar adelante el armado del Gabinete. Al parecer, las recomendaciones de inversores extranjeros y de empresarios terminaron por convencer a Fernández en el perfil de Guzmán para Economía.
El Consejo contra el Hambre. Fue en el mismo séptimo piso de las oficinas de Puerto Madero donde se realizó la primera reunión del Consejo contra el Hambre donde estuvo Marcelo Tinelli, Estela de Carloto, Adolfo Pérez Ezquivel y otras figuras de la dirigencia política. Según pudo saber Infobae, en aquel momento se dudó en convocar a figuras de la oposición. Pero finalmente, de común acuerdo entre Fernández y el ahora ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo se optó por vaciar de figuras partidarias los primeros encuentros de este Consejo que será clave para combatir la desnutrición infantil y el hambre en la Argentina.
La no visita de Cristina Kirchner. La vicepresidenta electa nunca quiso ir a las oficinas de Puerto Madero. Nadie del Frente de Todos se animó o supo explicar a Infobae por qué la ex presidenta prefirió reunirse con Fernández sólo en su departamento de Recoleta. “No tiene nada que ver con una cuestión de muestra de poder o algo parecido. A Cristina le gustaba más y se sentía más cómoda en su casa. No le busquen otra explicación”, dijo un kirchnerista de paladar negro. Es que desde un primer momento este gesto de la ex presidenta de recibir a Fernández en su casa fue visto como una suerte de imposición de temas y nombres. De hecho, el propio Alberto Fernández alentó esta teoría cuando después de una reunión con Cristina Kirchner en Recoleta dijo sin vueltas: “ya definimos todo el gabinete”.
Guardias y escapes. A Fernández y su equipo jamás les gustaron las guardias periodísticas en la puerta de las oficinas de Puerto Madero. “No entendemos qué buscan si todo lo van a saber después”, se preguntó ante Infobae un referente del equipo de prensa de Fernández en abierta señal de malestar por los periodistas apostados todo el día en la calle Ezcurra con cámaras de TV, fotógrafos y cronistas. De hecho, se armó un “operativo escape” cada vez que algún dirigente o visita ilustre quería eludir a la prensa. Los autos que ingresaban por Juana Manso no eran vistos por la prensa y podían ingresar al estacionamiento de las oficinas de Fernández para salir después por la calle Olga Cosettini. Así lo hizo el embajador de Estados Unidos Edward Prado o el de Cuba Orestes Pérez cuando estuvieron con el presidente electo.
Equipo de traspaso. Desde las oficinas de Puerto Madero se dispuso también un equipo de traspaso del poder comandado por Julio Vitobello y Miguel Cuberos, entre otros. Estos armaron lo que sería la escenificación de paso del bastón y la banda presidencial en el Congreso y la marcha a la Casa Rosada con el auto de Fernández incluido. “Hubo buena relación con la Casa Rosada pero bastantes trabas burocráticas”, admitió a Infobae uno de los referentes que formó parte de ese equipo y tuvo que lidiar con los funcionarios de Mauricio Macri para el operativo de traspaso.
Presentación del gabinete. Cuando se preparó el día para la presentación en sociedad del nuevo gabinete nacional se especuló en hacer todo en un hotel de Puerto Madero o en una Universidad. Pero inmediatamente Fernández y su equipo optaron por la practicidad de no moverse de sus oficinas y disponer allí todo el acto. Para ello se eligió cada una de las disposiciones en que se ubicó a los ministros que estaban en coordinación física con el lugar que ocupaban en la lista que leyó Fernández. En esta misma lógica de cuidado de estrategia comunicacional fue que el presidente electo les pidió al terminar esa presentación a cada ministro que no hable con la prensa hasta el 10 de diciembre. Y así lo cumplieron a rajatabla hasta hoy cada uno de los fieles dirigentes que desde este mediodía acompañarán al nuevo presidente argentino en los próximos cuatro años.
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