Se cumplió hoy un nuevo aniversario de la muerte del capitán Humberto Viola, asesinado hace 45 años en San Miguel de Tucumán junto a su hija María Cristina a manos del grupo armado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), y la municipalidad de Yerba Buena le rindió un homenaje.
El acto, que se llevó a cabo en el cementerio municipal, contó con la presencia de los familiares, de veteranos de Malvinas y del intendente Mariano Campero, quien brindó unas palabras. “En primer lugar mandarle un profundo saludo a Maby (María Cristina Picón, la viuda de Viola, que no pudo estar presente) que seguramente está pasando un mal momento por lo que significa sintetizar eso que pasó en el 74 en un un día como hoy. Pero también transmitirles que mi edad es 36 años y no tuve la oportunidad ni de conocerlo, como dije el año pasado, pero sí parientes muy cercanos. Es uno de los casos mas aberrantes y emblemáticos que sintetizan muchas cuestiones y es por eso que desde ese lugar pretendo manifestarme, porque entiendo que es un caso que representa a muchos otros”, expresó el jefe municipal.
Adhirieron al homenaje también la Fundación Unidos por Ellos, Academia General Belgrano, Unión de promociones, Circulo Nacionalista de Tucumán, entre otras agrupaciones. Carlos Picón, cuñado del capitán Viola, también tomó la palabra. “Dignidad que representa el respeto que nos asignamos individual y colectivamente. Dignidad que nos exige coherencia en nuestro obrar. Dignidad que da sustento a la lucha y nos ubica en las antípodas de los asesinos terroristas. Dignidad que lleva a muchos como hoy, a decir presente en los homenajes a nuestros queridos muertos”, dijo el hermano de Maby, en medio de una incesante lluvia.
Viola fue asesinado el domingo 1 de diciembre de 1974 cuando llegaba junto a su familia a la casa de sus padres en la capital tucumana. El auto en el que se movilizaban fue atacado a balazos por miembro del ERP. María Cristina, la pequeña de tres años, recibió disparos en la cabeza y murió en el acto. Su hermana, María Fernanda (5), también fue herida en el cráneo. La esposa del capitán, embarazada de cinco meses, resultó ilesa. Por su parte, el uniformado bajó del auto, pero a los pocos metros fue alcanzado por una ráfaga. Malherido y en el suelo fue rematado por otro guerrillero. Algunos de sus atacantes fueron condenados a prisión perpetua, pero fueron liberados a fines de los años 80.