El secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable Sergio Bergman presentó su balance de gestión y destacó “avances” en el área. Así, comparó lo realizado con el destacado científico naturalista Francisco Pascasio Moreno, también conocido como “Perito Moreno”, el ícono de la Patagonia e impulsor de la creación de parques nacionales en la víspera del siglo XX.
“Desde Perito Moreno no hubo gestión que creara tantas áreas de protección de medio ambiente. Con la creación de parques nacionales y reservas naturales, duplicamos las superficies terrestres protegidas y si se incluyen las marinas, las triplicamos", resaltó el funcionario saliente, en diálogo con Infobae.
Según resume el informe de gestión, desde diciembre de 2015 a julio de 2019 se crearon siete zonas protegidas, incluyendo seis parques nacionales y una reserva natural silvestre. Entre los parques nacionales se cuentan Traslasierra (2018), Aconquija (2018), Ciervo de los Pantanos (2018), Iberá (2018), Yaganés (2018) Namuncurá-Banco Burdwood II (2018) e Isla de los Estados (2016).
Además, se crearon por decreto las reservas naturales silvestres en parques ya constituidos como Piedra del Fraile (Los Glaciares), La Ascensión (Patagonia), Patagonia (Patagonia), El Rincón (Perito Moreno), Alto Iguazú (Iguazú) y Cambyretá (Iberá).
La cartera de Medio Ambiente estará a cargo a partir del 10 de diciembre del diputado nacional de La Cámpora, Juan Cabandié. Al igual que con el funcionario saliente, los analistas políticos cuestionaron la decisión del presidente electo Alberto Fernández por nombrar a un dirigente sin experiencia y trayectoria en la materia.
Más allá de las críticas, Sergio Bergman defendió lo actuado y, aunque reconoció que “no se terminó el trabajo” por las características de la gestión ambiental que es “de mediano plazo”, pero advirtió que se establecieron “altos estándares”.
“Estoy convencido que el cuidado del ambiente es una agenda que une a todos los argentinos y que permite cerrar la grieta. Trabajaremos con el próximo gobierno y nos ponemos a disposición”, afirmó en una conversación telefónica con este medio.
— ¿Qué balance hace de estos cuatro años al frente de la Secretaría de Ambiente?
— Realmente es un orgullo y un privilegio haber servido en un agenda tan relevante y actual, donde hay un cambio global generacional en los jóvenes que no solamente es un reclamo sino una concepción de desarrollo sustentable. Estoy conforme de trabajar en una política de Estado que fue federal, transversal y que tuvo muchos logros e hitos, aunque no se ha terminado. Nos ponemos a disposición de la nueva gestión como oposición, para la sanción de las leyes que están pendientes y de aquellas que aún deben ser promulgadas.
— Mencionó que hubo algunos “hitos” en su gestión. ¿Cuáles son?
— Argentina tuvo una respuesta nacional al cambio climático con la firma del Acuerdo de París y su posterior ratificación en el Congreso. Al iniciar la gestión, impulsamos la creación del Gabinete nacional por el Cambio Climático y fuimos publicando los índices de contribución del país en ese sentido, con la validación de inventarios y habiendo aumentado la meta del 20% de no exceder la emisión de 483 toneladas de dióxido de carbono. Al mismo tiempo, pudimos confeccionar los siete planes sectoriales de mitigación, que apuntan a cómo vamos a adaptarnos al cambio climático. La ley de presupuestos mínimos ambientales, consensuada con la oposición y promulgada en noviembre, es un hito no sólo de la gestión sino una política de Estado. Y otro punto es la Ley de Glaciares, que estaba demorada hace más de 12 años y logramos completarla con el inventario.
— Al respecto, ¿se está aplicando la Ley de Glaciares? La Corte Suprema declaró este año su constitucionalidad tras varios años de controversia con las mineras.
— Nosotros nunca tuvimos dudas de su constitucionalidad, fue la provincia de San Juan y la empresa Barrick Gold quienes la rechazaron con una apelación. La ley tiene una vigencia plena, sin el inventario sería abstracto. Las jurisdicciones provinciales tienen la responsabilidad de hacer las auditorías y la validación de los inventarios, para verificar si son afectados o no los glaciares.
— Las organizaciones ambientalistas siguen denunciando que las minas Veladero o Pascua Lama siguen violando la Ley de Glaciares. ¿Por qué no se detienen esos proyectos?
— Nuestra posición con este tema es que todas las instancias deben participar, como la provincia y sobre todo la Justicia. En el caso de la mina Veladero, corresponde a la provincia de San Juan hacer la validación de la auditoría del inventario de glaciares y el mapa de recursos hídricos. Los recursos naturales son soberanía de las provincias. Por nuestro lado, nosotros hemos presentado en su momento una denuncia contra la empresa Barrick Gold por negligencia y, otra por afectar el bien público del medio ambiente. Hemos actuado cuando se traspasan los límites de la actividad minera.
— En su criterio, ¿debería modificarse la ley de Glaciares?
— La ley es suficientemente clara, pero tenemos que trabajar en colaboración con las provincias. Para eso está el marco del Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), aunque sería muy buena idea revisar el capítulo ambiental del código de minería. Falta una actualización en lo tecnológico, en cómo se articulan los controles entre Nación y las provincias. También la explotación de los recursos hídricos de la megaminería a cielo abierto con una reglamentación de la ley de aguas que posibilite un desarrollo sustentable de la actividad minera.
— ¿Por qué sigue habilitado el “fracking” en Vaca Muerta, siendo una técnica cuestionada y suspendida recientemente en distintos países, ciudades y regiones del mundo?
— En el fracking es muy importante que se hagan los monitoreos. Pero es un tema que requiere de un debate parlamentario. Se tiene que definir si el país va a utilizar un recurso estratégico como Vaca Muerta y los riesgos que tiene adoptar una decisión u otra.
Bosques, agricultura y agroquímicos
Con respecto a los avances de la frontera agrícola, el secretario de Ambiente reconoció que “no se detuvo la deforestación de los bosques, pero bajó su tasa” en el país. De acuerdo al reporte, el retroceso se mantuvo en tasas anuales del 50% menores a los 20 años anteriores. En el norte del país, donde está la selva misionera, las yungas, el Chaco y espinal, la deforestación se mantuvo por debajo de 0,6% frente al 1% registrado en el año 1998.
“Logramos establecer una plataforma forestal (Forestar 2030). Tenemos que reponer bosques. Y la agricultura y la ganadería tiene que evolucionar hacia la digitalización. Creo que no hay que prohibirlo todo ni permitir todo. Defendemos las metodologías que son más sustentables, como la siembra directa, que es más protectora de los suelos. Pero tampoco es comparable el feed lot con nuestra ganadería, que tiene menos impacto por ser a cielo abierto, en pastizales”, señaló Bergman.
Las cifras del país en materia de deforestación es parte de una tendencia a nivel global, donde los controles han resultado insuficientes o ineficaces. Entre 1900 y 2000, la superficie de bosques se redujo del 70 % al 46,5%, mientras que la superficie de tierras de cultivo y de pastoreo pasó del 27,2 al 46,5 por ciento.
“Disminuimos la deforestación -insistió Bergman, creamos el fondo fiduciario de los bosques nativos y mejoramos la rendición de cuentas de los fondos transferidos. En las provincias, constituimos un registro de infractores con poder de policial local respecto a los bosques.
— En Argentina se arrojan 500 millones de litros de agroquímicos. ¿Qué controles efectuó el Gobierno para regular la utilización de estas sustancias que son consideradas de riesgo?
— Necesitamos una ley de agroquímicos que no tenemos y que no sea solo una demanda del Poder Ejecutivo. No tuvimos mayoría en ninguna de las cámaras, ojalá que esta vez se pueda sancionar. Hoy la reglamentación de agroquímicos es municipal, por lo que se requiere del aval y el debate de las legislaturas provinciales. Nosotros lo que hemos hecho es emitir una resolución conjunta entre Ambiente, Agricultura, Industria, Ciencia y Tecnología, el Senasa y Salud con recomendaciones de buenas prácticas para los agroquímicos. Lo primero que tenemos que hacer es estandarizar y prescribirlas, y luego saber quiénes los venden, quienes lo aplican, quien controla y quien monitorea.
La presentación oficial
Este jueves, el rabino Bergman dio una rueda de prensa en la Casa Rosada donde esbozó los puntos salientes de su administración. El informe, que consta de 64 páginas, expone también los progresos en los 96 proyectos de energía renovable que están en marcha, el inventario de humedales y describe los operativos en las fronteras que llevaron a reducir el tráfico ilegal de fauna en el país.
“Lo que no se mide no se puede evaluar y no puede ser una política pública”, sostuvo el secretario de Ambiente, que reivindicó que en sus cuatro años al frente del organismo se publicó una presentación anual del estado ambiental cuando “no se había realizado en 12 años" en el período kirchnerista.
En su exposición, Bergman indicó que “ser sustentables es un desafío de todos, pero que empieza de a uno” y consideró que “requiere un cambio cultural en los argentinos”.
Acerca de los planes de mitigación para reducir los gases de efecto invernadero, que se calcula que Argentina produce el 0,7% global, Bergman afirmó que la problemática debe considerar asuntos como transporte, energía, bosques, infraestructura y salud. En ese marco, planteó que es preciso un “plan nacional de adaptación que implica las infraestructuras resilientes, para poder proteger a las poblaciones más vulnerables que son las que más sufren las inclemencias del ambiente".
“Argentina volvió al mundo y hay un reconocimiento internacional de una agenda seria" en materia ambiental dijo a modo de conclusión sobre la exposición del presidente Mauricio Macri en la XV Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) que se celebró en Madrid.
— ¿Qué le interesaría que continúe en la próxima gestión?
— Antes nunca tuvimos una resolución fuerte de contar con una política ambiental como política de Estado. Para lo que viene, necesitamos un trabajo mancomunado. Cambiamos nuestros roles y funciones, pero no las convicciones.
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