En medio de las tensiones internas y a cinco días de despedirse de la gobernación, María Eugenia Vidal reunió este jueves en un club platense a la mesa de discusión política de la Provincia con la que tratará de buscar unidad en su nuevo rol de jefa de la oposición bonaerense, un lugar que empezará a tratar de revalidar después del verano, tras el largo descanso que planea tomar con sus hijos.
Antes de eso, la gobernadora saliente quiere sentarse en otra mesa con Axel Kicillof y negociar los lugares correspondientes a la oposición en la Legislatura, organismos y dependencias provinciales, con una premisa: tener los mismos casilleros que les cedieron al peronismo al inicio de la gestión, a principios del 2016. En aquel momento, con supremacía del Frente Renovador de Sergio Massa, que trabajó durante casi toda la administración vidalista como un aliado de la mandataria.
Vidal y Massa solían juntarse en un hotel de la zona de Retiro para conversar sobre la política bonaerense.
En estos días, el vidalismo quiere cerrar con el gobierno entrante las vicepresidencia primera de Diputados y del Senado provinciales. Aún no están definidos los nombres, pero en el entorno de Vidal juran que quiere ser “generosa” con otros espacios. No tiene muchas opciones.
“María Eugenia está haciendo un esfuerzo por mantener la unidad”, remarcó a este medio uno de los asistentes a la reunión.
Federico Salvai, que seguirá como mano derecha de la gobernadora, espera ansioso que Kicillof y el PJ bonaerense definan el nombre del legislador que ocupará la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense. Para empezar a negociar mano a mano.
Se mencionan a Federico Otermín, del riñón del intendente Martín Insaurralde, y a Carlos “Cuto” Moreno, que responde a Cristina Kirchner, para ocupar ese lugar. La puja entre el ala dura del kirchnerismo y los intendentes sigue vigente.
Fue una de las preocupaciones que los intendentes de Cambiemos y del PJ conversaron a principios del mes pasado, durante un asado en el quincho del Consejo Deliberante de Vicente López, revelado por este medio. La toma de decisiones cerrada del ex ministro de Economía inquieta a propios y a extraños.
A partir del 10 de diciembre, el vidalismo deberá decidir además los nombres de los directores de la oposición en el directorio del Banco Provincia, una entidad clave para el sistema político provincial.
Sebastián Galmarini, Juliana di Tullio y Mario Meoni ocupan hoy los tres sillones para la oposición. Meoni será oficializado mañana por Alberto Fernández como flamante ministro de Transporte nacional desde el próximo martes. En el entorno de Kicillof hablan de Juan Miguel Cuattromo, un técnico de extrema confianza, como cabeza del banco una vez que el ex ministro desembarque en la Provincia.
Vidal se sentó este jueves después del mediodía en una mesa en la que tuvieron lugar su mano derecha, Federico Salvai; el radical Daniel Salvador; los intendentes Néstor Grindetti, Jorge Macri y Julio Garro; el ministro Joaquín de la Torre; los legisladores Maricel Etchecoin y Andrés de Leo, por la Coalición Cívica; el senador Roberto Costa -se encamina a presidir el bloque de Cambiemos en el Senado bonaerense-, y el radical Maximiliano Abad, que hará lo propio pero en Diputados.
En esa mesa no hay lugar para Emilio Monzó, que el jueves pasado encabezó su primer acto en la provincia de Buenos Aires después de doce años y avisó que empezaría a recorrer la Provincia de cara a las elecciones del 2023. “La Provincia no es de nadie. Todos los dirigentes que quieran recorrerla, pueden hacerlo”, le contestó Vidal el martes.
La relación entre Monzó y la gobernadora saliente, quebrada, no tiene vuelta atrás. Se terminó de romper en el armado de las listas legislativas: casi que no hubo lugares para los dirigentes que le responden.
“Queremos que se respete el equilibrio, en el caso de la Legislatura. Nosotros tuvimos una actitud de que la oposición debía estar en ciertos lugares de organismos de la Provincia. Hoy vamos por la lógica, los lugares que entendemos que le corresponden a la oposición. Esos lugares en los distintos organismos que hacen a la realidad de la provincia, que le corresponden a Cambiemos”, aseguró Salvador después del encuentro platense.
El martes, Vidal presentó una rendición de cuentas en el centro de convenciones de Vicente López, sin la presencia del intendente Jorge Macri -sus voceros dijeron que estaba de vacaciones-, con la que intentó mostrar un balance positivo de su gestión, en especial en materia económica.
Resaltó que su administración se iba con menos déficit y deuda que los recibidos en diciembre del 2015 por parte de Daniel Scioli. Y con una “caja” de 25 mil millones de pesos para pagar los sueldos y aguinaldos de diciembre. Y anunció que había abrochado con el Gobierno nacional una actualización del Fondo del Conurbano, a pesar de que aún no se conocieron los detalles. Este jueves todavía no había novedades sobre montos e instrumentación.
Desde el kirchnerismo, sin embargo, salieron al cruce de esas cifras. “¿Si tiene 25 mil millones por qué quiere manotear de forma ilegal y a través del directorio el patrimonio del Banco Provincia con un canje de títulos de deuda de la provincia de Buenos Aires de más de 4 mil millones que vence el 6 de diciembre?”, se quejó por Twitter Di Tullio.
Al inicio de la transición bonaerense, Kicillof había hablado de “tierra arrasada”. “No voy a polemizar con él”, contestó Vidal en la conferencia de prensa del martes, en la despedida de su gobierno. Todavía tienen algunas negociaciones por delante.